Fidel
Soldado de las Ideas
El Museo de Libros en Miniatura situado en Bakú, la capital de Azerbaiyán, dedica su muestra semestral al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, indicaron hoy fuentes diplomáticas en esta capital.
La institución cultural, única de su tipo en el mundo, destaca en su vitrina central ejemplares de la biografía de Fidel y de su obra La historia me absolverá, donde presenta un programa de desarrollo revolucionario.
El homenaje a José Martí y Fidel Castro, en el cementerio de Santa Ifigenia, y la interacción con estudiantes universitarios y jóvenes artistas, matizaron la visita a esta ciudad hasta hoy del actor estadounidense Danny Glover.
El reconocido productor depositó flores ante la tumba del Héroe Nacional y ante el nicho que desde el último 4 de diciembre guarda los restos del líder de la Revolución cubana.
Celia Sánchez Manduley fue la primera mujer que se desempeñó como combatiente en las filas del Ejército Rebelde y la creadora, junto a Fidel Castro, del pelotón femenino conocido como "Las Marianas".
Che Guevara caracterizó a Fidel en la apasionante carta de despedida que inflamó a todos, como el estadista indómito de la Crisis de Octubre en 1962. Ese espíritu insumiso se irguió otra vez en 1963, de modo no menos dramático, durante la primera visita que hizo Fidel a la Unión Soviética, donde el pueblo moscovita lo recibió en las calles con desbordado entusiasmo.
Fueron a África a librar la más férrea de las batallas, la que se disputa con la muerte. El nombre del enemigo espantaba: ébola. No cejaron, y vencieron. Entonces, iban solo con el compromiso de quien daría hasta la vida en el empeño de salvar otras.
Forja fue Fidel. Primero de sí mismo, hasta ponerse en la ruta existencial como soldado de las ideas, cuyos conceptos perdurables signaron su destino en el torrente de su pueblo, para ser de todos los pobres y excluidos de la Tierra.
Resulta difícil contestar a una petición de recuerdos personales referente a una personalidad como Fidel, sin caer en el defecto de hablar más de uno que del personaje. Sin embargo, es el desafío que he aceptado. Mi primer contacto con Cuba data de antes de la revolución, en marzo de 1953, durante un congreso de la JOC. Después de 1959, he ido a la isla más de cincuenta veces, encontrándome con Fidel como en diez ocasiones. Se seguirá el orden cronológico enriquecido con reflexiones sobre el contexto general.
Siempre supimos que su obra y ejemplo eran más grandes que cualquier geografía. Ese sentimiento se apoderó de los cubanos, prácticamente desde el instante fundacional. Aquel en el que proclamó con energía, derechazo al mentón de la dictadura batistiana, que el autor intelectual del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes era José Martí.
La necesidad económica lo obligó a entrar muy joven en el ejército de la dictadura, y la casualidad lo llevó a cuidar por cinco días la mítica embarcación. Juan Rafael Boligán González fue descubriendo a retazos la grandeza de la hazaña que comenzó en lo que, en 1956, no le parecía más que un «bote en lo hondo del mar»
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