Escribo Fidel
Nací con las manos vacías y tan lejos de la fuente que nunca
tuve rostro en la infancia y siempre tuve sed.
Nací en esta isla, pero mis playas fueron las lluvias, y mis
sueños, mis canciones y mis juguetes naufragaron, y tampoco
tuve una lámpara o un relámpago a tiempo para mirar cómo
se hundían hacia el fondo de las lágrimas de mi madre.
Yo sé que mi voz es colectiva como es ahora múltiple el pan,
inmensa la mesa, y tenemos zapatos y son nuestros los pasos.
Entonces vamos todos juntos a nombrar nuevamente la vida:
nuestro rostro comienza con la pólvora del Moncada, nuestras
manos son las aguas cruzadas por el Granma, miramos
con los ojos eternos de Abel, vigilantes, fijos en la bandera
izada por primera vez, donde de pie y junto al triángulo y los
colores la imagen de Martí nos contempla para que tenga luz y
fluya la estrella en el espacio de la patria.
Yo sé que mi voz es colectiva: escribo Fidel porque ya sé mi
nombre, esta ventana es mía y mi madre desde el jardín espanta
con las flores el fantasma de la miseria.
Escribo Fidel porque mi padre el obrero tiene una fábrica y
una herramienta que canta y anuncia en su canto el porvenir.
Escribo Fidel porque mi escuela es azul.
Escribo Fidel porque tengo en Girón una victoria y en octubre
un himno que nos une siempre.
Escribo Fidel porque está cabalgando Bolívar otra vez sobre
los Andes y las Antillas.
Escribo Fidel porque descubro en mis venas sufrida y profunda
una gota de sangre africana mientras detengo con mi fuego el
látigo del enemigo.
Escribo Fidel y el águila ya no levanta el vuelo y si lo levanta
lo tengo en la mira de mi fusil.
Escribo Fidel y escribo ya conozco los caminos.