La histórica visita de Fidel a China
Fecha:
19/12/1995
Fuente:
Granma
Autor:
Faltaban dos días para que Fidel concluyera su primera visita a China cuando, sobrepasada por las emociones, escribí que para un periodista resulta muchas veces difícil describir en toda su dimensión el hecho que reporta, porque hay algunos que trascienden los estrechos límites geográficos en que se desarrollan o aquellos aun más efímeros del tiempo. Y este recorrido de nuestro Comandante en Jefe por China es de esos. A China llegamos todos con un conocimiento más o menos acabado de su historia, del esfuerzo de ese pueblo por insertarse en un mundo quemando etapas -como aquella de pasar prácticamente del feudalismo al socialismo frente a la hostilidad de los enemigos de siempre- con la tradicional laboriosidad de sus gentes y su filosófico apego a las costumbres. Cualquier conocimiento previo, sin embargo, fue poco para lo que allí vimos y, sobre todo, por el hecho cierto e irreversible de que durante diez días compartieron experiencias, intercambiaron criterios y reiteraron sueños los máximos dirigentes de dos naciones que a contrapelo de lo que muchos pensaron, constituyen la más cabal expresión de que el socialismo está vivo y con infinitas posibilidades de continuar siendo la alternativa a un mundo de injusticia, discriminaciones y explotación. Esta visita de Fidel a China, sin dudas, trasciende todas las expectativas y cuando las nuevas generaciones hojeen el libro de la historia tendrán que detenerse en estos diez días que de alguna forma conmovieron al mundo en la medida en que dos gigantes del sacrificio, de la tenacidad, y del esfuerzo reiteraron su decisión de que es el socialismo la justa opción para el desarrollo de sus naciones.