No olvida Aquino Abreu juego de béisbol en el que le lanzó a Fidel Castro
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Vine a romperte el no hit no run, le dijo el Comandante en Jefe
Han pasado 40 años; sin embargo, a Tomás Aquino Abreu Águila le parece que fue ayer, porque hay sucesos que perduran para siempre en nuestra vida, como aquel del 6 de febrero de 1966, cuando el estelar serpentinero tuvo el honor de lanzarle al Comandante en Jefe Fidel Castro, en la segunda visita del líder de la Revolución al estadio de béisbol Sandino, en Santa Clara, capital de Villa Clara, Cuba.
Aquino, uno de los 116 jugadores que el 14 de enero de 1962 echaron a andar las series nacionales, había protagonizado en fechas precedentes una trilogía de hechos que le permitieron ganarse un sitio entre los inmortales de la pelota cubana.
El 28 de diciembre de 1965 trabajó durante 19 entradas y un tercio en un partido contra Orientales. Posteriormente, el 16 de enero de 1966, rubricó frente a Occidentales el primer juego de cero hit cero carreras en nuestros clásicos beisboleros; nueve días más tarde, en su siguiente presentación, repitió la proeza ante Industriales, y se convirtió en el único monticulista que ha registrado dos no hit no run sucesivos en los campeonatos nacionales.
«Aquel domingo recuerda Aquino no estaba previsto que yo lanzara, pues sentía molestias en el codo del brazo derecho. Por eso, le pedí permiso a Asdrúbal Baró, el manager de mi equipo Centrales, para que me permitiera irme para Cumanayagua al finalizar el primero del doble juego frente a Orientales.
«Baró estuvo de acuerdo. Al terminar el primer partido, me dirigí hacia el cuarto para recoger las cosas y marcharme. Enseguida entró detrás de mí Leonel García, el zurdo de Vueltas, y me dijo: Oye, no te desvistas, que Fidel te está buscando.
«Cuando salí encontré al Comandante en el pasillo, acompañado de Arnaldo Milián, el primer secretario del Partido en Las Villas en aquella época, quien era un entusiasta aficionado a la pelota.
«Fidel me dijo: Vine a romperte el no hit no run. Cuando termine el segundo juego tú me vas a pitchear. No vayas a tener miedo de darme un pelotazo.
«Al concluir el segundo enfrentamiento de la tarde agrega, salió para el terreno, mientras yo calentaba. Al principio le tiré flojo, pero él se percató, fue hasta el box y exclamó:
Me estás engañando, con eso tú no le das un no hit no run a nadie. Lanza fuerte, no tengas miedo.
«Me puse de acuerdo con el receptor Jesús Oviedo y aumenté la velocidad de los envíos. La respuesta de Fidel no se hizo esperar: Tú ves, ahora sí.»
Durante su actuación como bateador, nuestro máximo dirigente conectó roletazo al campo corto, machucón a segunda, un fly de fould, y al quinto lanzamiento, disparó hit al jardín central.
Mostró su inconformidad con una bola pegada, que el árbitro Mario Cossío decretó strike y, con rolling a la inicial, finalizó su estancia en el cajón de bateo.
«Cuando terminó de batear señala Aquino, me puso la mano en el hombro y en tono jocoso comentó: Ahora te puedes ir a bañar y a descansar, que ya te rompí el no hit no run.
«Después añade me preguntó que me hacía falta. Le contesté que me estaba doliendo mucho el codo, que lo que más deseaba era poder participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribeen San Juan, Puerto Rico, en junio de ese año.»
Días más tarde, mientras jugaban en Camagüey, le avisaron que debía presentarse con urgencia en la capital. Allí recibiría una mayúscula sorpresa, pues nunca imaginó que sería Fidel, personalmente, quien le comunicaría el propósito de la citación: Te mandé buscar para que te pongas un tratamiento, te cures y puedas ir a la competencia de Puerto Rico, le explicó el Jefe de la Revolución.
El anhelo del ídolo de Cumanayagua (aunque vive desde hace 30 años en Manicaragua) se convirtió en realidad. Asistió a la confrontación regional como parte de la histórica delegación del Cerro Pelado.
En esa justa los criollos recuperaron el título perdido en Kingston, Jamaica, en 1962, y él superó a los boricuas, 5 carreras por 2, en la primera presentación de la selección cubana.
Al regreso, en el acto central de recibimiento a la gloriosa Delegación de la Dignidad, efectuado en el estadio Latinoamericano el 29 de junio, en una parte de su discurso el Comandante en Jefe expresó:
«Allí se reunieron todos los mercaderes del deporte. Cuando veían pitchear a nuestros campeones, cuando veían a ese magnífico pelotero y ejemplar ciudadano que tuvo la gloria de pitchear dos juegos sin hits ni carreras, Aquino Abreu, inmediatamente querían contratarlos, comprarlos, como se dice en la pelota.»
Muchos momentos importantes vivió este ilustre veterano de 70 años de edad en sus 14 temporadas nacionales, pero aquellos instantes cercanos a Fidel ocuparán siempre un lugar especial en su memoria.
«Esos minutos jamás los olvidaré. Pude percibir toda su grandeza. Me conmovió profundamente su extraordinaria sensibilidad. ¿Cuántas veces ocurre que el presidente de un país se preocupe en persona por la salud de un humilde pelotero, un guajiro como yo?