Fidel nos enseñó que sí se puede
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Fidel nos enseñó cómo enfrentar con eficiencia y cohesión los retos del período especial, el creciente bloque imperialista y las campañas mediáticas dirigidas a sembrar el desanimo entre la ciudadanía.
Fue la etapa donde entonces pocos en el Mundo apostaban por nuestra capacidad de resistir y vencer, sin embargo, nuestro pueblo bajo la conducción de Fidel, dio una inolvidable lección de firmeza y lealtad a los principios de la Revolución.
Fue Fidel, como afirmó Raúl el 26 de julio de 1994 en la Isla de la Juventud, el más preclaro hijo de Cuba en este siglo, aquel que nos demostró que sí se podía intentar la conquista del cuartel Moncada, que si se podía convertir aquel revés en la victoria lograda cinco años, cinco meses y cinco días aquel glorioso Primero de Enero de 1959.
Fidel demostró que sí se podía llegar a las costas de Cuba en el Yate Granma, que sí se podía resistir al enemigo, al hambre, la lluvia y el frío, y que sí se podía organizar un ejército revolucionario en la Sierra Maestra, tras la debacle de Alegría de Pio.
Que sí se podía abrir nuevos frentes guerrilleros en la provincia de Oriente con las columnas de Almeida y la de Raúl, que sí se podía derrotar con 300 fusiles, la gran ofensiva de más de diez mil soldados.
Que sí se podía repetir la epopeya de Maceo y Gómez, extendiendo con las columnas del Che y Camilo, la lucha desde el Oriente hasta el Occidente de la Isla y que si podía derrocar con el respaldo de todo el pueblo, la tiranía batistiana apoyada por el imperialismo norteamericano.
Fidel fue aquel que nos enseñó que sí se podía derrotar en 72 horas, y aún menos, la invasión mercenaria de Playa Girón y proseguir, al mismo tiempo, la campaña para erradicar el analfabetismo en un año, como se logró en 1961.
Que sí se podía proclamar el carácter socialista de la revolución a 90 millas del imperio, cuando sus naves de guerra avanzaban hacia Cuba tras las tropas de la brigada mercenaria.
Fue Fidel quien nos enseñó que si podía mantenerse con firmeza los principios irrenunciables de nuestra soberanía, sin temer al chantaje nuclear de Estados Unidos en los días de la crisis de los misiles en octubre de 1962.
Que sí se podía enviar ayudas solidarias a otros pueblos hermanos en lucha contra la opresión colonial, la agresión externa y el racismo.
Que sí se podía convertir a Cuba en una potencia médica, que si podía transformarse a Cuba en un gran polo científico, avanzar en los modernos y decisivos campos de la ingeniería genética y la biotecnología, desarrollar el turismo, pese al bloque norteamericano y construir pedraplenes en el Mar para hacer de Cuba un archipiélago cada vez más atractivo.
Que sí se puede, nos enseño Fidel a resistir, sobrevivir y desarrollarnos sin renunciar a los principios, ni las conquistas del socialismo.
Ese es el Fidel invicto que a un año de descansar eternamente en Santiago de Cuba, nos convoca con su ejemplo y la demostración de que sí se pudo, sí se puede y sí se podrá.