Permanente presencia de una idea de Fidel
Fecha:
26/03/2010
Fuente:
periódico Granma
Era el 29 de marzo de 1990. En el aeropuerto internacional José Martí, de La Habana, todo estaba dispuesto para la llegada de los primeros niños afectados por el accidente nuclear de Chernobil, que eran traídos para recibir asistencia médica.
Cuando el avión apagó sus motores y la puerta de salida se abrió, todos miraron con asombro y expectación. Allí estaba Fidel, que había acudido a recibirlos y asegurarles que en Cuba siempre encontrarían la solidaridad de su pueblo y su Gobierno revolucionarios.
Fidel recibió a los 139 niños afectados llegados a Cuba en el primer vuelo, hace 20 años.
Llegaban los primeros 139 menores portadores de diferentes enfermedades oncohematológicas.
Comenzaba a abrirse una de las páginas más humanas que recuerde la historia.
Hoy, esa idea de Fidel y su permanente presencia, reafirmación de su humanismo, son reconocidas en todo el mundo.
Veinte años después, 24 471 enfermos, de ellos 20 419 niños, han recibido atención médica en Cuba, donde gratuitamente se ha puesto a su servicio, desde lo más avanzado de la ciencia médica, hasta lo más humano de hombres y mujeres, médicos, psicólogos, enfermeras, asistentes, maestros e instructores deportivos...
Cuba es el único país que organizó un programa integral de salud masivo y gratuito para la atención a los afectados por el accidente nuclear de Chernobil.
Los niños viven en la antigua ciudad escolar de Tarará, a unos 20 kilómetros al este de la capital, en una villa cercana a la playa, donde reciben atención médica, asisten a una escuela con profesores ucranianos y realizan actividades deportivas y culturales.
En Ucrania trabaja un equipo de médicos cubanos, que tiene la responsabilidad de ir seleccionando los casos que viajan a la isla.
En hospitales cubanos se han realizado seis trasplantes de médula ósea, dos de riñón, 16 cirugías cardiovasculares y más de 600 operaciones neurológicas y ortopédicas a pacientes afectados.
De los que han viajado a Cuba, más de 300 han sido pacientes con enfermedades hematológicas, y de ellos 124 con leucemia.
El mérito de este programa es compartido por diferentes instituciones de salud como los hospitales pediátricos William Soler, Juan M. Márquez, Centro Habana y Pedro Borrás; el Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras; el Complejo Ortopédico Frank País; el Instituto de Hematología, y el Cardiocentro infantil, que realizó 14 operaciones de corazón a niños con malformaciones congénitas complejas. También el Centro de Protección e Higiene de las Radiaciones.
Cuando el avión apagó sus motores y la puerta de salida se abrió, todos miraron con asombro y expectación. Allí estaba Fidel, que había acudido a recibirlos y asegurarles que en Cuba siempre encontrarían la solidaridad de su pueblo y su Gobierno revolucionarios.
Fidel recibió a los 139 niños afectados llegados a Cuba en el primer vuelo, hace 20 años.
Llegaban los primeros 139 menores portadores de diferentes enfermedades oncohematológicas.
Comenzaba a abrirse una de las páginas más humanas que recuerde la historia.
Hoy, esa idea de Fidel y su permanente presencia, reafirmación de su humanismo, son reconocidas en todo el mundo.
Veinte años después, 24 471 enfermos, de ellos 20 419 niños, han recibido atención médica en Cuba, donde gratuitamente se ha puesto a su servicio, desde lo más avanzado de la ciencia médica, hasta lo más humano de hombres y mujeres, médicos, psicólogos, enfermeras, asistentes, maestros e instructores deportivos...
Cuba es el único país que organizó un programa integral de salud masivo y gratuito para la atención a los afectados por el accidente nuclear de Chernobil.
Los niños viven en la antigua ciudad escolar de Tarará, a unos 20 kilómetros al este de la capital, en una villa cercana a la playa, donde reciben atención médica, asisten a una escuela con profesores ucranianos y realizan actividades deportivas y culturales.
En Ucrania trabaja un equipo de médicos cubanos, que tiene la responsabilidad de ir seleccionando los casos que viajan a la isla.
En hospitales cubanos se han realizado seis trasplantes de médula ósea, dos de riñón, 16 cirugías cardiovasculares y más de 600 operaciones neurológicas y ortopédicas a pacientes afectados.
De los que han viajado a Cuba, más de 300 han sido pacientes con enfermedades hematológicas, y de ellos 124 con leucemia.
El mérito de este programa es compartido por diferentes instituciones de salud como los hospitales pediátricos William Soler, Juan M. Márquez, Centro Habana y Pedro Borrás; el Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras; el Complejo Ortopédico Frank País; el Instituto de Hematología, y el Cardiocentro infantil, que realizó 14 operaciones de corazón a niños con malformaciones congénitas complejas. También el Centro de Protección e Higiene de las Radiaciones.