Pendiente de todo el mundo
Una noche tuvimos una reunión con él en el Palacio de la Revolución. Había empezado a las 8:00 p.m. y terminó como a las 3:17 a.m. A esa hora me dijo: «No te vayas. Vamos a mi despacho». Aquella fue la primera vez que estuve donde él trabajaba, un lugar realmente muy modesto.
A esa hora empezamos a conversar y comencé a hacerle la historia de mi vida, de ahí pasó a mis hijos, a mis padres, porque además de gran entrevistador, era un excelente escuchador. Y cuando yo sentí que había vaciado mi alma, que le había contado de mi relación con mis padres, con mis hermanos, con mis hijos y con mi esposa, me sentí que debía ponerme en el lugar del entrevistador.
Ese día, durante tres horas Fidel me habló de su relación con su padre, con su madre y sus hermanos, de los que siempre estuvo pendiente y tenía profundos recuerdos de sus historias y de sus presencias, incluso de Juanita, quien no estaba aquí. Me habló de ellos como una persona que está al tanto de cada cosa que hacen sus hermanos. Él tenía la característica de estar preocupado por todo el mundo. Esa era una capacidad que solo se la he visto a él. (1)
1.- Fragmentos de entrevista concedida a la periodista Arleen Rodríguez Derivet, tras el fallecimiento de Fidel. La Habana, noviembre de 2016.