El extinto presidente mexicano Lázaro Cárdenas siempre fue un gran amigo del pueblo cubano y de su Revolución, afirmó hoy en esta capital el embajador de ese país, Grabiel Jiménez.
 
  Cárdenas -quien protestó de manera enérgica contra la invasión mercenaria organizada por Estados Unidos a Playa Girón (bahía de Cochinos)en abril de 1961-, estuvo muy apegado al proceso de transformaciones encabezado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, declaró Jiménez a Prensa Latina.
 
Si hay un mexicano amigo de la Revolución y de Fidel Castro fue Lázaro Cárdenas, lo fue hasta su muerte, y su familia también lo ha sido durante todos estos años, subrayó el diplomático tras depositar una ofrenda floral ante un busto ubicado en un parque capitalino dedicado a quien convirtió a los mexicanos en dueños de su petróleo.
 
Hoy en México es un día de fiesta -dijo- porque recordamos con mucho cariño y respeto al expresidente, quien con su gran visión logró la expropiación petrolera y desde entonces es una de las industrias básicas completamente nacional.
 
Durante su mandato sentó las bases para la fundación de una nación moderna e independiente con soberanía sobre ese importante recurso.
 
Cárdenas ejerció la presidencia entre 1934 y 1940, y bajo el lema México para los mexicanos llevó adelante una política de nacionalizaciones, protegió a la población indígena, combatió el latifundismo, impulsó una reforma agraria y estableció una enseñanza pública laica, gratuita y obligatoria.
 
Estuvo al lado de la Revolución Cubana y le brindó su irrestricto apoyo desde que el Movimiento 26 de Julio y su líder Fidel Castro organizaban en México la expedición del yate Granma.
 
El 2 de agosto de 1956 Cárdenas y Fidel tuvieron su primer encuentro, y el dirigente mexicano comentó: "Fidel es un joven intelectual de temperamento vehemente, con sangre de luchador.
 
En 1975 el gobierno de Cuba confirió al ex presidente mexicano la Orden Playa Girón, que fue recibida por su viuda, Amalia Solórzano.