DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ EN EL ACTO CLAUSURA DE LA PRIMERA CONFERENCIA DE SOLIDARIDAD DE LOS PUEBLOS DE ASIA, AFRICA y AMERICA LATINA (TRICONTINENTAL), EN EL TEATRO CHAPLIN, LA HABANA, EL 15 DE ENERO DE 1966
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Señores delegados;
Compañeras y compañeros cubanos:
No se nos escapa la trascendencia de este acto que culmina en la noche de hoy. Frente a todos los augurios del imperialismo, frente a todos sus pronósticos, que revelaban la gran esperanza de que esta conferencia concluyera en nada, de que esta conferencia, girando alrededor de los problemas del movimiento comunista internacional, estaba llamada a dividirse y estaba llamada a un rotundo fracaso, ha ocurrido lo que tal vez menos o quizás nunca esperaron: que la conferencia haya sido un éxito, que en esta conferencia se haya creado un organismo de carácter tricontinental, que haya arribado a acuerdos que recogen las aspiraciones más sentidas de los pueblos que luchan por su liberación, que se haya creado un comité de ayuda a los movimientos de liberación. Y no solo eso: algo que incuestionablemente duele mucho a los imperialistas, y es que Cuba haya sido escogida como sede del Secretariado Ejecutivo de la organización hasta tanto se celebre la próxima Conferencia Tricontinental (APLAUSOS).
No es que nosotros aquí estemos expresando un sentimiento de orgullo nacional. Por las peculiares circunstancias que rodean a nuestro país: su posición geográfica, el esfuerzo que realizan los imperialistas por aislarla del mundo, las medidas adoptadas para que prácticamente nadie pueda visitarnos, hace que el hecho de que esta conferencia se haya efectuado con tanto éxito en nuestra patria, y que además, desafiando todos los obstáculos, desafiando todas las dificultades, se haya considerado sitio adecuado para que funcione temporalmente aquí la sede, es algo que sin duda duele extraordinariamente a los imperialistas yankis.
Ha sido esta una gran victoria del movimiento revolucionario. Nunca había tenido lugar una reunión de tal amplitud y de tal magnitud, en que las representaciones revolucionarias de 82 pueblos se reunieran para discutir problemas de interés común. Nunca una reunión tan amplia, porque aquí han estado representados los pueblos de tres continentes, los movimientos revolucionarios de los pueblos de tres continentes, que tienen una común posición antimperialista, que representan la lucha de sus pueblos, desde distintas ideas o posiciones filosóficas, o desde distintas creencias religiosas, representativas en muchas ocasiones de distintas ideologías, pero que tienen algo de común: lo más común que une hoy a los pueblos de estos tres continentes y de todo el mundo, que es la lucha contra el imperialismo, la lucha contra el colonialismo y el neocolonialismo, la lucha contra el racismo y, en fin, todos esos fenómenos que son la expresión contemporánea de lo que debemos llamar imperialismo, cuyo centro, cuyo eje, cuyo soporte principal es el imperialismo yanki.
Y eso que tienen de común los pueblos en esta época, fue lo que hizo posible la reunión, los acuerdos y las conclusiones de esta conferencia. No fue, desde luego, una tarea fácil —puede parecer fácil—, pero no fue ni podía ser una tarea fácil, porque es natural que donde se reúnen representantes de pueblos tan diversos, de movimientos tan diversos, con problemas peculiares que prácticamente expresan todos los problemas actuales del mundo, no era fácil, no podía lograrse sin un arduo trabajo de elaboración de criterios y de acuerdos aceptables por todos.
Recordábamos nosotros en estos días, cuando se discutían distintos problemas, cuando se discutía la declaración final, cómo Carlos Marx y Federico Engels (APLAUSOS) habían estado muchos meses elaborando y redactando el Manifiesto Comunista, y cómo después de revisarlo muchas veces, de retocarlo y de perfeccionarlo, lo habían dado a la luz y, naturalmente, nuestra conferencia, disponiendo solo de dos semanas, menos de dos semanas, de unos pocos días, se veía en la necesidad de elaborar un documento que recogiera los criterios diversos y quedara redactado de manera que satisficiera lo más ampliamente posible a todas las delegaciones. Y se logró, a pesar de esas circunstancias, un documento que sin duda es el más profundo, el más amplio y el más radical de cuantos se han elaborado y acordado en una conferencia de esta índole.
Por primera vez participaron junto con los pueblos de Africa y de Asia, las representaciones de los pueblos de América Latina. Naturalmente que en el caso de América Latina la mayor parte, la casi totalidad de los representantes, lo eran de los movimientos y de los pueblos que luchan o lucharán por liberarse. Y tan solo nuestro pueblo representaba en este caso, el único pueblo liberado totalmente del dominio del imperialismo yanki, y constituido en poder revolucionario.
Entendemos que esta conferencia ocupará incuestionablemente un lugar en la historia de la lucha de los pueblos por su liberación, en la historia del movimiento revolucionario. Entendemos, igualmente, que las vinculaciones establecidas, los nexos que se han creado entre todos los movimientos que en el mundo luchan contra el imperialismo y los organismos que se han creado, jugarán un papel incuestionable en el apoyo, en la solidaridad y en el incremento de la lucha revolucionaria.
Hemos tenido oportunidad de conocer más profundamente, más detalladamente el pensamiento y la situación concreta de cada uno de los movimientos que luchan por su liberación en estos momentos. Hemos tenido oportunidad de conocer la situación concreta de cada uno de los pueblos que luchan y, sobre todo, hemos tenido la oportunidad de ver cómo se acrecienta la solidaridad de los pueblos entre sí (APLAUSOS), cómo crece la fuerza del movimiento revolucionario a escala mundial, y cómo crece y podrá crecer en los tiempos venideros la ayuda de unos pueblos a otros, la ayuda de todos los pueblos a cada uno de los pueblos que luchan, la ayuda —a una escala y a un nivel que no conoció nunca antes la humanidad— de los pueblos unos a otros. Y cómo a pesar del poderío militar y técnico de los imperialistas, será incuestionablemente mucho más poderosa la fuerza unida de los pueblos revolucionarios.
El imperialismo será inevitablemente derrotado. ¿Quiénes nos han enseñado esa lección? Nos la han enseñado los pueblos. ¿Quién entre los pueblos nos ha dado en estos tiempos la más extraordinaria lección? El pueblo de Viet Nam (APLAUSOS PROLONGADOS). Viet Nam es un país pequeño; los imperialistas lo han dividido en dos partes: Viet Nam del Norte y Viet Nam del Sur. Para los revolucionarios es un solo Viet Nam, para nosotros (APLAUSOS).
Contra el pueblo de Viet Nam del Sur han volcado los imperialistas yankis gran parte de su poderío: cientos de miles de soldados regulares de las fuerzas armadas imperialistas, cientos de miles, además, de soldados reclutados por el gobierno títere, cientos de aviones, miles de helicópteros y, sin embargo, los imperialistas yankis no han podido aplastar a esa parte del pueblo de Viet Nam.
Tratando de intimidar a sus hermanos de la otra parte de Viet Nam, iniciaron los bombardeos con cientos de aviones diariamente, para exigir la rendición, para tratar de poner de rodillas a los vietnamitas y, sin embargo, según los propios imperialistas confiesan, en vez de ganar terreno, han perdido terreno. Y ante la resistencia cada vez más tenaz y heroica, más y más aviones, más y más bombas; y ante el asombro del mundo, el pueblo de Viet Nam, dando el más extraordinario ejemplo de heroísmo que haya conocido la historia de ningún movimiento de liberación, porque nunca un movimiento de liberación tuvo que enfrentarse contra fuerzas más poderosas, está anulando y venciendo el poderío de los imperialistas yankis.
Mas no solo bombardean a Viet Nam. Bombardean también incesantemente a los patriotas de Lao (APLAUSOS), y amenazan con bombardear y agredir al pueblo de Cambodia (APLAUSOS). Esas actitudes, esas amenazas de los imperialistas yankis revelan su impotencia, revelan su desesperación. Es la consecuencia de una situación que se les hace cada vez más crítica en esa parte del mundo, la consecuencia de las derrotas que vienen sufriendo en aquella zona de Asia donde se libra, sin duda, una batalla decisiva entre los pueblos y el imperialismo, no solo el imperialismo yanki, sino el imperialismo yanki y sus aliados, el imperialismo yanki y sus socios de aventura en Asia, expresado a través de las movilizaciones de soldados sudcoreanos, de soldados australianos, de soldados thailandeses y de los intentos de recabar la complicidad, bien en fuerzas militares o bien en fuerzas auxiliares, del mayor número posible de gobiernos del mundo.
Esa batalla contra el pueblo de Viet Nam y contra el pueblo de Lao demuestra, unido a las amenazas contra Cambodia, la necesidad de llevar al máximo la ayuda y la solidaridad a esos pueblos.
Los imperialistas yankis cuentan allí con el apoyo de un Estado, que es Thailandia, donde poseen numerosas bases, numerosas tropas, desde las cuales amenazan a Lao, a Viet Nam, a Cambodia. No quiere decir esto que tal situación haya de prolongarse indefinidamente; estamos seguros de que al igual que los pueblos de Viet Nam, de Lao y de Cambodia, llegará también la hora para que el pueblo thailandés exija cuenta a los imperialistas yankis (APLAUSOS); llegará la hora en que ese pueblo, también oprimido y explotado, inspirado en el ejemplo de los pueblos hermanos vecinos, se sume también a la lucha contra los imperialistas.
Pero, mientras tanto, los imperialistas no solo han llevado la guerra a Viet Nam, a todo Viet Nam y a Lao, sino que amenazan a Cambodia. Y Cambodia es un país pequeño, todavía no atacado, pero sí seriamente amenazado por los imperialistas yankis. Y, por tanto, se plantea incuestionablemente la necesidad de que los estados revolucionarios ayudemos al fortalecimiento de las defensas del pequeño pueblo de Cambodia (APLAUSOS).
Conversando con el representante de ese país, en ocasión de su participación en la Conferencia Tricontinental, al escuchar de sus labios la situación de su país, los peligros que lo acechan, le expresábamos este criterio. Y le decíamos, además, que nosotros los cubanos, aunque constituimos un pequeño estado y estamos a una enorme distancia de Cambodia, estábamos dispuestos a contribuir en la medida de nuestras fuerzas al fortalecimiento de sus defensas (APLAUSOS PROLONGADOS), y que solo necesitábamos que nos lo expresaran así, solo necesitábamos que en cualquier circunstancia que lo estimasen pertinente nos lo pidieran, que nosotros estábamos dispuestos a dar nuestro aporte.
¡Y esa es también nuestra disposición con respecto a Lao y con respecto a Viet Nam del Norte y a Viet Nam del Sur! (APLAUSOS.)
Nosotros somos un estado pequeño, bastante próximo a las costas de la metrópoli imperialista, nuestras armas son eminentemente armas defensivas, ¡pero nuestros hombres, de todo corazón, nuestros militantes revolucionarios, nuestros combatientes (APLAUSOS PROLONGADOS) están dispuestos a luchar contra los imperialistas en cualquier parte del mundo! (APLAUSOS.)
Nuestro país es un país pequeño, nuestro territorio puede ser, incluso, parcialmente ocupado por el enemigo, que eso no querría decir jamás cese de nuestra resistencia; pero el mundo es grande y los imperialistas están en todas partes, ¡y para los revolucionarios cubanos el campo de batalla contra el imperialismo abarca a todo el mundo! (APLAUSOS PROLONGADOS.)
Sin alardes, sin alardes, sin inmodestias de ningún tipo, así entendemos los revolucionarios cubanos nuestro deber internacionalista; así entiende nuestro pueblo sus deberes, porque entiende que el enemigo es uno, el mismo que nos ataca a nosotros en nuestras costas y en nuestras tierras, el mismo que ataca a los demás. ¡Y por eso decimos y proclamamos que con combatientes cubanos podrá contar el movimiento revolucionario en cualquier rincón de la Tierra! (APLAUSOS PROLONGADOS.)
Miles y miles de cubanos han expresado su deseo y su voluntad de marchar a cualquier parte del mundo, donde los necesiten, para ayudar al movimiento revolucionario (APLAUSOS), y esto es lógico.
Si los imperialistas yankis se toman la libertad de bombardear donde les da la gana y de enviar a sus tropas mercenarias a reprimir el movimiento revolucionario en cualquier parte del mundo, los pueblos revolucionarios sienten el derecho de ayudar, incluso con su presencia física (APLAUSOS), a los pueblos que luchan contra los imperialistas yankis, y así, si cada cual ayuda en la medida de sus fuerzas, si cada cual ayuda en la medida de sus posibilidades, los imperialistas yankis serán derrotados. Y si en algún lugar están llamados a sufrir una derrota aplastante, ese lugar es el sudeste de Asia (APLAUSOS). Porque allí, porque allí es posible establecer una correlación de fuerzas incomparablemente superior a la de los imperialistas yankis.
Por eso, nosotros no tenemos la menor duda de que serán derrotados, de que serán aplastados por los propios pueblos de aquella región, y si incrementan sus fuerzas y las de sus aliados reaccionarios, serán aplastados por las fuerzas no solo de aquellos pueblos, sino por las fuerzas del campo socialista y de los demás pueblos (APLAUSOS).
Por eso los imperialistas yankis lanzan sus hipócritas ofensivas de paz para tratar de confundir, para tratar de engañar. Y por eso han dicho —y han dicho muy bien— los pueblos de Viet Nam, que la única paz, que la verdadera paz solo se logrará cuando los imperialistas yankis cesen de atacar, y cuando los imperialistas yankis cesen de ocupar el territorio o parte del territorio de Viet Nam, y cuando los imperialistas yankis saquen sus tropas mercenarias y sus bases militares del territorio de Viet Nam.
Es decir, que se les ha dicho a los imperialistas lo único que en esas circunstancias cabe decirles, que la verdadera paz —puesto que ellos son los únicos perturbadores de la paz— se logrará cuando se retiren de Viet Nam (APLAUSOS).
Y es evidente que los imperialistas están allí librando una batalla sin esperanzas, que los imperialistas están librando allí una lucha en que están llamados a afrontar la derrota inevitablemente. Y en consecuencia, quieren trocar la derrota por una paz falsa.
Y es lógico que el pueblo de Viet Nam se niegue, es lógico que el pueblo de Viet Nam no esté dispuesto a cambiar su victoria por esa clase de falsa paz.
Y si nosotros estuviésemos en una situación similar, estoy completamente seguro de que diríamos exactamente lo mismo (APLAUSOS), y que nos negaríamos a negociar bajo las bombas, y que nos negaríamos a negociar bajo la agresión, y que nos negaríamos a negociar bajo la ocupación.
Y por eso, nuestro pueblo y la conferencia, unánimemente, apoyaron las posiciones y los puntos del gobierno de la República Democrática de Viet Nam y del Movimiento de Liberación de Viet Nam del Sur (APLAUSOS).
Sobre esta cuestión, sobre este tema —el más candente en la actualidad— hubo criterios prácticamente unánimes. Y es muy bueno que los imperialistas yankis conozcan el grado de solidaridad que hay en todos los pueblos del mundo con Viet Nam; es bueno que los imperialistas yankis comprendan el grado de apoyo que el pueblo de Viet Nam tiene en todo el mundo.
Y por eso, consideramos que esta conferencia de la solidaridad de los pueblos de los tres continentes ha expresado y ha actuado de manera que el apoyo y el sentimiento de solidaridad hacia el Viet Nam se ha hecho evidente, y además crecerá. Y lo mismo que hacia Viet Nam, hacia Lao y hacia Cambodia, que son los pueblos allí agredidos o que corren riesgos de agresión.
En todos los problemas de Asia, de Africa y de América Latina fue similar la posición de la conferencia. Los pueblos y los movimientos de liberación de Africa —y para no cometer un olvido, quiero decir que también un país pequeño, que allí en esa zona de Asia lucha por su liberación, que es, aunque no muy conocido, un pueblo que lucha bravamente: el pueblo de Kalimantán del Norte— (APLAUSOS PROLONGADOS) recibieron la cálida adhesión de la conferencia, al igual que el pueblo de Yemen y el pueblo de Palestina (APLAUSOS).
Los de Africa —como les decía—, los movimientos de liberación que tan dignamente representados estuvieron en esta conferencia: el pueblo de la Guinea, ocupada por Portugal, y las Islas de Cabo Verde, representados aquí por uno de los movimientos revolucionarios más serios de Africa (APLAUSOS), y por uno de los dirigentes más claros y más brillantes de Africa, el compañero Amílcar Cabral (APLAUSOS PROLONGADOS), que nos ha hecho sentir una enorme confianza en el futuro y el éxito de su lucha por la liberación; el movimiento de liberación de Angola y de Mozambique, otras dos colonias portuguesas (APLAUSOS), que luchan con las armas por su liberación; el pueblo de Zimbabwe, oprimido por la minoría racista de Rhodesia del Sur (APLAUSOS); el pueblo del Congo (Leopoldville) (APLAUSOS); el pueblo oprimido de Africa del Sur (APLAUSOS); los Protectorados de Swazilandia, Bechuanalandia y Basutolandia (APLAUSOS), cuyas raíces gramaticales nos están revelando el perfil imperial del país que los colonizó.
Y, en fin, todos los movimientos de liberación de Africa estuvieron en esta conferencia dignamente representados y contaron con el cálido apoyo y la solidaridad de todos los delegados.
En Africa se manifiesta cada vez más el intento imperialista de penetrar, de dividir, de sojuzgar. Y han puesto de moda, en las últimas semanas, el golpe de Estado. Golpes de Estado en el Congo; golpes de Estado en Africa, en la República Central; golpes de Estado en Nigeria, según informan los cables, demuestra los esfuerzos desesperados del imperialismo por fortalecer el dominio en esa parte del mundo.
En Africa se libra también una lucha decisiva, y el papel de los movimientos revolucionarios, y el papel de los nuevos Estados que no han sido infectados por el mal del neocolonialismo, será de extraordinaria importancia para resistir este empuje y esta penetración de los imperialistas. Porque allí la ayuda al movimiento revolucionario, la ayuda decidida a los movimientos de liberación, la ayuda decidida a las mayorías oprimidas por los racistas, será un factor decisivo. Igualmente decisivo será el sentido de la responsabilidad, la seriedad y la unión de los dirigentes revolucionarios africanos.
Algunos movimientos han sufrido algunos golpes, han sufrido algunos reveses. Pero esos reveses no deben servir para desalentarlos; esos reveses deben servir de experiencia, esos reveses deben servir de lección, a fin de adoptar las medidas y dar los pasos pertinentes para superar las actuales dificultades, para así superar los fallos y las debilidades del movimiento revolucionario.
El movimiento de solidaridad, que comenzó en Africa y en Asia, y se ha extendido ya al tercer continente del mundo oprimido y explotado por el imperialismo, tendrá su próximo evento —por acuerdo de la conferencia— en la ciudad de El Cairo, satisfaciendo así la invitación del presidente Nasser (APLAUSOS), que ofreció la capital de la República Arabe Unida como sede de la próxima Conferencia Tricontinental en el año 1968, y estamos seguros —y debemos hacer por ello los mayores esfuerzos— de que para esa fecha, entre los pueblos que se hayan liberado del imperialismo, del colonialismo, podremos saludar a varios pueblos más, hermanos de Africa (APLAUSOS).
Los problemas de América Latina, comenzando por el problema más candente y más crítico, que es el problema de la ocupación militar de Santo Domingo por los soldados regulares del imperialismo yanki, mereció la atención de esta conferencia y el pleno apoyo de los delegados en representación de sus pueblos.
La América Latina confronta en los años venideros, en el escenario dominicano, una de las luchas más serias en los próximos años. Santo Domingo, un país pequeño ocupado por decenas de miles de soldados yankis, se enfrenta a una lucha larga y dura. Santo Domingo, el pueblo dominicano, no deberá enfrentarse solo a los imperialistas yankis (APLAUSOS).
En muchas otras naciones de América se dan las condiciones plenas para la lucha armada revolucionaria. Esta lucha se desenvuelve ya también desde hace rato en Venezuela (APLAUSOS), en Perú (APLAUSOS), en Colombia (APLAUSOS), en Guatemala (APLAUSOS).
En la América Latina no debe quedar ni uno, ni dos, ni tres pueblos luchando solos contra el imperialismo. La correlación de fuerzas de los imperialistas en este continente, la proximidad de su territorio metropolitano, el celo con que tratará de defender sus dominios en esta parte del mundo, exige en este continente, más que en ninguna otra parte, una estrategia común, una lucha común y simultánea (APLAUSOS).
Si los imperialistas no tienen que enfrentarse solo al pueblo dominicano, o solo al pueblo de Guatemala, o solo al pueblo de Venezuela, o solo al pueblo de Colombia, o solo al pueblo de Perú, si también tienen que luchar —a la vez que en cada uno de estos pueblos— contra los demás pueblos oprimidos, como Brasil, como Bolivia, como Paraguay, como Ecuador, como Argentina (APLAUSOS), y otros pueblos de Centroamérica; si la lucha se libra en amplia escala, si cada uno de estos, de los revolucionarios de este continente, cumple con su deber y el deber de todo revolucionario, como dice la Declaración de La Habana, es hacer la revolución (APLAUSOS PROLONGADOS y EXCLAMACIONES), 7 hacer la revolución de hecho y no de palabra (APLAUSOS). No ser revolucionario solamente en teoría, sino revolucionario en la práctica (APLAUSOS PROLONGADOS y EXCLAMACIONES); si los revolucionarios invierten menos energía y menos tiempo en teorizaciones, y dedican más energía y más tiempo al trabajo práctico, y si no se toman tantos acuerdos y tantas alternativas y tantas disyuntivas y se acaba de comprender que más tarde o más temprano los pueblos todos, o casi todos, tendrán que tomar las armas para liberarse (APLAUSOS PROLONGADOS Y EXCLAMACIONES), entonces avanzará la hora de la liberación de este continente. Y entre los que teorizan y los que critican a los que teorizan y a la vez se ponen a teorizar (RISAS), desgraciadamente se pierden muchas energías y mucho tiempo.
Nosotros creemos que en este continente, en todos o en casi todos los pueblos, la lucha asumirá las formas más violentas. Y cuando se sabe eso, lo único correcto es prepararse para cuando esa lucha llegue, ¡prepararse! (APLAUSOS PROLONGADOS.)
Naturalmente que esa lucha estallará primero allí donde —como dice la Declaración de La Habana— las condiciones de opresión imperialista son más descarnadas, allí donde todas las vías están absolutamente cerradas, tal como sucede en la mayor parte de los países de este continente. Y aun allí donde todavía la burguesía y el imperialismo ejercen su dominio de clase por medios constitucionalistas, como es el caso de Uruguay, allí se manifiestan de manera cada vez más palmaria la fuerza del movimiento de masas y el espíritu revolucionario del pueblo (APLAUSOS).
Y nosotros debemos decir las grandes simpatías de nuestro país hacia Uruguay, porque aquel es un país pequeñito, pequeñito, que no tiene montañas, rodeado de dos colosos reaccionarios, y donde siempre, invariablemente, sin ninguna excepción, en cada una de las circunstancias, ha sido pareja con el pueblo de Venezuela en la solidaridad y el apoyo a la Revolución Cubana (APLAUSOS).
Y aún recordamos cómo, a raíz de la ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba, por acuerdo de la OEA, impuesto por Estados Unidos como sanción contra Cuba, el pueblo de Uruguay, dirigido por sus organizaciones revolucionarias, se lanzó a la calle y protestó con incomparable energía contra aquel hecho servil y traidor a un pueblo de este continente.
Pues bien: en este problema de América Latina, ustedes, señores delegados, me permitirán que me extienda en algunas consideraciones, por estar nosotros ubicados en este continente.
Y los imperialistas yankis contra nosotros no solo han usado el bloqueo económico, no solo han usado las agresiones armadas, no solo nos han amenazado mortalmente en determinadas circunstancias, no solo han perpetrado contra este país todo tipo de sabotajes, filtraciones de espías, ataques piratas, sino que el imperialismo yanki ha acudido contra nuestro país a armas más sutiles, como son las armas de la propaganda y de la calumnia. Y no solo eso, sino que el imperialismo yanki y sus agentes han tratado de destruir el prestigio de la Revolución Cubana, han tratado de presentar a la Revolución Cubana al margen de las luchas revolucionarias de este continente, y han tratado —de la manera más vil y más calumniosa— de desacreditar a la Revolución. Y se han valido de todos los medios, se han valido de todos los hechos, se han valido de todas las armas.
Desde luego que a los imperialistas les interesaría una discusión en concreto de estos problemas; a un irresponsable cualquiera, a un charlatán cualquiera, a un fantoche cualquiera, no le importa afirmar cualquier irresponsabilidad, cualquier calumnia.
Bien es sabido que solo al enemigo le interesaría de qué forma se lleva a cabo en la práctica esa palabra que se llama solidaridad, no solo con los pueblos revolucionarios de este continente, sino de todo el mundo (APLAUSOS).
¿Pero qué ha ocurrido?
Hay un hecho que voy a tomar como ejemplo para demostrar cómo trabaja el imperialismo y sus agentes, y que es un hecho extraordinariamente interesante. Me refiero a la campaña realizada por el imperialismo yanki y sus agentes en relación con la partida de nuestro compañero Ernesto Guevara (APLAUSOS). Creo que este es un asunto que hay que “tomar por los cuernos” (RISAS) para esclarecer algunas cosas.
El compañero Ernesto Guevara, unos cuantos revolucionarios de este país y unos cuantos revolucionarios fuera de este país saben cuándo salió, qué ha estado haciendo en este tiempo y, desde luego, los imperialistas estarían muy interesados en saber, con todos los detalles, dónde está, qué ha hecho, cómo lo hace y, desde luego, al parecer no lo saben y si lo saben lo disimulan mucho (RISAS).
Pero, desde luego, estas son cosas que el tiempo, cuando las circunstancias lo permitan, permitirá su esclarecimiento. Pero los revolucionarios no necesitamos esos esclarecimientos; es el enemigo quien se vale de estas circunstancias para tratar de intrigar y para tratar de confundir y para tratar de calumniar.
El compañero Guevara se unió a nosotros cuando estábamos exiliados en México, y siempre desde el primer día tuvo la idea, claramente expresada, de que cuando la lucha terminara en Cuba, él tenía otros deberes que cumplir en otra parte, y nosotros siempre le dimos nuestra palabra de que ningún interés de Estado, ningún interés nacional, ninguna circunstancia, nos haría pedirle que se quedara en nuestro país, obstaculizar el cumplimiento de ese deseo, o de esa vocación. Y nosotros cumplimos cabal y fielmente esa promesa que le hicimos al compañero Guevara (APLAUSOS).
Naturalmente que si el compañero Guevara iba a salir del país, era lógico que lo hiciera clandestinamente, era lógico que se moviera clandestinamente, es lógico que no haya estado llamando a periodistas, es lógico que no haya estado dando conferencias de prensa, es lógico que, dadas las tareas que se propuso, debiera hacerlo en la forma en que lo hizo. Y, sin embargo, cuánto provecho han tratado de sacar los imperialistas de esta circunstancia y cómo lo han hecho.
Es por eso que yo traje algunos papeles. No se vayan a asustar ustedes pensando que les voy a leer todos los papeles que aquí hay, solo les voy a leer algunas cosas, porque aquí está lo que han escrito todos los periódicos imperialistas y burgueses con relación al caso del Comandante Guevara, lo que han escrito los periódicos de Estados Unidos, sus revistas, sus agencias cablegráficas, los periódicos burgueses de América Latina y de todo el mundo. Y vamos a ver quiénes han sido precisamente los principales voceros de la campaña imperialista de intriga y de calumnia contra Cuba con relación al caso del compañero Guevara. En primer término, ciertos elementos que han sido utilizados en las últimas décadas de manera constante contra el movimiento revolucionario.
Y así, si ustedes me dan un poquito de tiempo, entre tantos datos voy a buscar uno muy interesante.
¡Ah, lo encontré! (RISAS Y APLAUSOS) Es un cable de la UPI de diciembre 6 de 1965 que dice: “Ernesto Guevara fue asesinado por el Primer Ministro cubano Fidel Castro (EXCLAMACIONES) por orden de la URSS (EXCLAMACIONES) —declaró Felipe Albaguante, jefe de los trotskistas mexicanos en declaraciones a “El Universal”. Agrega que el Che fue liquidado por insistir en poner a Cuba en la línea china (EXCLAMACIONES).
Esto, naturalmente, venía a tono con una campaña que comenzaron a desatar los elementos trotskistas en todas partes simultáneamente.
Y así, con fecha octubre 22, en el semanario “Marcha”, se publica un artículo en que un conocido teórico del trotskismo, Adolfo Gilly, afirma que “el Che salió de Cuba debido a discrepancias con Fidel por el conflicto chino-soviético y que el Che no pudo imponer su opinión en la dirección.” Dice que “el Che, en forma confusa, propugnaba la extensión de la Revolución al resto de América Latina, en oposición a la línea soviética.” Dice que “la dirección cubana está dividida entre un ala conservadora, que incluye a viejos dirigentes del PSP, los partidarios del Che, y Fidel y su equipo en una posición de oscilación centrista conciliadora.” Dice que “el Che salió de Cuba por carecer de medios para expresarse y que Fidel temió enfrentarse a las masas para explicar el caso Ché.”
Este mismo teórico del trotskismo el 31 de octubre de 1965 como reportero de “Nuevo Mundo”, un periódico italiano, escribe un artículo calificando a la dirección cubana de “filosoviética” y acusando a Fidel de “no haber explicado políticamente al pueblo lo ocurrido con el Che”. Dice que “el Comandante Guevara fue derrotado por el PSP y el equipo castrista”; critica al Che por “no haber llevado a las masas la lucha por imponer su tesis” y concluye que “el Estado cubano, paralizado por su propia política, no apoyó abiertamente a la revolución dominicana”. y sobre esto me voy a referir más extensamente un poco más adelante.
En el número de octubre de 1965, el periódico “Batalla”, de los trotskistas españoles, declara que “el misterio que rodea el caso del Che Guevara debe ser aclarado”. Dice que “amigos del Che suponen que la carta leída por Castro es falsa y se preguntan si la dirección cubana se orienta hacia una sumisión a la burocracia del Kremlin”.
Por la misma fecha aproximadamente, el órgano oficial trotskista de Argentina publica un artículo en el que asegura que el Che está muerto, o preso en Cuba. Dice que “entró en conflicto con Fidel Castro por el funcionamiento de los sindicatos y la organización de las milicias”. Agrega que “el Che se oponía a la integración del CC con los favoritos de Castro, especialmente oficiales del ejército, seguidores del ala derecha de Moscú”.
Pero uno de los escritos más sucios, más groseros y más indecentes es el que escribió el dirigente del Buró Político Latinoamericano de la Cuarta Internacional en el periódico “Lucha Operaria”, de Italia. Sobre este artículo, largo por cierto, solo voy a leer tres párrafos. Empieza diciendo:
“Un aspecto de la agudización de la crisis mundial de la burocracia es la expulsión de Guevara. Guevara ha sido expulsado ahora, no desde hace ocho meses. Ocho meses ha durado la discusión con Guevara y no han sido ocho meses que pasaron bebiendo café, han luchado duramente y quizás ha habido muertos, quizás se ha discutido a golpes de pistola. No podemos decir si han matado o no a Guevara, pero existe el derecho a suponer que lo hayan matado. ¿Por qué Guevara no aparece? No lo han presentado en La Habana por temor a las consecuencias, a la reacción de la población, pero en definitiva, al esconderlo, producen el mismo efecto. La población dice: ¿Por qué Guevara no sale, no aparece? No hay ninguna acusación política, existen elogios políticos en relación con él. ¿Por qué no han presentado a Guevara? ¿Por qué no ha hablado? ¿Cómo es posible que uno de los fundadores del Estado obrero cubano, que hasta hace poco tiempo recorría el mundo en nombre del Estado obrero, imprevistamente diga: 'me he aburrido de la Revolución Cubana, voy a hacer la revolución en otra parte'? Por otra parte, no dicen dónde ha ido y no se presenta. Si no hay ninguna divergencia, ¿por qué no se presenta? Todo el pueblo cubano comprende que hay una lucha enorme y que esta lucha no se ha terminado.
“Guevara no estaba solo ni está solo. Si toman estas medidas contra Guevara es porque hay una gran tendencia, muy grande, que está de su parte. Y además de una tendencia muy grande, hay una enorme preocupación del pueblo.
“Hace poco tiempo el gobierno cubano publicó un decreto bastante severo: 'es necesario restituir todas las armas al Estado'. En aquel momento la cuestión era un poco confusa, ahora está claro qué fin tenía esta resolución, era contra la tendencia Guevara. Tienen miedo de un levantamiento.”
Otro párrafo: “¿Por qué han hecho callar a Guevara? La Cuarta Internacional debe llevar adelante una campaña pública en ese sentido, exigiendo la aparición de Guevara, el derecho de Guevara a defenderse y discutir, a hacer apelación a las masas, a no fiarse de las medidas tomadas por el gobierno cubano, porque son medidas burocráticas y quizás de asesinos. Han eliminado a Guevara por callar su lucha, han hecho callar a Guevara. No obstante que su posición no fuese consecuente desde el punto de vista revolucionario, porque tendía hacia la armonización de sus posiciones en la tendencia revolucionaria.”
Y más adelante dice: “Esto demuestra, no la potencia de Guevara o de un grupo guevarista en Cuba, sino la madurez de las condiciones en el resto de los estados obreros para que en breve tiempo estas posiciones fructifiquen. No se engaña a la burocracia con maniobras y medidas de este género. La eliminación de Guevara significa para la burocracia la tentativa de liquidar una base de posible reagrupamiento de tendencias revolucionarias que continúan el desarrollo de la revolución mundial. Esta es la base de la liquidación de Guevara y no solo por el peligro que representa a Cuba, sino porque incluye el resto de la revolución latinoamericana.
“Al lado de Cuba está Guatemala, al lado de Cuba está Guatemala con el programa de la revolución socialista y, no obstante, su fuerza y los discursos de su líder máximo Fidel Castro, no ha podido impedir que el Movimiento '13 de Noviembre' se transforme en un movimiento socialista revolucionario y que luche directamente por el socialismo.”
No es absolutamente casual, ni mucho menos, que este señor dirigente de la Cuarta Internacional, mencione aquí muy ufano el caso de Guatemala y del Movimiento “13 de Noviembre”, porque precisamente con relación a este movimiento el imperialismo yanki ha usado una de las tácticas más sutiles para liquidar un movimiento revolucionario, que fue filtrarle los agentes de la Cuarta Internacional, que —por ignorancia, por ignorancia política del dirigente principal de ese movimiento— lo hicieron adoptar nada menos que esa cosa desacreditada, esa cosa antihistórica, esa cosa fraudulenta que emana de elementos tan comprobadamente al servicio del imperialismo yanki, como es el programa de la Cuarta Internacional.
¿Cómo ocurrió esto? Yon Sosa era, sin duda, un oficial patriótico. Yon Sosa encabeza el movimiento de un grupo de oficiales del Ejército —en cuyo aplastamiento, por cierto, participaron los mercenarios que después invadieron Girón—, y a través de un señor que era comerciante, que se encargó de la parte política del movimiento, la Cuarta Internacional se las arregló para que ese dirigente, ignorante de los problemas profundos de la política y de la historia del pensamiento revolucionario, le permitiera a ese agente del trotskismo —acerca del cual nosotros no tenemos la menor duda de que es un agente del imperialismo— que se encargara de redactar un periódico en el cual se copiaba “de cabo a rabo” el programa de la Cuarta Internacional.
Lo que la Cuarta Internacional cometió con eso fue un verdadero crimen, contra el movimiento revolucionario, para aislarlo del resto del pueblo, para aislarlo de las masas, al contagiarlo con las insensateces, el descrédito y la cosa repugnante y nauseabunda que hoy es en el campo de la política el trotskismo (APLAUSOS). Porque si en un tiempo el trotskismo representó una posición errónea, pero una posición dentro del campo de las ideas políticas, el trotskismo pasó a convertirse en los años sucesivos en un vulgar instrumento del imperialismo y de la reacción.
De tal manera piensan estos señores que, por ejemplo, con relación a Viet Nam del Sur, donde un amplio frente revolucionario ha unido a la inmensa mayoría de la población a distintos sectores de la población, los ha unido estrechamente alrededor del movimiento de liberación en la lucha contra el imperialismo, para los trotskistas eso es absurdo, eso es contrarrevolucionario. Y esos señores llegan a la osadía, a la cosa insólita frente a los hechos y a las realidades de la historia y del movimiento revolucionario, a expresarse de esa forma.
Afortunadamente, en Guatemala el movimiento revolucionario se salva. Y se salva gracias a la clara visión de uno de los oficiales que junto con Sosa había iniciado el movimiento revolucionario y que comprendiendo aquella insensatez, aquella estupidez, se separa del Movimiento “13 de Noviembre” y con otros sectores progresistas y revolucionarios organiza las Fuerzas Armadas Rebeldes de Guatemala (APLAUSOS PROLONGADOS). Y ese oficial joven que tuvo tan clara visión de la situación es quien ha representado al movimiento revolucionario de Guatemala en esta conferencia, el Comandante Turcios (APLAUSOS PROLONGADOS).
El Comandante Turcios tiene en su haber el mérito no solo de haber sido uno de los abanderados de la lucha armada por la liberación de su pueblo oprimido, sino el mérito de haber salvado al movimiento revolucionario guatemalteco de una de las estratagemas más sutiles y más pérfidas del imperialismo yanki, y levantar las banderas revolucionarias de Guatemala y de su movimiento antimperialista, rescatándolas de las manos sucias de estos mercenarios al servicio del imperialismo yanki.
Y tenemos la esperanza de que Yon Sosa, cuyas intenciones patrióticas al iniciar la lucha, nadie duda, y cuya condición de hombre honrado nadie duda —a la vez que sí tenemos muy serias razones para dudar de su actitud como dirigente revolucionario—, no tarde mucho en desentenderse de esos elementos y vuelva a unirse al movimiento revolucionario de Guatemala, pero ya esta vez bajo otra dirección, bajo otra guía que sí demostró, en momentos como esos, claridad de visión y actitud de dirigente revolucionario (APLAUSOS PROLONGADOS).
Esta posición de los trotskistas es la misma que adoptaron todos los periódicos y agencias publicitarias del imperialismo yanki, la misma con relación al caso del compañero Ernesto Guevara; toda la prensa imperialista de Estados Unidos, sus agencias cablegráficas, la prensa de los contrarrevolucionarios cubanos, la prensa burguesa en todo el continente y en el resto del mundo. Es decir, que esta campaña de calumnia y de intriga contra la Cuba revolucionaria en relación al caso del compañero Guevara, hizo coincidir de una manera exacta a todos los sectores reaccionarios imperialistas, burgueses, a todos los calumniadores y a todos los intrigantes contra la Revolución Cubana.
Porque es incuestionable que solo a la reacción y solo al imperialismo les puede interesar desacreditar a la Revolución Cubana, destruir la confianza de los movimientos revolucionarios en la Revolución Cubana, destruir la confianza de los pueblos de América Latina en la Revolución Cubana, destruir su fe.
Y por eso no han vacilado en el empleo de las armas más sucias y más indecentes.
Este mismo señor Gilly, que de vez en cuando posa entre otros intelectuales norteamericanos en la revista “Monthly Review” de Estados Unidos, tuvo la villanía de escribir el siguiente párrafo, que vale la pena analizar, con relación a la crisis de Santo Domingo. Dijo así:
“Un punto culminante de esta crisis tiene que haber sido la revolución dominicana, donde el Estado obrero cubano quedó paralizado por su propia política, sin apoyar abiertamente a la revolución, mientras en Cuba había una tremenda presión interior para una política de apoyo activo. Si la crisis era muy anterior a Santo Domingo, indudablemente Santo Domingo precipitó la revolución.”
Este señor tiene la villanía de acusar a la Revolución Cubana de no haber dado un apoyo activo a la revolución dominicana. Y mientras los imperialistas acusaban a Cuba, mientras los imperialistas trataban de pretextar su intervención diciendo que elementos izquierdistas y comunistas, entrenados en Cuba, estaban allí al frente del levantamiento, mientras el imperialismo acusaba a Cuba y presentaba a la revolución dominicana, no como un problema interno, sino como un problema externo, este señor acusa a la Revolución de no haber dado un apoyo activo.
¿Y qué se entiende por apoyo activo? ¿Acaso se pretendía que Cuba, cuyas armas, cuyos recursos se sabe cuáles son sus características, podía impedir y debía impedir el desembarco de las tropas norteamericanas en Santo Domingo? Tiene Cuba armas para defenderse a sí misma y en una correlación infinitamente inferior a los imperialistas, armas defensivas.
Y son tan miserables estos señores, tan desvergonzados, que intentan responsabilizar a Cuba de no haber impedido... Porque ¿qué otra cosa quiere decir apoyo activo? Porque todo cuanto Cuba podía hacer dentro de aquellas circunstancias, todo cuanto Cuba podía hacer y debía hacer, lo hizo. Y pedirle a Cuba que impidiera el desembarco es como pedirle a Cambodia, en el sudeste de Asia, que impida los bombardeos a Viet Nam del Norte y que impida la ocupación, por la infantería de marina yanki, de Viet Nam del Sur (APLAUSOS).
Desgraciadamente, las fuerzas de Cuba son limitadas. Pero en la medida de esas fuerzas, y de la manera más óptima posible, y de la manera más decidida, a la vez que más adecuada a las circunstancias, presta y prestará a la revolución su máximo apoyo.
A aquellos que crean que este país teme a los imperialistas, a aquellos que creen —con espíritu de superioridad o con insolente delirio de superioridad sobre nadie— que este país teme a los imperialistas, bien les valdría haber vivido unas horas aquí en este país, cuando la Crisis de Octubre, y cuando por primera vez un pueblo pequeño como este, se vio amenazado con una andanada masiva de cohetes nucleares sobre su territorio, la actitud que tuvo este pueblo y la actitud que tuvo el Gobierno Revolucionario (APLAUSOS).
Muchas tonterías, muchas tonterías y muchas boberías se escriben, y sobre todo se escriben por los irresponsables, cuando ciertos documentos no pueden ser dados a la luz; pero algún día la humanidad sabrá y algún día la humanidad reconocerá todos los hechos. Será ese día cuando los miserables vean que no hubo ningún compañero Guevara asesinado, cuando se conozca con lujo de detalles cada uno de sus pasos, cuando se conozca igualmente cuál fue la posición de Cuba en aquellos días difíciles, y cuál fue la serenidad de este pueblo; cuando se comprenda, no habrá nadie, por insolente que sea, por provocador que sea, que se atreva a poner en duda el sentimiento de solidaridad de este pueblo y el valor de este pueblo. Valor que lo demuestra el hecho de su conducta. No obstante ser este un país que está a 90 millas de la metrópolis imperialista, sobre cuya cabeza en los años venideros pesarán enormes peligros, en la misma medida en que el movimiento revolucionario crezca, movimiento revolucionario que crece sobre todo a partir del ejemplo de la Revolución Cubana, movimiento revolucionario que crece, que se agiganta, por el ejemplo de Cuba, por las victorias de Cuba, por la posición de Cuba frente al enemigo.
Y hay que tener en cuenta que cuando este país desafía ese peligro, este no es un país que posea millones de hombres sobre las armas, este no es un país que posea armas termonucleares, porque aquí nuestros cohetes son morales (APLAUSOS); y el número de millones no es lo infinito, el número de hombres no es lo infinito, sino la dignidad y el decoro de este pueblo.
Y serán los años venideros los que hablen por nosotros, y serán los años venideros quienes se encarguen de aplastar a los calumniadores: no a estos, que son agentes conocidos de los imperialistas, sino a los confusos, a los intrigantes, a quienes se dejan intrigar y sirven de instrumento a las mentiras contra nuestra Revolución.
Altamente compensador es el hecho de lo que en esta conferencia se demostró, porque en esta conferencia se demostraron muchas cosas. Se demostró, en primer lugar, cómo las discusiones pueden girar, por encima de todo, alrededor de lo que realmente interese, sobre todo alrededor de lo que interese a los pueblos que luchan: cómo los pueblos —independientemente de sus fuerzas, independientemente de sus recursos, independientemente de su tamaño— tienen voz y tienen opinión, y cómo los pueblos son capaces de tener criterios propios y voces independientes.
Eso se demostró en esta conferencia.
Pero, además, nos cabe a los cubanos la satisfacción de que juntos, en las mismas posiciones, estuvieron siempre los cubanos y los movimientos revolucionarios, sin distinción de continente; y cómo la fuerza unida, cómo los criterios revolucionarios, cómo las posiciones más honradas, fueron imponiéndose; y cómo en esta conferencia —como una compensación frente a los intrigantes y a los calumniadores— los pueblos, los movimientos revolucionarios de liberación siempre, en todo instante, demostraron una grande, una inmensa confianza en Cuba y en su Partido revolucionario, y cómo por eso se hizo a este país el honor de concederle la Secretaría General y la sede temporal de la organización.
Y considerando la tarea desempeñada por la delegación cubana, por el Comité de Solidaridad de Cuba, trabajando en favor de la conferencia, luchando incansablemente para vencer todos los obstáculos, manteniendo en todo momento una posición de principio, objetiva, justa, que ha arriesgado incluso las relaciones de Cuba con algunos países, como es el caso de Indonesia, debido a que habiendo quedado en manos de la delegación cubana decidir, la delegación cubana rechazó la delegación oficial de Indonesia, arriesgando sus relaciones con un Estado de importancia en aquella parte del mundo.
Y aunque para nosotros todos los Estados tienen igual importancia, y todos los pueblos tienen igual derecho, de todas formas sirva este hecho para demostrar hasta qué punto fue, o trató de ser justa, y trató de ser objetiva, y trató de mantener una posición de principios la delegación cubana.
Sabemos lo que trabajaron todas las delegaciones, porque según dicen los que han estado en varias conferencias internacionales, esta es una de las conferencias donde más seriamente y más infatigablemente se trabajó. Por eso, al haber sido asignada la sede a Cuba, y con la sede la Secretaría General del organismo, el Buró Político de nuestro Partido acordó nombrar al compañero Osmany Cienfuegos como secretario general del organismo (APLAUSOS PROLONGADOS).
Todas las delegaciones han tenido la oportunidad de conocer el esfuerzo y la honradez con que ese esfuerzo se realizó por el compañero Osmany, en los trabajos preparatorios y en el desarrollo de la conferencia. Hay que decir que todos cooperaron, que todos contribuyeron, de una manera o de otra, a aunar criterios, y al éxito de esta conferencia. Porque, como decía anteriormente, no siempre coincidían todos esos criterios, pero todos, al fin y al cabo, con un esfuerzo verdaderamente desinteresado, contribuyeron a su éxito.
No quiero terminar sin referirme a dos cuestiones: una, la honda preocupación que nos embarga a todos ante los sucesos de Indonesia, ante las noticias que llegan de Indonesia, de que más de 100 000 militantes revolucionarios han sido salvajemente asesinados; ante la noticia de que Aidit y algunos otros dirigentes del Partido Comunista de Indonesia han sido asesinados. Consignar nuestra repulsa, nuestra protesta y nuestra solidaridad con los revolucionarios indonesios, perseguidos hoy por la reacción militarista azuzada por el imperialismo yanki. Y, a la vez, como un homenaje a quien tuvo que ver mucho con el éxito de esta conferencia, reconocer que Ben Barka (APLAUSOS) fue un factor decisivo con su constancia, con su trabajo personal, en la organización de esta Primera Conferencia Tricontinental, y su esfuerzo y su trabajo fue la causa del problema que sucedió. Ben Barka, es opinión generalizada que ha sido asesinado de manera cruel y cobarde. Y si esta Conferencia de Solidaridad está en el deber de dar un paso precisamente como lealtad y como obligación elemental hacia aquel que tan devotamente trabajó por su éxito, debe exigir que el asesinato de Ben Barka sea esclarecido y que los asesinos de Ben Barka sean castigados.
Todos los indicios hacen recaer la responsabilidad directa sobre el ministro del Interior de Marruecos, el general Oufkir, sobre quien recaen todas las sospechas y todos los indicios.
Esta conferencia no debe descansar hasta que no se conozcan con toda claridad los hechos, cuáles fueron los autores materiales, y cuáles fueron los autores intelectuales del asesinato de Ben Barka, del asesinato de quien era presidente del Comité Preparatorio de esta Tricontinental. Y este hecho repugnante, monstruoso, demostró ya desde el principio el interés del imperialismo en dificultar la conferencia, en hacer fracasar la conferencia. Sin embargo, los resultados de esta conferencia demuestran que la sangre de Ben Barka no se derramó inútilmente y que el crimen de Ben Barka, su asesinato, como el asesinato de Lumumba, como el asesinato de Aidit, como el asesinato de Sandino, que con ninguno de sus crímenes horribles, con ninguno de sus bárbaros actos, el imperialismo podrá detener la marcha victoriosa, la liberación final de los pueblos.
Justo es que dediquemos nuestro recuerdo a los que se han sacrificado por la victoria de sus pueblos, a los que han caído víctimas del imperialismo en todos los continentes; y que nos propongamos ser siempre fieles a esa causa, ser siempre fieles, en Asia, en Africa y en América Latina, a la causa de los que han dado su vida y su sangre por la liberación de los pueblos.
Nuestro país, pueblo que como ustedes han podido ver es un pueblo de integración étnica diversa, resultado de la mezcla de pueblos de distintos continentes, hondamente hermanado por eso con la América Latina, hondamente hermanado con el Africa, hondamente hermanado con todos los pueblos de todos los continentes, ha hecho el máximo por hacer agradable la estancia de las delegaciones aquí, ha desbordado todo el entusiasmo, y toda la hospitalidad, y todo el calor de que es capaz.
Miles de cubanos, incesantemente, sin atender a descanso, sin atender a vacaciones, han trabajado por el éxito de esta conferencia, han trabajado por atender a las representaciones de los pueblos hermanos. Nuestro pueblo todo ha vivido en estos días la gran fiesta de la solidaridad internacional.
Nuestro pueblo ha sentido como suyo todos y cada uno de los problemas de los demás pueblos. Nuestro pueblo —como les dije el 2 de enero— los recibió con los brazos abiertos, y los despide con los brazos cerrados, como símbolo de un lazo que no se romperá más y como símbolo de sus sentimientos fraternales y solidarios hacia los demás pueblos que luchan, por los cuales está dispuesto a dar también su sangre.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)