En la Patria colaboradores de la salud que combatieron el ébola en África Occidental
Después de casi seis meses de lucha contra el virus del Ébola en Liberia y Sierra Leona, médicos y enfermeros cubanos partieron este 22 marzo de regreso a la Patria.
Unos días antes, las autoridades y los responsables de la OMS de los dos países africanos, habían homenajeado a los brigadistas. El ministro de relaciones exteriores de Liberia, Augustine Kpehe Ngafuan, en entrevista exclusiva para el equipo de prensa de Cuba que reporta el hecho, enfatizaba: “A los médicos cubanos no les importó el riesgo, decían que eran hermanos del otro lado del océano y vinieron a ayudarnos como hermanos”. El embajador Jorge Lefebre recordaba en estos días las palabras del presidente de Sierra Leona, Ernest Bai Koroma, al conocer que Cuba respondía afirmativamente a su pedido de ayuda: “yo sabía que Cuba no nos iba a dejar solos. Ustedes son fieles a su estirpe, a sus raíces africanas, eso es lo que Fidel les ha enseñado. Dile a Raúl, al pueblo de Cuba, que eso nunca lo vamos a olvidar”.
La epidemia no ha sido vencida, pero los índices de infección y de letalidad han disminuido de forma notable. La situación en Sierra Leona ha mejorado pero aún es compleja, entre otras razones porque la tradición cultural impone un ritual funerario de alto riesgo. Pero cada brigadista cubano había salvado al menos tres vidas. En Liberia, después de 22 días sin casos confirmados, se detectaba uno nuevo. Las fronteras con los estados vecinos son porosas, la gente, que pertenece al mismo pueblo, pasa libremente de un lado al otro.
El aeropuerto de Freetown, capital de Sierra Leona, se llenó de sonrisas y abrazos. El avión esperaba en la pista con los médicos y enfermeros de Liberia, de donde había partido una hora antes. En la sala de espera encontré al médico internacionalista, doctor Félix Báez, único cubano de los que laboran en África Occidental que contrajo el virus del Ébola: “Estando en Ginebra —me dijo—, como al quinto día, el médico que me atendía comentó la carta pública de mi hijo en la que apoyaba mi decisión de venir y me la trajo, la leí y lloré. No lloré cuando me sentí enfermo, lloré de emoción cuando leí esa carta. Yo siempre he tenido confianza en él, pero me conmovió esa actitud tan altruista, tan hermosa”. Sobre el apoyo masivo que recibió de su pueblo durante aquellos días de incertidumbre, expresó: “no me veía como Félix, me veía como un cubano más que estaba enfermo y que recibía la solidaridad de su pueblo y de todo el mundo. Creo que esto sirvió para despertar algunas conciencias que estaban dormidas alrededor del mundo, para que se supiera que había que ayudar a los africanos”.
“Ha sido otra demostración de lo que ya conocía —expresó Mauricio Calderón, colombiano, vice coordinador de los equipos médicos extranjeros de la OMS en Sierra Leona— del trabajo de los cubanos en otras partes del planeta: alto compromiso, buena práctica, y por supuesto, respeto por los derechos humanos de las personas enfermas.”
El doctor Ramiro Guedes, jefe inmediato del enfermero Reinaldo Villafranca, Coqui, como le llamaban, y otros colaboradores, quisieron recordar al compañero fallecido de malaria, una enfermedad menos publicitada, que cobra sin embargo muchas vidas diarias en este continente. Precisamente por eso, en Sierra Leona trabaja además una brigada de especialistas en el Programa Integral de Salud, y en África hay alrededor de 4 000 médicos y enfermeros, en más de 30 países.
También en momentos como este, se recuerda a Jorge Juan Guerra Rodríguez, miembro de la misión médica cubana en Guinea Conakry, quien falleciera el pasado 26 de octubre, a causa de otra enfermedad que ha cobrado la vida de miles de africanos, el paludismo. Licenciado en Economía, el colaborador de la provincia de Sancti Spíritus, había viajado como parte de la avanzada de la brigada que en ese país enfrentó el peligroso virus del ébola.
Quedan en Sierra Leona otros 66 colaboradores, que regresarían a Cuba el próximo 1 de abril.
AL CIERRE
A la 01:06 horas de este lunes arribaron a la Patria 150 colaboradores de la salud, 98 de ellos, provenientes de Sierra Leona y 52 de Liberia, donde combatieron el peligroso virus del ébola. Ellos, que forman parte del contingente Henry Reeve, el cual integraron 256 colaboradores, pasarán ahora por el proceso de vigilancia epidemiológica y el control establecido para todas las personas que proceden de países que han sufrido la referida epidemia.