Fidel
Soldado de las Ideas
"Con comillas o sin comillas, con sorna o sin sorna, sepan nuestros adversarios, sepan los que todavía son capaces de subestimar a la Revolución y a la patria cubanas que tiempo tendrán para comprender y reconocer la importancia de esta batalla de ideas. Pudiéramos llamarla hasta de un modo más sencillo, la batalla de la verdad contra la mentira; la batalla del humanismo contra la deshumanización; la batalla de la hermandad y la fraternidad contra el más grosero egoísmo; la batalla de la libertad contra la tiranía; la batalla de la cultura contra la ignorancia; la batalla de la igualdad contra la más infame desigualdad; la batalla de la justicia contra la más brutal injusticia; la batalla por nuestro pueblo y la batalla por otros pueblos, porque si vamos a su esencia es la batalla de nuestro pequeño país y de nuestro heroico pueblo por la humanidad, y no lo afirmaría así si no estuviese totalmente seguro de nuestra victoria".
Referencia al texto original: Discurso pronunciado en la clausura del Tercer Congreso Pioneril, efectuada en el Palacio de Convenciones, 9 de julio del 2001
"Pudiéramos llamarla de una forma más sencillo, la batalla de la verdad contra la mentira; la batalla del humanismo contra la deshumanización; la batalla de la hermandad y la fraternidad contra el más grosero egoísmo; la batalla de la libertad contra la tiranía; la batalla de la cultura contra la ignorancia; la batalla de la igualdad contra la más infame desigualdad; la batalla de la justicia contra la más brutal injusticia; la batalla por nuestro pueblo y la batalla por otros pueblos, porque si vamos a su esencia es la batalla de nuestro pequeño país y de nuestro heroico pueblo por la humanidad."
Referencia al texto original: Discurso en el III Congreso de la OPJM, el 9 de julio del 2001
Yo creo en los intercambios de ideas porque la solución a los problemas está en la cooperación y no en las guerras.
Referencia al texto original: Encuentro con miembros y familiares de la Young Presidents Organization en el Palacio de las Convenciones, 3 de enero de 2002