Fidel
Soldado de las Ideas
Nosotros las hemos clasificado por un orden de prioridades, de manera que ya en algunas circunstancias el tener que emplear todas las reservas sería doloroso puesto que algunas de ellas están constituidas por personal que trabaja en actividades muy importantes. Y desde luego, ojalá no tengamos que emplear todas las reservas. Realmente tengo la profunda convicción de que si trabajamos bien, si empleamos correctamente los recursos de que disponemos, no habrá necesidad de movilizar todas las reservas.
Lo que nosotros planteamos es que los sábados se dedique el tiempo que se va a emplear en la instrucción revolucionaria, y en vez de estar leyendo cosas que no sean cosas vivas, que estudien por ejemplo la biografía de Marx, se escoja una de las mejores biografías de Marx —que las hay, y muy buenas—, y entonces estudian la vida de Marx, la vida de los fundadores del marxismo, cómo surgieron las ideas marxistas y contra qué ideas se enfrentaron.
Cuando de pedir se trata, les pedimos a nuestros compañeros los campesinos, les pedimos a nuestros compañeros los trabajadores, porque la república que estamos forjando, la patria que estamos redimiendo, no será el paraíso de los intereses creados, como fue siempre, sino el hogar donde puedan hallar la felicidad los hombres humildes y los pobres de nuestro pueblo. Y por eso digo que los obstáculos que tendremos que vencer son grandes y serán más grandes si el pueblo no se adapta, como tiene que adaptarse, a la realidad revolucionaria; serán más grandes si el pueblo se olvida de sus deberes, si el pueblo se olvida de que el gobernante de hoy no es el gobernante de ayer, que si el de ayer era su enemigo, el de hoy es su mejor amigo.
Nosotros entendemos que ustedes, los jóvenes estudiantes y los jóvenes en general de la RDA, igual que la juventud cubana y los estudiantes cubanos, tienen una gran tarea por delante. En el plano interno ustedes tienen que continuar la obra que se ha realizado hasta aquí, la consolidación del Estado socialista en todos los terrenos. En el plano ideológico ustedes tienen una dura lucha que librar con el mundo imperialista, contra sus recursos políticos, contra sus instrumentos ideológicos, contra sus espejismos y sus engaños.En el plano ideológico esta nueva generación de la RDA tiene que librar como han librado los jóvenes cubanos y como tendrán que librar los jóvenes cubanos una batalla muy dura.
Precisamente en medio de la campaña de alfabetización se produjo la invasión de Girón. Y una de las cosas que nos dolía a todos nosotros era que si íbamos a interrumpir aquella campaña, dijimos: ¡No! Sería una derrota. Sería una victoria del enemigo si entre otras cosas nos obliga a suspender la campaña de alfabetización.
A todos nosotros en la noche de hoy nos invade realmente una emoción profunda puesto que durante un buen número de años hemos trabajado para esta batalla que se inicia en toda su fuerza, masivamente, en la noche de hoy. Los cortes comenzarán mañana en muchos centrales del país, pero la batalla en su fase más crítica comienza desde este mismo momento.
Tuvimos grandes hombres, grandes héroes, grandes patriotas; tuvimos un gran pueblo. Fue una lucha extraordinariamente desigual y, por tanto, extraordinariamente heroica; una lucha que iba a culminar con la victoria, porque de eso, nosotros, que tuvimos que librar una lucha similar, no tenemos la menor duda, y, sin embargo, los cubanos no lograron la victoria. Prácticamente se la arrebataron; y, a decir verdad, no solamente nos la arrebataron, sino que nos enseñaron a darles las gracias a los mismos que nos la habían arrebatado.
Hay una coincidencia total entre la Revolución Argelina y la Revolución Cubana de apoyo a Viet Nam y al movimiento revolucionario en Asia, en Africa y en América Latina.
El mérito grande que tiene nuestro pequeño pueblo es haber demostrado ante el mundo que la Revolución Socialista, en la actual correlación de fuerzas mundiales, era posible en América y era posible a 90 millas de la metrópoli imperial de Estados Unidos, era posible aunque el imperialismo haya tratado de destruirla, era posible aunque el imperialismo trate y siga tratando de destruirla. Porque sépase que nosotros comprendemos perfectamente bien que el imperialismo no nos ha perdonado la vida, que el imperialismo no nos ha perdonado la Revolución, que el imperialismo no cesa —ni cesará— en su empeño de destruir la Revolución.
Vamos bien, porque ese es el camino, porque ese es el único y el verdadero camino de la Revolución, porque ese es el único y el verdadero camino del porvenir; es el camino del mañana. Porque así tendrá que ser cada vez más; y así, dentro de nuestra sociedad, han de ir ocupando cada vez más los lugares de honor y recibir cada vez más el homenaje y el reconocimiento del pueblo los que más luchan por el pueblo, los que más trabajan para el pueblo, los mejores hermanos del pueblo, los mejores hijos del pueblo.
Páginas