Pasan los años y Fidel sigue en Venezuela.
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"Absolutamente apoteósico”, recuerda Humberto Gómez, en ese entonces militante de la Juventud Comunista de Venezuela (JCV) y en la actualidad miembro de la Asociación de Combatientes de la década del 60.
Con esa expresión se refiere al 23 de enero de 1959, cuando Fidel Castro llegó de visita a Venezuela, apenas 22 días después del triunfo de la revolución en Cuba.
Invitado por la Universidad Central de Venezuela (UCV), el líder del Ejército Rebelde arribó al país donde una multitud lo esperaba.
La revista cubana Bohemia, en su edición del 1 de febrero de1959, reseñó que “a las tres de la madrugada comenzó a llegar el público al aeropuerto de Maiquetía. A las diez, treinta mil personas esperaban al héroe de la Sierra Maestra”.
“Hay que analizar el hecho de que cuando Fidel viene es apenas a 22 días del triunfo de la revolución. Eso mide la importancia que la naciente revolución le daba a Venezuela”, sostiene Gómez en una entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
El propio Fidel, al pisar Maiquetía, afirmó que al “entrar en Caracas he sentido más emoción que en La Habana. En Cuba agradecían la liberación con las manifestaciones, pero de Venezuela solo hemos recibido favores y nunca hemos prestado un servicio”.
La llegada del dirigente cubano se producía al cumplirse un año de finalizada la dictadura del general Marco Pérez Jiménez.
Gómez, también autor de la primera biografía de Fidel Castro escrita por un venezolano y actual director de la imprenta de la UBV, explica que durante 1958 diversas organizaciones políticas de Venezuela llevaron a cabo acciones a favor de la lucha del Ejército Rebelde contra el dictador Fulgencio Batista.
Entre los actos solidarios se encuentran el envío de un avión con armamento para los guerrilleros, la campaña de venta del bono Un Bolívar para la Sierra y la retransmisión de Radio Rebelde a través de las emisoras de Radio Continente, que permitía difundir la señal por Suramérica.
Durante su estadía en Venezuela, además del acto en la UCV, Fidel fue homenajeado en el Congreso Nacional y encabezó un masivo acto en la zona caraqueña de El Silencio.
La revista Bohemia relató que durante esta actividad, “calles y balcones mostraban un mar de cabezas” y la concentración “solo puede ser comparada con las celebraciones del 23 de enero cuando cayó Pérez Jiménez”.
Acompañado por el poeta chileno Pablo Neruda, Fidel expresó en la UCV que “soy revolucionario, y mi debilidad mayor es querer complacer a todo ciudadano que se me acerca”.
Al dirigirse a los estudiantes, señaló que estuvieran seguros “de que somos hombres conscientes de nuestra responsabilidad con nuestra patria, de nuestra responsabilidad con los pueblos oprimidos y de nuestro deber ineludible de solidaridad con todos los pueblos del continente americano”.
“Ser revolucionario es tener una postura revolucionaria en todos los órdenes, dedicar su vida a la causa de los pueblos, dedicar su vida a la causa de la revolución de los pueblos, a la plena redención de los pueblos oprimidos y explotados”, declaró.
Antes de las palabras de Fidel, Neruda leyó su poema “Un canto para Bolívar” y al finalizar, afirmó que “mi poema, con cambios de lugar, puede entenderse dirigido a Fidel Castro porque en las luchas por la libertad cada vez surge el destino de un hombre para dar confianza al espíritu de grandeza en la historia de nuestros pueblos”.
A 52 años de la primera visita, como máximo líder de la Revolución Cubana, de Fidel a Venezuela, Gómez analiza que en esos días se “sembró una impronta de amistad y de alianza fraterna con la que no pudieron el anti-comunismo y el anti-fidelismo desmontar en los cuarenta años de Cuarta República”.
Y cuando en 1989 el dirigente revolucionario viajó nuevamente a Venezuela “se notaba que seguía viva la admiración por la revolución cubana y por el líder de esa revolución”, sostiene Gómez.
Transcurridos los años, con una fuerte y renovada relación entre La Habana y Caracas, todavía se escucha el clamor del pueblo venezolano cuando Fidel aterrizó en Maiquetía.