Fidel
Soldado de las Ideas
Cuando se piensa que por primera vez en América un pueblo ha podido seguir una política independiente y soberana; cuando por primera vez en América una revolución verdadera ha podido durar sin que la aplasten, sin que la destruyan; cuando por primera vez un pueblo de América ha podido seguir una política suya, independiente, eso tiene que ser para nosotros un motivo de verdadero orgullo. Cuando nosotros sabemos que en América... ¡¿Cuántos gobiernos no han roto con nosotros, simplemente cumpliendo órdenes del Departamento de Estado yanki?!
Cuando la patria amanecía amenazada, en los momentos de mayor peligro y en los momentos más críticos, todo el mundo se presentaba a empuñar el fusil y a librar la batalla contra los imperialistas. Y así hoy, la llamada no es a las armas, es al trabajo. ¡El grito de Patria o Muerte no es un grito de las trincheras, es hoy un grito de las fábricas, es hoy un grito de los campos y de los centros de producción ante los problemas de la producción, ante los problemas de la economía! ¡Sepamos ser, como hemos sabido ser en las horas de peligro, en las horas de mortal peligro, sepamos serlo también en el frente de la producción, sepamos ser trabajadores de Patria o Muerte!
Esa Ley marcó el inicio de la lucha del imperialismo yanki contra nuestra patria; es decir que la Ley de Reforma Agraria fue el motivo de la guerra que los monopolios norteamericanos desataron contra nuestro país. Más tarde vinieron una serie de leyes; pero la Ley que marcó el momento del inicio de las hostilidades contra nosotros fue esa Ley. La razón, fácilmente comprensible, estaba en que las compañías norteamericanas eran propietarias de grandes latifundios, sobre todo latifundios azucareros: la United Fruit Company, que tenía 10 000 caballerías por ejemplo; la Atlántica del Golfo, creo que tenía como 17 000 caballerías de tierra, y así por el estilo, había unas cuantas decenas de compañías norteamericanas que tenían grandes inversiones en tierras, y de las mejores tierras de nuestro país.
¡Falta la exigencia de la calidad! Y la exigencia de la calidad debe ser un principio de un cuadro educacional, porque por algo se les da la responsabilidad de educar a las nuevas generaciones. Y la conciencia de la calidad tiene que prevalecer y esa conciencia no solo aplicarla en el ámbito de la escuela, sino tratar de trasmitirla al ámbito que rodea la escuela; es decir, ejercer su influencia cultural y su influencia en el ambiente que rodea la escuela.
La situación en varios países de la América Latina es de total estancamiento. En algunos países incluso crecía más la población que lo que aumentaba su producción; estaban estancados. Entonces ellos proponen una alianza para el progreso, en virtud de la cual se asegure un aumento de la capacidad de consumo o del consumo per cápita, de 2,5% al año, para que no sigan el ejemplo de ese pueblo. Entonces iban a prestar su dinero, claro, no para hacer un plan de estos, sino, ellos hablaban de una planificación también para prestarles dinero a los monopolios, a las industrias y a todos esos particulares; es decir, inversiones que parte la iban a prestar ellos de la tesorería yanki, otras les iban a hacer inversiones privadas, pero proponían un plan que permitiría un aumento del consumo per cápita de 2,5 por año. De acuerdo con ese plan, plan que además no se va a realizar, porque todo eso es un cuento de camino, fíjense qué destino será el de la América Latina, qué situación la de los obreros y campesinos de la América Latina, cuya economía está estancada, cuya población crece, y cuya economía no crece.
Y las generaciones futuras recibirán el fruto de este trabajo, y seguirán ellas también adelante, haciendo cosas nuevas. Y en ellos, en los hombres y mujeres del futuro, tendremos los continuadores de esta obra revolucionaria; y en ellos, en los hombres y mujeres del futuro, tendremos los mayores admiradores de esta obra que están haciendo hoy los que, como ustedes, están escribiendo la Historia de la Patria.
La burguesía no solo trajo al mundo las guerras nacionales y coloniales: trajo al mundo las guerras imperialistas. La Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial, que costaron al mundo decenas y decenas de millones de seres humanos e incalculable destrucción. La burguesía, el capitalismo y el imperialismo trajeron al mundo el fascismo y la peor forma de fascismo que fue el nazismo. Fueron los burgueses y los capitalistas los que alentaron a Hitler, los que le dieron la ideología del anticomunismo, la ideología del racismo, la ideología de las guerras agresoras. Fue el imperialismo quien ayudó al rearme de la Alemania fascista y fue el imperialismo quien la alentó en sus guerras agresoras.
Nuestra lucha no es ni será jamás contra el pueblo de Estados Unidos. Quizás en ningún otro país se reciba a los ciudadanos norteamericanos con el respeto y la hospitalidad con que se les recibe en Cuba.Somos hombres de ideas y no una comunidad de fanáticos. Nunca en Cuba se culpó ni sembró odio contra el pueblo de Estados Unidos por las agresiones que hemos sufrido de sus gobiernos. Eso hubiera estado contra nuestras doctrinas políticas y nuestra conciencia internacionalista, bien probada a lo largo de muchos años y cada día más arraigada en nuestro pensamiento.
Nosotros habíamos aprendido a conocer a Bulgaria y a su historia y a su revolución, en primer término, por los hombres y mujeres que trabajaron en nuestro país. Y en una ocasión hemos dicho que si tan siquiera nos hubiésemos limitado a conocer a esos hombres, su actitud ante el trabajo, su espíritu de solidaridad y de cooperación, sus cualidades humanas, su conducta fraternal, su espíritu de trabajo, eso solo nos habría indicado que detrás de esos hombres había un partido, que detrás de esos hombres había una juventud, que detrás de esos hombres había una educación revolucionaria seria, internacionalista, comunista.
Cualquiera comprende que nadie hubiera podido realizar esta obra. Cualquiera comprende que ni uno ni dos ni diez ni cien: han sido necesarios cientos, con la cooperación además de miles; ha sido necesario, además, los que han trabajado produciendo cada uno de los materiales básicos, desde el que producía el cemento, la cabilla, la piedra, la arena, o el que descargaba algún equipo en los muelles, o los transportaba aquí. Solo la fuerza del pueblo, solo la fuerza de millones de personas es capaz de hacer una revolución, es capaz de vencer el atraso, es capaz de vencer la pobreza.
Páginas