Educación hermosa, inclusiva... especial
Mucho de amor y de saberes, de constancia y empeños, de luces y esperanzas hay en la obra noble que durante seis décadas ha enaltecido a la Enseñanza Especial en la Mayor de la Antillas.
Sueño cumplido de Fidel y estandarte preciado de la Educación cubana, esta conquista hermosa agiganta el carácter humanista de nuestra nación, y arroja verdades elocuentes: antes de 1959 apenas ocho centros y una veintena de profesores; en la actualidad 334 escuelas con 14 000 docentes y 32 000 escolares atendidos.
Son las verdades que cuentan la historia estremecedora de todos esos infantes, adolescentes y jóvenes especiales que no les ha faltado jamás un aula, un pupitre y un maestro para aprender y crear. Verdades que revelan la entrega diaria y el compromiso enaltecedor de no pocos docentes encargados de llevar la escuela hasta el hogar de los alumnos que no pueden andar. Verdades que hablan, sencillamente, de inclusión y de respeto.
Sin lugar a dudas, la Enseñanza Especial es «uno de los grandes logros de nuestra Revolución», como expresó en Twitter, el miembro del Buró Político del Partido y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, al cumplirse los primeros 60 años de esta proeza educacional.