Los hechos le dieron la razón
A Fidel nada le fue fácil. En los tiempos de la lucha guerrillera tuvo grandes opositores dentro de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio y los enfrentó a todos. Eso lo saben unos pocos, pero el pueblo no. Algunos de los que lo adversaban, hoy son héroes caídos, y otros, después, se dieron cuenta que estaban equivocados. Había contradicciones en cuanto a los métodos para hacer la guerra.
Recuerdo en plena guerra la reunión de la Dirección Nacional del Movimiento el 8 de marzo de 1958, en la casa del campesino Lucas Castillo, en el Naranjo, cerca de Santo Domingo, en la Sierra Maestra. Era un encuentro donde se discutió el plan de la huelga general del 9 de abril de ese año. Fidel decía que no había condiciones para hacerla. No fue fácil para el Comandante aceptar todo lo que le dijeron. No hay quien me haga cuento, las oí, estaba afuera de la casa, yo era el jefe del campamento.
Cuando Fidel vio que no contaba con la mayoría, accedió a una serie de condiciones y decidió apoyar la huelga. Él se acogió a la mayoría de la Dirección Nacional. Fíjate si apoyó que sacó a las carreteras hasta el último fusil que había en la Sierra para hacer emboscadas y parar el tránsito el 9 de abril. El día antes atacamos el central San Ramón, donde se suponía había 50 soldados acantonados, pero eran más. Allí murieron cinco guerrilleros, y hubo muchos heridos.
Lo más asombroso fue que ninguno de los ataques contra Fidel lo alteraron. Todo aquello lo pasó con una serenidad espantosa. Siempre creí que había mucho egoísmo personal y envidia contra él. Era el héroe del Moncada y la cárcel, el fundador del Movimiento 26 de Julio, el hombre del exilio, el que recorrió Estados Unidos predicando la palabra de la Revolución como lo hizo Martí. El héroe del Granma. En los primeros reveses pudo haber muerto y no fue así. Era un hombre de voluntad firme, y sabía dónde estaba la verdad. Con siete hombres y menos fusiles siguió adelante. Decía el Che que en una revolución se triunfa o se muere, y Fidel triunfó.
La huelga del 9 de abril lamentablemente fracasó y con ello se destruyó la teoría que se le oponía al Comandante en Jefe. Después vino la reunión de la Dirección Nacional del Movimiento en Altos de Mompié el 5 de mayo de 1958, y fue cuando Fidel se convirtió en Comandante en Jefe del Ejército Rebelde y del Movimiento 26 de Julio. El tiempo y los hechos le dieron la razón.