A propósito del 30 aniversario de Expocuba, Trabajadores se acerca a la génesis del mayor recinto ferial del país, iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro
 
Había comenzado el movimiento de tierra. Corrían los días de mayo de 1987, y la obra avanzaba aceleradamente. Antes de concluir ese año se acometieron los trabajos de cimentación y el levantamiento de las primeras estructuras metálicas. Otra idea grande de Fidel estaba en marcha.
 
La génesis de Expocuba puede situarse en la reunión anual  de directores del Ministerio de la Industria Básica el 30 de enero de 1987. Allí el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz anunció el propósito de crear una Exposición Permanente del Desarrollo Económico y Social de la República de Cuba.
 
Apenas un mes antes había ocurrido el antecedente más directo que determinó la decisión. Durante la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en diciembre de 1986, el Ministerio de la Industria Sideromecánica (Sime) ofreció información a los diputados y además organizó una exposición, a partir de naves metálicas sencillas, en áreas de la Feria de la Juventud, sitio que hoy ocupan las instalaciones deportivas sala polivalente Ramón Fonst y La bolera. Entonces unas ¡200 mil! personas visitaron la muestra en una semana.
Cuba en 60 hectáreas
 
El mayor compromiso de Expocuba es con Fidel, es lo primero que afirma Pedro Abreu Mujica, director desde el año 1996 del más extenso recinto ferial del país.
 
Este hombre puede hacer la historia del lugar porque se cuenta entre la avanzada que pisó el terreno escogido en la carretera del Rocío, kilómetro 3½ , en el municipio de Arroyo Naranjo.
 
En su momento —precisa— esta obra social se consideró la más amplia del movimiento de microbrigadas. En el empeño participaron también empresas constructoras de un sinnúmero de ministerios, del Poder Popular, y las organizaciones políticas y de masas.
 
“Todo resultó muy original: el proyecto, el diseño, el ritmo de construcción… Imagínate que la etapa constructiva se acometió en 22 meses, y nos guió el principio de utilizar elementos de producción nacional en todo lo posible”, recuerda Abreu.
 
La idea del Comandante en Jefe —añade— fue crear en el sur de la capital un amplio centro recreativo cultural para el disfrute de la población. La instalación, que se insertaría en la zona del Parque Lenin y el Jardín Botánico,  tendría una función instructiva. En el pensamiento de Fidel también estuvo la solución de encontrar un espacio idóneo para las citas anuales de la Feria Internacional de La Habana.
 
Abreu rememora con agrado las muchas visitas del líder de la Revolución. Durante la construcción eran casi diarias y hubo días en que llegaba dos y tres veces, de noche, de madrugada, para interesarse por los trabajadores, los materiales, por todo.
 
Días antes de la inauguración, al mediodía del 31 de diciembre de 1988, el Comandante en Jefe confraternizó con los constructores, y almorzó con ellos en el Instituto Politécnico Agropecuario Villena Revolución.
 
Después de la inauguración tenemos registradas 29 visitas del Comandante en Jefe, muchas de estas en compañía de otros jefes de Estado y de Gobierno.
 
La que más cercana sentimos fue la del 29 de abril del 2005, apunta el director de Expocuba. Ese día llegó acompañado del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Muy alegres hicieron un recorrido por el Pabellón Central, por la exposición de productos venezolanos; luego visitaron el de Biotecnología, donde presidieron la firma de un acuerdo comercial entre ambos países por un monto considerable, libre de aranceles. Un tratamiento propio de naciones hermanas.
 Mirada hacia adelante
 
El año 2019 comienza justamente con la celebración de los tres primeros decenios de este complejo expositivo que forma parte de la empresa organizadora de congresos, ferias y exposiciones, nombrada Grupo Palco.
 
Animados por el cumpleaños 30 de la instalación, los 60 de la Revolución y los 500 de La Habana, el colectivo de 682 trabajadores tiene planteados desafíos como el mantenimiento y la reparación de algunos pabellones, el parque de diversión con la renovación de varios equipos como las muy propias bicicletas aéreas, y el propósito permanente de mejorar la atención en la calidad de los programas culturales y recreativos.
 
Para los que en un momento inicial pensaron que la construcción significaba un gigantismo no apropiado, Abreu responde con la utilidad que ha tenido: “Expocuba recuperó su inversión en cinco años, es eficiente en todos sus indicadores económicos, tiene un lugar ganado, y lo más importante, tal y como vaticinó Fidel, los habaneros y el país entero pueden sentirse orgullosos de un centro como este, pues aquí se expone la obra de la Revolución, y las familias encuentran un sitio de esparcimiento e instrucción”.
 
¡30 años! Todo el tiempo de Expocuba lleva Magali Valdés Martínez como secretaria del director de la institución. Anécdotas tiene por montones, pero la que mejor guarda es la del sábado 12 de agosto de 1989, víspera del cumpleaños de Fidel.
 
“Llegó, y de inmediato un buen número de trabajadores nos concentramos a su alrededor; la carta de felicitación que le íbamos a enviar se la leímos personalmente. Y le entregamos un cake. Él, tan original como siempre, decidió colocarlo encima del maletero del vehículo en que viajaba, y repartirlo entre los presentes. Entonces espontáneamente le cantamos Felicidades”.
 
Marta Abreu del Barrio, la operadora del ascensor del bar-cafetería El Mirador, también recuerda la vez en que al líder de la Revolución le llamó la atención su nombre, pues coincide con el de la benefactora y patriota santaclareña. “Fue un breve diálogo que nunca olvidaré —dice—. La mejor manera de honrar a Fidel es trabajar conscientemente. Aquí tenemos presentes sus enseñanzas y nos sentimos comprometidos con ofrecer el mejor servicio. Expocuba es una escuela en la atención a los trabajadores”.
 
“Aquí he encontrado desarrollo pleno como trabajador, profesional, dirigente”, apunta Sabino Mesa Peláez, jefe de Área, subdirector de Gastronomía y Comercio de la instalación.
 
“Llegué como parte del grupo de trabajadores que aportó el Ministerio de la Agricultura para la construcción de este centro, y luego me seleccionaron para quedarme trabajando aquí. Me siento honrado, porque este es un centro de Fidel. Tenemos incorporados principios como el multioficio y la consagración. Entre muchas tareas asumimos la formación de alumnos de la enseñanza técnico-profesional y los obreros calificados en diversas especialidades”.