Fidel
Soldado de las Ideas
Embajadores y funcionarios acreditados ante Naciones Unidas continuaron hoy la firma del libro de condolencias abierto por la Misión Permanente de Cuba aquí para homenajear al recién fallecido líder revolucionario, Fidel Castro.
Un minuto de silencio y un minuto de aplauso expresaron los sentimientos de tristeza por el deceso del líder histórico Fidel Castro y de decisión de continuar su lucha, de cubanos y peruanos reunidos para rendirle homenaje.
Esas demostraciones de afecto por Fidel abrieron el acto realizado anoche en la embajada de Cuba en coordinación con la Asociación de Profesionales Peruanos Graduados en la isla.
Mientras en La Habana, la salud del líder histórico de la Revolución se deteriora, en el bloque materno del Hospital Abel Santamaría de Pinar del Río, un equipo médico se prepara para traer al mundo a Fidel Alejandro Acosta Rodríguez.
Sus padres todavía no han decidido que ese será su nombre, pero los trágicos acontecimientos que marcarán el día, los motivarán a hacerlo.
La firme determinación de que «Fidel y su obra viven y vivirán eternamente en el corazón de los cubanos», centró la gala político-cultural por el aniversario 60 del levantamiento armado del 30 de noviembre, presidida en esta ciudad por el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, miembro del Buró Político del Partido y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
El mundo se quedó sin el líder del equipo de los políticos, afirmó Diego Armando Maradona a su llegada a la isla para rendir tributo a Fidel, a quien profesó cariño de hijo.
Maradona es uno de esos millones de agradecidos con la obra del líder de la Revolución cubana: cuando muchos le dieron la espalda, la isla y Fidel lo recibieron con el corazon abierto para ayudarlo y rehabilitarlo.
Justo a las 6:50 p.m. de la tarde de este jueves el cortejo fúnebre con las cenizas del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz pasaba por el antiguo cuartel Agramonte del Regimiento Segundo del Ejército de Batista, sitio emblemático de la ciudad, transformado en ciudad escolar luego del triunfo revolucionario. Y allí, como en muchos sitios de la urbe, solo se escuchó una voz: «Yo soy Fidel».
«De viajes como éste no se regresa, o se regresa con la tiranía descabezada a los pies», decía el joven líder Fidel Castro, y en un pequeño yate de recreo anclado en el puerto mexicano de Tuxpan, el 25 de noviembre, 82 muchachos del Movimiento 26 de Julio se acomodaban para partir hacia costas cubanas.
Somos la memoria. Nada, nadie puede quitarnos eso: cada hombre o mujer es fruto de sus emociones cernidas en las vivencias. Además de los más recónditos recuerdos, las huellas de una vida suelen estar en gavetas llenas de notas y fotografías, en objetos que son símbolos.
Consciente del papel histórico que las empresas transnacionales han jugado en la concepción y aplicación de las políticas neoliberales a partir de la década de los años setenta, la voz de Fidel se ha elevado para reflejar la esencia de tales manipulaciones y dedicar al estudio de estas expresiones del sistema capitalista importantes análisis, indispensables a la hora de desentrañar las causas que provocan tales fenómenos y discutir sobre las políticas alternativas para impulsar otro mundo posible.
Verano de 1993, en horas de la noche. Escenario: Consejo de Estado, en la Plaza de la Revolución. El equipo Cuba de béisbol acababa de arribar a la Patria luego de otra exitosa actuación en tierras foráneas. Y el anfitrión no podía ser otro que el Comandante en Jefe Fidel Castro.
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