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Por toda Cuba, desde Santiago

Tierra redentora, heroica madre, curtida de pujanzas y desvelos. Por tus calles y montañas caminó firme la esperanza del triunfo, y fuiste artífice imprescindible del momento en que la libertad levantó su frente y dejó atrás para siempre a la ignominia.
Santiago, tu historia te ganó el apelativo de heroica, y nada te define mejor, porque sabes bien lo que costó levantar la Revolución de sus cimientos. Te vestiste de rojo muchas veces, convertiste en tus hijos a aquella pléyade de excepcional juventud martiana, lloraste a los que entregaron a la causa su vida, supiste del odio de los asesinos que mancillaban sueños, pero nunca claudicaste. Fuiste, eres y serás, la tierra fértil donde crecen semillas de futuro cierto.
Aquel 26 de julio, hace ya más de seis décadas, sellaste tu compromiso con todos los sacrificios por venir. Cada bala en los muros del Moncada fue una promesa tuya de serle eternamente fiel a los que sin posibilidad alguna de reversa, eligieron darse en cuerpo y alma a la sagrada idea de dignidad que la patria pedía a gritos.
Testigo del horror desatado por la impotencia de quienes jamás pudieron doblegar la voluntad de los cubanos, convertiste las lágrimas en fuerza, porque sabías que era aquel el comienzo del final de los tiranos, porque te sabías ligada para siempre al andar de aquel joven y brillante abogado, de sus hermanos de lucha e ideales.
Desde entonces sientes que siempre en tu seno es 26. Y has crecido junto a la inconmensurable obra que te dignificó como a la Isla toda, que de tu entrega vive agradecida, que te sabe hospitalaria y dispuesta a darlo todo, si fuera necesario, para que la más hermosa de las banderas, la de la estrella solitaria, pueda ondear al viento, con la delicadeza y la gracia que solo la libertad puede otorgar.

Autor: 

Fuente: 

Periódico Granma

Fecha: 

16/07/2020