Fidel
Soldado de las Ideas
Si los disparos del pasado 30 de abril contra la Embajada cubana en Washington hubieran llenado de huecos a la Casa Blanca (una realidad que no deseamos para nadie), entonces el atacante no tuviera hoy una amplia hoja clínica sicológica o siquiátrica. Aunque fuera un loco de remate, no haría el cuento.
«Hay dos técnicas en el baloncesto que yo defendí mucho. Una de ellas es el gardeo a presión, hombre a hombre. Yo tenía cierta especialidad en ese gardeo a presión, que es incluso sicológico, porque el hombre se siente desesperado y la responsabilidad está muy definida. En el gardeo por zona no está tan claro. En el ataque era partidario de penetrar en el tablero, jugar a la ofensiva, procurando no cometer foul a la ofensiva y obligando al contrario a cometer el foul.
No habría estadio para alojar esa inmensa humanidad, curtida también en la práctica deportiva. En la Universidad de La Habana fue casi un Alberto Juantorena, al correr 400 y 800 metros, las distancias que el Elegante de las Pistas dominara en los Juegos Olímpicos de Montreal-1976.
Pero su sensibilidad tampoco cabría en ningún coliseo, cualesquiera fueran su aforo o dimensiones. Y esos sentimientos, hospedados en una anatomía de carácter indoblegable, le hicieron un campeón invicto en todas las batallas.
Regla de oro en las EIDE: el atleta tiene que ser buen estudiante y tiene que promover el curso. Segunda: el atleta debe desarrollar aptitudes deportivas y físicas al máximo, no puede descuidarse. Tercer regla: en estas escuelas la selección debe ser continua
No se puede permitir en las EIDE que algún atleta sea mal estudiante, nosotros antes que violar ese principio, preferimos perder un campeón
Fidel Castro Ruz,
6 de octubre de 1977
Hace 49 años un vil asesino a sueldo, un terrorista, dirigido por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, creyó que había matado a un hombre en Bolivia. Pero eso era entonces ya imposible, lo que no sabía ni sabe el sanguinario verdugo Félix Rodríguez Mendigutía es que con su crimen acabó por inmortalizarlo. El Che sigue siendo un reto, un desafío, un valladar infranqueable para el imperialismo.
Entre el 4 de octubre de 1963 y el del 2016, claro que hay diferencias. Son muchos años, 53, para encontrar similitudes. Sin embargo, a pesar del tiempo, aunque no pocas cosas fueron bien distintas, otras son muy parecidas.
Fidel no cabe en un periódico, no nos cabe ni siquiera en el mundo. Es, para este sufrido planeta, de esos imprescindibles de los que hablaba el poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht, porque él es de los que luchan toda la vida.
En una conversación entre Fidel, el capitán Antonio Núñez Jiménez y Leandro Rodríguez Malagón, se le dio la tarea a este último de organizar una pequeña milicia para capturar al bandido Luis Lara Crespo.
Nuestro sistema político y social llega hoy a sus 54 años como única garantía para seguir siendo libres e independientes
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