Primero de Mayo: una marcha por Cuba
Este Primero de Mayo, en la histórica Plaza de la Revolución, todos seremos un país. Marcharemos por Cuba, por el presente y el futuro de la nación. Desfilaremos en un mar de pueblo que otra vez levantará a sus hijos en sus hombros.
Y esa imagen no será casual. Desde 1959, marchar el Día Internacional de los Trabajadores, los obreros, los estudiantes, las mujeres, los hombres, ancianos y niños, es compromiso, expresión de unidad, símbolo de victoria.
Marcharemos este martes, en primer lugar, porque es un derecho conquistado por los cubanos. Marcharemos conscientes de que debemos perfeccionar nuestra economía, para concretar los proyectos económicos y sociales que estamos construyendo.
Marcharemos por el privilegio de haber nacido en esta isla rebelde, que sigue levantando las banderas de la soberanía y la independencia, bajo las cuales decidimos cambiar todo lo que deba ser cambiado, sin recetas ajenas y sin ceder ni un milímetro en nuestros principios.
Marcharemos junto a los profesionales de las batas blancas, esas que son orgullo de Cuba y ejército de vida; junto a los que educan, enseñan y sueñan; junto a los que siembran la tierra; a los que no duermen junto al fusil dispuesto a protegernos; marcharemos junto a los que son continuidad de un proceso histórico indetenible, junto a nuestros jóvenes.
Y contrario a las irracionales y absurdas apuestas de nuestros adversarios, este Primero de Mayo protagonizaremos una movilización masiva y entusiasta que servirá para ratificar al mundo la unidad de los cubanos y el compromiso de los trabajadores con la nueva dirección del Gobierno, con Raúl y el Partido, y con el permanente legado de Fidel.
En Cuba ha habido una sola Revolución, y su concepto más genuino lo definió su histórico líder en esa misma Plaza capitalina, el primero de mayo del año 2000.
Los cubanos tenemos muchas razones para marchar este martes y muchas respuestas que dar a quienes apuestan por un futuro de concesiones y entregas. El desfile en la Plaza, como en toda Cuba, será el rostro de un país, de un solo pueblo en defensa de la obra más hermosa que hemos hecho.
Marcharemos por la permanente necesidad de una Cuba unida, que se muestra al mundo y abre los brazos a los movimientos de solidaridad, que cree firmemente en las esencias de su proyecto social, siempre perfectible.
La Plaza de la Revolución se colmará de pueblo, convencido de que como dijo el poeta “por esta libertad habrá que darlo todo”.