Fidel
Soldado de las Ideas
Rodríguez Derivet, Arleen
África es, aparentemente, un destino distante en más de un sentido. A diferencia de Europa, por donde parece que empieza todo (somos, dicen, del mundo occidental), de los orígenes, la mitología, los héroes y heroínas africanos, sabemos prácticamente nada. De este lado del mundo apenas conocemos al continente.
Entrábamos al túnel oscuro e incierto de los años 90 del siglo pasado y sólo se hablaba del destino ineluctable de Cuba que, según los teóricos del fin de la Historia, no sobreviviría al colapso socialista de la URSS y el este de Europa.
Silvio Rodríguez, el poeta de la Revolución para todas las generaciones que hemos crecido con ella, cumple 70 años hoy. Y en la hora suprema de la unidad nacional, un fugaz malentendido con la respuesta del creador a la colega Cristina Escobar, se airea en las redes sociales con morbo e invectivas que sólo creíamos propias de nuestros adversarios políticos.
Arleen Rodríguez: Tres periodistas hemos sido invitados por la dirección del Memorial “José Martí” para hablar de la Comunicación en la obra de su mejor discípulo desde la perspectiva de cada una de nuestras especialidades o afinidades dentro del oficio.
Fidel se reía mucho de los planes de sus enemigos “para la era pos-Castro”. Un día dijo que mientras ellos hablaban de ese momento, él trabajaba para ese momento.
Y vaya si les ganó de nuevo. Apenas una semana antes de cumplir los 96 años de nacido, y cuando ya lleva más de un lustro ausente, su nombre volvió a levantarse como el monumento que expresamente prohibió que se le hiciera.
Con “el más apretado de los abrazos” y “el orgullo de ser cubano, que se fortalece ante el ejemplo de ustedes”, saludó de forma personal el presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez a las brigadas Henry Reeve, recién llegadas de Kuwait (152 cooperantes) y de Togo (11), después de vencer incontables desafíos humanos, culturales y profesionales.
Cada persona tiene su Dios, su ser superior, su creencia. De las tradiciones heredamos la fe en vírgenes, santos, orishas. De la historia aprendemos que esos seres de otro mundo, pasaron antes por el mundo nuestro.
Fueron humanos que hicieron cosas extraordinarias. Heroísmo, martirologio o milagros llaman a sus obras terrenales y todas costaron cuando menos un dolor, un sacrificio personal, una renuncia a lo propio en favor del resto.
Hace 58 años, cuando Fidel inscribió en la historia de Naciones Unidas su famosa frase: “Cese la filosofía del despojo y cesará la filosofía de la guerra”, no habían cumplido el primer año de vida ni el actual Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ni el líder boliviano Evo Morales.
Yo soy Antonio del Conde, Fidel -Alejandro en la clandestinidad- me puso de sobrenombre El Cuate.
Yo no tuve que platicar nada para saber que era Fidel Castro, yo no soy adivino ni me mandó un mensaje subliminal pero conocía de armas, yo tenía vendiendo armas seis años y en seis años aprende usted, además desde niño iba a la armería, conocía de armas.
Lo dijo Raúl ante la multitud reunida en la Plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba que siguió sus palabras en absoluto silencio. Hasta las últimas horas de vida, Fidel insistió en que una vez fallecido, no se le erijan monumentos, bustos, ni estatuas; que no se nombren plazas, calles, instituciones o edificios públicos en su memoria.
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