Malo es que el enemigo hable bien de ti
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Con la presencia de Fidel, el primer día de marzo comenzó con un multitudinario acto en Las Martinas, Pinar del Río para entregar a 340 vegueros las escrituras que los convirtieron en propietarios de las fincas que ocupaban en ese territorio.
En su edición del 1ro. de marzo, la revista Bohemia convocó a una «colecta de la libertad», para recoger fondos para la Revolución. «Vamos a poner ese dinero, dice el llamado, en las manos honestas del doctor Fidel Castro para que sea él quien disponga lo que debe hacerse». (Bohemia, No. 9, 1ro. de marzo de 1959, pp. 70 y 71).
El 2 de marzo, Fidel arribó a Mantua y allí conversó con los campesinos y les aclara la política de la Revolución.
Fidel regresó a La Habana y visitó sorpresivamente el Estadio de La Tropical para conocer cómo se estaba respondiendo al llamado de llenar este sitio de tractores y arados para la reforma agraria.
Al día siguiente, 3 de marzo, el líder cubano recibió una medalla con la inscripción: «El pueblo argelino en lucha, al libertador de Cuba, Fidel Castro».
En esta misma fecha, Fidel dirigió la sesión extraordinaria del Consejo de Ministros en la cual se aprobó la promulgación de la Ley No. 122 de 1959, que dispuso la intervención de la empresa Cuban Telephone Company.
En carta del 3 de marzo, dirigida al director de Bohemia, le dijo en uno de sus párrafos: «Con profunda emoción leí el editorial de Bohemia sobre el Movimiento Patriótico de Apoyo Económico a la Reforma Agraria y al Desarrollo Industrial. Como cada cual da lo que puede, yo le envío el primer sueldo que percibo del Estado: mis haberes como primer ministro desde que tomé posesión el mes pasado. […] Cuando se trabaja mucho se gasta poco».
(Bohemia, No. 11, 15 de marzo de 1959, p. 87)
Ese día también se hizo pública la información de que Fidel visitaría Estados Unidos. La invitación causó desconcierto en la Casa Blanca, porque el primer ministro, un jefe de gobierno, había sido invitado por una organización privada.
En el Ministerio del Transporte, Fidel, acompañado del titular del ramo, informó el acuerdo de la intervención de la Cooperativa de Ómnibus Aliados (COA) y la empresa Autobuses Modernos.
La edición del periódico Noticias de Hoy, del 5 de marzo, dio cuenta de lo que pudo ser considerado como uno de los antecedentes de la formación de las Milicias Nacionales Revolucionarias. Esa noche se inició en San Antonio de los Baños la creación de milicias voluntarias populares.
Phillip W. Bonsal, quien recientemente había sido acreditado como embajador de Estados Unidos en Cuba, arribó a las tres de la tarde a la residencia oficial del primer ministro. El encuentro se prolongó por 75 minutos. La palabra de Fidel centralizó la tertulia.
Tan pronto como el embajador estadounidense abandonó la residencia, Fidel concedió una conferencia de prensa a los reporteros presentes, en la que declaró los próximos pasos del Gobierno.
A mediodía del 6 de marzo, Fidel compareció por la televisión. Habló durante casi cuatro horas sobre los problemas nacionales, su concepto de justicia, los que tratan de enfrentar la religión a la Revolución, cómo determinadas protestas populares son azuzadas por el enemigo y criticó la consigna de Oriente Federal enarbolada desde los primeros días del triunfo revolucionario por algunos residentes de esa región del país pertenecientes a los sectores más privilegiados.
La Asociación Nacional de Bancos de Cuba, integrada solo por cubanos, se reunió la tarde del 6 de marzo con Fidel para intercambiar impresiones sobre temas de la economía bancaria en general y los proyectos del Gobierno Revolucionario.
En horas de la noche, el Consejo de Ministros aprobó varias leyes y decretos. La más popular fue la Ley de Rebaja de los Alquileres en un 50 %.
En la madrugada del 7 de marzo, Fidel participó en la asamblea de los trabajadores telefónicos, denunció a los elementos contrarrevolucionarios y reaccionarios cómplices del FBI.
Y definiendo su reacción personal ante esos ataques, expresó que las dos más grandes condecoraciones que había recibido eran: «La medalla que le habían concedido los patriotas argelinos y los ataques de Time. Eso indica que voy por buen camino. Malo fuera que Time hablara bien de mí».
Este mismo día, en 23 e Infanta, Fidel inauguró una exposición de caricaturas críticas al régimen batistiano, publicadas en periódicos y revistas durante los siete años de la tiranía.
En su intervención, Fidel estimó que la caricatura era un factor determinante en la Revolución y la divulgación de sus leyes sociales, ya que era el mejor vehículo para darle al pueblo una orientación en las proyecciones del Gobierno.
«Es de más impacto una caricatura, que cualquier otro medio de expresión –agregó– por ser un pueblo con alto sentido del humor». (Revolución, 9 de marzo de 1959, pp. 1 y 23).
Un acto de reafirmación popular, al que asisten más de 10 000 personas, se efectuó la noche del sábado 7 de marzo en el parque «Martí», de Guanabacoa. Cerca de la medianoche, arribó Fidel. En sus palabras, Fidel expuso que su hermano Raúl, quien ocupa una posición destacada, no fue llevado por él, sino que llegó por sus propios esfuerzos; se lo ganó luchando –dijo–, yo solamente lo invité al peligro, al sacrificio y a la muerte.