Santiago Álvarez en la eternidad de Latinoamérica
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Cerca de 120 documentales en 35 milímetros y 12 videos en soporte betacam corren a su cuenta como testimonio fílmico de la época en que vivió. Ciclón (1963), Now (1965), Hanoi, martes 13 (1967), L.B.J. (1968), 79 primaveras (1969), son algunas de las obras más conocidas del merecidamente nombrado padre de la documentalística cubana
Meterse en la piel de los pueblos latinoamericanos, desandar los silencios que aquejan a las masas, compartir a viva imagen las problemáticas sociales que los medios de difusión dejan fuera de sus lentes, conocer la Cuba después de la década de los 50, ese es el camino que se recorre al viajar por la obra documentalística del creador del Noticiero Icaic Latinoamericano: Santiago Álvarez, a quien precisamente se dedica la 41 edición de esta fiesta del cine, cuando se celebra su centenario.
Santiago entró tardíamente en el arte del celuloide. Alrededor de 49 años tenía cuando Alfredo Guevara confía en él para impulsar el Noticiero Icaic. Lavaplatos, linotipista, minero, aprendiz de cajista, estudiante de Medicina, Historia y Sicología, locutor de radio a los 15 años, musicalizador de programas radiales y de televisión fueron algunas de sus labores antes de descubrir el oficio de realizador, en el que se desempeñó hasta su muerte en 1998.
Fue un hombre de sonidos, de esa complicidad que se crea entre oyente y radialista, de donde surgió su capacidad de captar la esencia sonora de los sucesos para posibilitar la imbricación entre sonido e imagen como recursos del lenguaje audiovisual, que le conferían un bien logrado realce dramático a los acontecimientos. Supliendo la carencia de materiales, empleaba animados o fotos de revistas extranjeras para cubrir la realidad que la escasez de recursos le impedía ir a captar, y fue el primero en el Icaic que utilizó la mesa de animación. Creía que «la vida está llena de huecos humorísticos», por eso la sátira y la ironía también forman parte de sus producciones.
Cerca de 120 documentales en 35 milímetros y 12 videos en soporte betacam corren a su cuenta como testimonio fílmico de la época en que vivió. Ciclón (1963), Now (1965), Hanoi, martes 13 (1967), L.B.J. (1968), 79 primaveras (1969), son algunas de las obras más conocidas del merecidamente nombrado padre de la documentalística cubana. A esta lista se suman 600 noticieros, en los cuales narró las realidades latinoamericanas. «El cine documental no es un género menor, como se cree, sino una actitud ante la vida, ante la injusticia, ante la belleza y la mejor forma de promover los intereses del Tercer Mundo», afirmaba este hombre que hizo posible que el Noticiero Icaic Latinoamericano fuese nombrado Memoria del Mundo por la Unesco.
Cronista de las primeras décadas de la Revolución Cubana, Santiago Álvarez estuvo, no pocas veces, entre los nombres de agitadores, luchadores clandestinos y comunistas que enfrentaron a la tiranía. Fue fundador de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo que agrupaba a jóvenes intelectuales de izquierda, además de ser miembro del Partido Socialista Popular y más tarde del Movimiento 26 de Julio. Sobre este aspecto poco conocido de su vida, el destacado realizador Fernando Pérez, acuñó: «arrojo y coherencia es también lo que ha hecho que su obra documental, siendo un cine militante y comprometido, conserve todavía hoy una dimensión universal».
Santiago Álvarez murió un poco cuando cesaron las transmisiones del Noticiero Icaic, pero sus años de intenso bregar entre moviolas, cámaras, claquetas… no desaparecen de la memoria de todo un continente que, si no vio resueltas sus problemáticas sociopolíticas, sí fue testigo de la denuncia que desde esta isla se hizo a través del cine y bajo la guía indiscutible de uno de los revolucionarios universales de la documentalística y la cinematografía.