A la voz genuina de los pueblos, Cuba no le fallará
Date:
Source:
La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba condena enérgicamente la intervención abierta y criminal que durante más de un siglo ha ejercido el Imperialismo Norteamericano sobre todos los pueblos de América Latina; pueblos que más de una vez han visto invadido su suelo en México, Nicaragua, Haití, Santo Domingo o Cuba; que han perdido ante la voracidad de los imperialistas yankis extensas y ricas zonas, como Tejas, centros estratégicos vitales, como el Canal de Panamá, países enteros, como Puerto Rico, convertido en territorio de ocupación; que han sufrido, además, el trato vejaminoso de los infantes de marina, lo mismo contra nuestras mujeres e hijas que contra los símbolos más altos de la historia patria, como la efigie de José Martí.
La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba condena, en fin, la explotación del hombre por el hombre, y la explotación de los países subdesarrollados por el capital financiero imperialista. En consecuencia, la Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba, proclama ante América:
El derecho de los campesinos a la tierra; el derecho del obrero al fruto de su trabajo; el derecho de los niños a la educación; el derecho de los enfermos a la asistencia médica y hospitalaria; el derecho de los jóvenes al trabajo; el derecho de los estudiantes a la enseñanza libre, experimental y científica; el derecho de los negros y los indios a la «dignidad plena del hombre»; el derecho de la mujer a la igualdad civil, social y política; el derecho del anciano a una vejez segura; el derecho de los intelectuales, artistas y científicos a luchar, con sus obras, por un mundo mejor; el derecho de los Estados a la nacionalización de los monopolios imperialistas, rescatando así las riquezas y recursos nacionales; el derecho de los países al comercio libre con todos los pueblos del mundo; el derecho de las naciones a su plena soberanía; el derecho de los pueblos a convertir sus fortalezas militares en escuelas, y a armar a sus obreros, a sus campesinos, a sus estudiantes, a sus intelectuales, al negro, al indio, a la mujer, al joven, al anciano, a todos los oprimidos y explotados, para que defiendan, por sí mismos, sus derechos y sus destinos.
En la lucha por esa América Latina liberada, frente a las voces obedientes de quienes usurpan su representación oficial, surge ahora, con potencia invencible, la voz genuina de los pueblos, voz que se abre paso desde las entrañas de sus minas de carbón y de estaño, desde sus fábricas y centrales azucareros, desde sus tierras enfeudadas, donde rotos, cholos, gauchos, jíbaros, herederos de Zapata y de Sandino, empuñan las armas de su libertad, voz que resuena en sus poetas y en sus novelistas, en sus estudiantes, en sus mujeres y en sus niños, en sus ancianos desvelados. A esa voz hermana, la Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba le responde : ¡Presente! Cuba no fallará. Aquí está hoy Cuba para ratificar, ante América Latina y ante el mundo, como un compromiso histórico, su dilema irrenunciable: Patria o Muerte.
- El 2 de septiembre de 1960, Fidel leyó ante un millón de cubanos en la Plaza de la Revolución José Martí el documento conocido como Primera Declaración de La Habana.
- El pueblo cubano reunido en la Asamblea General Nacional, aprobó el texto que respondía a los pronunciamientos de la Séptima Reunión de Consulta de Cancilleres de la OEA, celebrada el 2 de agosto de ese año en San José, Costa Rica.
- De ese encuentro, y con gran presión del Secretario de Estado norteamericano, había salido una advertencia a Cuba de atenerse a la disciplina del sistema interamericano y a la carta de la OEA, so pena de futuras sanciones.
- Ante el burdo chantaje, Fidel Castro y el canciller de Cuba, Raúl Roa García, denunciaron los ataques de Estados Unidos y sus aliados contra la Isla.
- Con esta Declaración, por vez primera se denunciaba públicamente la injerencia de Estados Unidos y proclamaba el derecho de los pueblos latinoamericanos y caribeños a su liberación y autodeterminación.
(Fragmentos de la Primera Declaración de La Habana)