La primera vez que lo oí hablar en público
Fidel solía participar en lo que en la juventud de Roa y Pablo de la Torriente llamaban las tánganas universitarias. Era, pues, un joven inquieto y batallador, a quien se hubiera podido aplicar el verso martiano: “¿En pro de quién derramaré mi vida?”
Tomado de:
Tomado del libro Absuelto por la Historia
21/05/2001