Yuri Gagarin, el primer humano en viajar al Cosmos llegó a Cuba. Un ambiente de júbilo comenzó a reinar en La Habana y toda la Isla desde que se anunció su llegada. Retratos del héroe, junto a banderas de la URSS y Cuba, adornaron las vidrieras de las principales tiendas de la ciudad.

Por eso no fue de extrañar que, a pesar del pertinaz aguacero que no cesó en todo el día, el pueblo de la capital cubana se congregara a ambos lados de la avenida de Rancho Boyeros para darle la bienvenida merecida a Gagarin. Hasta la lluvia quiso acariciar al hombre que desafió a las fuerzas de la naturaleza y arreció en el momento en que el IL-18 de Aeroflot tocó la pista del aeropuerto internacional José Martí, aproximadamente la 1:57 de la tarde.

Cuando la aeronave se detuvo en la plazoleta, por la escalerilla descendió el símbolo de una gran victoria del socialismo y la humanidad, en la figura de un hombre pequeño, vestido todo de blanco y con la atractiva sonrisa que lo inmortalizó.

Abajo lo esperaron Fidel Castro y demás miembros del Gobierno revolucionario; todo el cuerpo diplomático, la guardia de honor y multitud de ciudadanos.

Admirado por la deferencia, se fundió en un estrecho abrazo con el líder de la Revolución Cubana, bajo las tronadas, fulgores de relámpagos y los gritos de “Viva, Gagarin” que emitían miles de habaneros reunidos allí, mojados hasta los tuétanos pero alegres. Fidel, al presentar a Gagarin a sus compañeros de lucha, dijo que “el propio cielo disparaba salvas en su honor”.

La visita a Cuba del primer cosmonauta del mundo comenzó a originarse unos meses antes, en aquel glorioso 12 de abril de 1961, en la pequeña Vostok 1, Yuri hizo realidad uno de los más anhelados sueños de la historia humana: viajar al espacio sideral. Fue un logro extraordinario de la técnica y la ciencia soviéticas, apenas unos 16 años después de salir victoriosa la URSS de la guerra contra la Alemania fascista y sus aliados, a costa del sacrificio de más de 25 millones de sus hijos y la devastación de buena parte del país.

Periodistas que lo entrevistaron por aquella época, aseguran que el cosmonauta manifestó interés por Cuba tras concluir su legendario vuelo.

Refieren que al ser sometido a un reconocimiento médico post-vuelo, Gagarin acogió con alegría la victoria de los cubanos contra el imperialismo yanqui en las arenas de Playa Girón.

Cien días después de esos sucesos, voló rumbo a la que llamaba la “Isla de la Libertad”. En ella vivió días intensos. Se reunió con estudiantes de la Universidad de La Habana, que multiplicaron sus preguntas sobre el viaje al Cosmos, y visitó a los heroicos combatientes de Playa Girón, ingresados en los hospitales, donde se restablecían de las heridas sufridas en la defensa de la primera Revolución socialista en América.

El momento cimero de su permanencia fue el 26 de julio, en ocasión del octavo aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Céspedes, realizado por los jóvenes de la Generación del Centenario, comandados por Fidel. Yuri Gagarin recordaría después sobre ese día: “Tuve la suerte de festejar el 26 de julio de 1961 en La Habana. Yo vi un cuadro cautivador. Parecía que toda La Habana, toda Cuba, en un arrebato común, desfilaran por la plaza de José Martí”.

“¡Patria o muerte!”, “¡Venceremos!”, gritaron miles de voces en respuesta al apasionante discurso de Fidel Castro.En el acto celebrado en la Plaza de la Revolución José Martí, el presidente Osvaldo Dorticós Torrado, anunció la decisión del Gobierno revolucionario de otorgarle la Orden Playa Girón, instituida hacía poco tiempo.

“Al realizar la histórica hazaña que lo consagra como el primer cosmonauta del mundo, ha contribuido con ejemplar heroísmo al progreso de la humanidad y a la paz”, destacó, al hacer entrega, por primera vez, de la más alta condecoración cubana existente en ese momento.Yuri tomó los micrófonos para expresar su agradecimiento. Ante cientos de miles de cubanos, lanzó la profecía: “Yo estoy seguro de que no está lejos el tiempo en que al cosmos volarán los cosmonautas cubanos, los hijos gloriosos del pueblo cubano, para en esta rama contribuir al progreso de la humanidad”.

Su profecía no la pudo ver. Yuri murió el 27 de marzo de 1968, durante un vuelo de entrenamiento en un Mig-15 UTI, cuando retomó la preparación para volver al cosmos. El 18 de septiembre de 1980, el primer cosmonauta de Cuba y Latinoamérica, el guantanamero Arnaldo Tamayo Méndez, viajó en la nave Soyuz-38, comandada por Yuri Romanenko. En el cosmos, fueron acogidos por Leonid Popov y Valeri Riumin, ocupantes del complejo orbital integrado por la estación Saliut-6 y la nave Soyuz-37. Allí tuvieron su cita en el espacio con Yuri Gagarin, el primer cosmonauta del mundo, que en julio de 1961 visitó a Cuba.