Llegué a La Habana en el segundo semestre de 1959. La visa me la entregaron en la embajada cubana en Suiza. Me alojé en el hotel Sevilla. Mi primer encuentro con Fidel se celebró en el último piso del edificio del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA), hoy sede del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR).

En el transcurso de la conversación Fidel me comunicó la decisión del gobierno de establecer relaciones comerciales con la Unión Soviética en el momento adecuado.

Desde ese instante se estableció entre nosotros una sincera y fluida comunicación. Una relación de amigos. Es un hombre honesto, valiente, sincero. Fidel es un político y estratega brillante.