La educación económica del pueblo, vital para la Revolución
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El domingo 13 de septiembre tuvo lugar una importante reunión en el cuarto piso del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), con la participación de los comandantes Fidel Castro, Raúl Castro y Ernesto Che Guevara, así como del capitán Antonio Núñez Jiménez, director ejecutivo de ese organismo.
La conferencia fue extensa y en ella se trataron los futuros planes que debían introducirse en el sistema de desarrollo agrario que venía realizando el gobierno Revolucionario.
En horas de la noche, Fidel intervino en la clausura del XXIV Consejo Nacional de la CTC Revolucionaria. Después de abordar los problemas que presentan los obreros, campesinos, profesionales y los estudiantes, destacó uno de los problemas vitales para la Revolución: la educación del pueblo cubano en cuestiones económicas, pues este, dijo, ha vivido casi en una ignorancia absoluta de los problemas económicos.
Y explicó la paradoja «entre lo que el pueblo está dispuesto a hacer y la ignorancia en que el pueblo vive de los problemas económicos, cuando en realidad si de algo debe saber el pueblo más que de nada en este momento no es de pelota o de boxeo, o de cualquier otro tema, que por lo general aquí se sabe, porque es por otra parte un pueblo inteligente, despierto, que sabe casi un poco de todo menos de problemas económicos».
Por ese problema, dijo, «nosotros siempre nos esforzaremos por tratar de inculcar en el pueblo determinados conocimientos a fin de lograr cada vez más esa colaboración».
Más adelante, expresó: «Al país le han faltado no solo hombres honestos, sino hombres en sí a más de honestos, previsores. Hombres que prevean, que miren no como miopes, para ver sencillamente lo que está próximo, para salir de los problemas inmediatos, para salir de las dificultades pasajeras, sino hombres que miren al futuro, que miren lejos, para buscar soluciones definitivas a los grandes males de la nación, a los grandes problemas del pueblo, y por eso, si nosotros fuésemos hombres que nos preocupáramos solamente de resolver problemas pasajeros, estaríamos traicionando la Revolución, estaríamos traicionando el pueblo y estaríamos traicionando la nación».
En el amplio polígono del campamento militar de Columbia, el 14 de septiembre, se concentraron millares de niños, maestros, funcionarios del Ministerio de Educación y autoridades del Gobierno Revolucionario para el acto oficial del inicio del curso escolar de 1959-1960.
Este día, Columbia dejó de ser un campamento militar para convertirse en un gigantesco Centro Escolar, que lleva por nombre Ciudad Libertad. Las palabras finales del acto son pronunciadas por el Comandante en Jefe, quien destacó la connotación que tiene el hecho de convertir los cuarteles en escuelas. También enfatizó que la Revolución tiene muchas cosas que hacer, y sin embargo no puede hacerlas, porque no tiene personas preparadas para hacer esas cosas y porque nadie se ocupó de prepararlas.