González Arceo, Yordanka

Cuando medio siglo de preescolares no rinden a una maestra

Cuando la seño Sonia pasa, en el aire se percibe un grato olor a hierba buena. La barrendera detiene un instante el escobillón y se le escucha decir alto, para que todos en Bayamo se enteren: “Ahí va la mejor maestra que yo tuve en mi vida”. Luego se le ve barrer con más esmero. La euforia de los jóvenes también cede ante su aproximación. “Cuidado, no sigan tirando la pelota, ahí viene la seño Sonia”.