¿Por qué fueron legales las nacionalizaciones?

Por estos días se escucha con frecuencia a muchos cubanos, ante el incremento de la agresión y la arrogancia imperial yanqui, parafrasear al general Antonio Maceo en ocasión de la histórica entrevista de Mangos de Baraguá en 1879, al responder a la presentación del documento claudicador que representaba el Pacto del Zanjón: «... No, nos entendemos…». Coincido con ellos, no nos podemos entender con el Gobierno de ee. uu.

Batalla de El Uvero, triunfo de lealtad y solidaridad

La madrugada del 28 de mayo de 1957 presagiaba para la guarnición del cuartel de El Uvero, en la costa de la Sierra Maestra, en el oriente de Cuba, el rutinario comienzo de un nuevo día para la tropa dedicada a patrullar la región y mantener el orden en el poblado, cuando de la espesura del monte cercano un certero disparo destruyó el equipo de radio del campamento y de inmediato una lluvia de balas acribillaron el lugar.

 

El Uvero marcó la mayoría de edad del Ejército Rebelde

En la madrugada del 28 de mayo de 1957 se tomó una de las decisiones más importantes de la lucha contra el dictador Fulgencio Batista: atacar un cuartel bien protegido por más de 60 soldados del ejército del tirano. Fue violento el ataque de El Uvero, el primero que hacía el recién formado núcleo combativo, pero resultó necesario.
 

Descendientes de batistianos pretenden ser «indemnizados» por la Helms-Burton

Ahora resulta que el señor José Ramón López, quien dice ser hijo del empresario cubano José López Vilaboy, propietario antes de 1959 del aquel entonces Aeropuerto de Rancho Boyeros; de la Cía. Cubana de Aviación; del hotel Colina y de otros inmuebles, que el Gobierno Revolucionario soberanamente confiscó, a tenor del Título III de la Ley Helms-Burton, pretende ser indemnizado, cuando su padre fue uno de los testaferros más allegados del dictador Fulgencio Batista

Los médicos son los héroes

Como si fuera poco el «arsenal» histórico que blinda los argumentos de los 122 delegados cubanos al 18vo. Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE), el grupo de jóvenes entusiastas de la FEEM y la FEU viajó a Caracas con un héroe vivo, de esos que –es cierto– no faltan en nuestra Isla, pero que siempre, estén donde estén, convidan a empinarse a la cumbre del modo más natural.
 

El ALBA, tan esperanzadora como necesaria

Fidel como discípulo de José Martí, a 22 días del triunfo revolucionario de 1959, y en su primera visita a Caracas, exponía un pensamiento integracionista, válido para hoy y para todos los tiempos:
«Quiero que el concepto patria tenga mayor alcance, que al decir patria nos estemos refiriendo a la gran América que componen nuestras pequeñas patrias».
 

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