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Las manos de Dinorah y los grados del Comandante

Para Dinorah Fidel era "El Jefe", mientras que el Comandante la reconocía como “Dinorah, la bordadora”. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)
Para Dinorah Fidel era "El Jefe", mientras que el Comandante la reconocía como “Dinorah, la bordadora”. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)

Fecha: 

24/10/2016

Fuente: 

CubaAhora

Autor: 

Dinorah se reencontró con unos de sus bordados, uno de los tantos que confeccionó durante más de cincuenta años: los Grados de Comandante en Jefe de Fidel Castro.
 
En el espacio Catalejo, organizado por la Unión de Periodistas de Cuba, Roberto Chile aprovechó la ocasión para regarle a Dinorah el catálogo de fotografías Fidel es Fidel, en donde aparece a toda página la imagen de una de sus confecciones.
 
Aunque todos la conocen por Dinorah, su nombre completo es Lucía Lucinda Betancourt Montenegro. Llegó a dominar tanto su trabajo que incluso en una ocasión Fidel reconoció que los grados que vestía no eran los que bordaba esta mujer.
 
Hoy, a sus 85 años, ella sigue recordando a Fidel como "El Jefe". Su trabajo acompañó durante décadas al uniforme verde olivo del Comandante, a Arnaldo Tamayo Méndez en su viaje al cosmos y a los millones de personas que reconocen un símbolo de la Revolución Cubana en ese rombo negro y rojo con dos ramas de olivo.

Roberto Chile, camarógrafo y fotógrafo de Fidel durante décadas, aprovechó la presencia de Dinorah para regalarle el catálogo Fidel es Fidel, en donde aparece una instantánea de uno de los grados de Comandante en Jefe bordados por ella. Al espacio también asistió en calidad de invitada la periodista Katiuska Blanco. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)
 
Dinorah posa para un retrato junto a una fotografía de los grados del Comandante bordados por ella. En una entrevista de la periodista Rosa Miriam Elizalde recuerda: “En 1960 llegó a mi casa un escolta de Fidel. Alguien le había dado una referencia de nosotras, porque mi hermana y yo aprendimos el oficio de mi madre, y con eso nos ganábamos la vida. Él traía un uniforme y me pidió que le bordara los grados de Comandante. Yo no era nadie; qué honor”. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)