Fidel y su apoyo a la tarea de Vilma Espín: “La lección que nos están dando las mujeres”
Fecha:
Fuente:
Desde el comienzo de la Revolución Fidel Castro demostró su compromiso constante en la necesidad del empoderamiento de las mujeres y en cambiar los rezagos machistas en la cultura heredada colonial y capitalista. En Cuba con la lucha de más de 4 millones de mujeres organizadas en la Federación de Mujeres Cubanas han conseguido la igualdad de derechos en la Constitución, el Código de Familia y otros instrumentos. Se cuenta con una fuerza laboral del 66 % de trabajadoras sobre todo en salud, educación y judicial, con igual salario entre hombres y mujeres. Un 49 % de los escaños parlamentarios ocupados por mujeres -cuarta nación del mundo con mayor representación. En Cuba las mujeres acceden a la salud y educación gratuitamente y al aborto seguro y gratuito, reivindicación histórica en Latinoamérica. No existe trata de mujeres o niñas ni existen los femicidios como en los países capitalistas del continente. Todo ello a pesar de un bloqueo brutal desde hace 54 años.
Fidel no desaprovechó encuentros con su pueblo en fechas históricas y memorables para recalcar la importancia de la liberación de las mujeres, para alcanzar la verdadera Revolución. Junto con Vilma Espin, Secretaria General de la Federacion, encabezaba los Congresos de mujeres y mantenía conversaciones con ellas alentándolas y felicitándolas en sus logros y también haciendo autocrítica con sus compañeros sobre el machismo en distintos aspectos de la vida.
Estos son algunos extractos de discursos de Fidel sobre las mujeres rescatados del libro “Mujeres y Revolución” de Fidel Castro Ruz.
V Plenaria nacional de la Federación de Mujeres Cubanas, 9 de diciembre de 1966, “Año de la Solidaridad”
“Cuando nosotros llegamos esta noche aquí, le dije a un compañero que este fenómeno de las mujeres en la Revolución era una Revolución dentro de otra Revolución. Y si a nosotros nos preguntaran qué es lo más revolucionario que está haciendo la Revolución, responderíamos que lo más revolucionario que está haciendo la Revolución es precisamente esto; es decir, la revolución que está teniendo lugar en las mujeres de nuestro país. Si nos preguntaran cuáles son las cosas que más nos han enseñado en la Revolución, responderíamos que una de las lecciones más interesantes que los revolucionarios estamos recibiendo en la Revolución es la lección que nos están dando las mujeres”.
“La discriminación por razones de raza o de sexo no podía desaparecer de ninguna manera dentro de una sociedad de clases, dentro de una sociedad de explotadores y explotados; los problemas de la discriminación por razones de raza y de sexo han desaparecido en nuestro país, porque desapareció la base de esas dos discriminaciones que es, sencillamente, la explotación del hombre por el hombre (…) Ahora bien, ¿la desaparición de la explotación del hombre por el hombre significa que se hayan creado todas las condiciones, inmediatamente, para que la mujer ocupe un lugar superior dentro de la sociedad? No. No significa que se han creado todas las condiciones, porque las condiciones para la liberación de la mujer, las condiciones para el desarrollo pleno de la mujer dentro de una sociedad, las condiciones para una igualdad de derechos realmente, o para una igualdad real de la mujer y el hombre en una sociedad, necesita una base material, necesita tener como base el desarrollo económico y el desarrollo social del país”.
Discurso de Clausura del XIII Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, 1973.
(…) “Formar una maestra cuesta, ¡cuesta bastante…! Formar una enfermera cuesta, ¡cuesta bastante…! Los años que hay que estar desde la primaria y la secundaria… Y una mujer calificada. Y la falta que nos hacen los maestros. Pero si alguien tenía un buen sueldo, un joven, y se casaba con la maestra, le decía: “No trabajes, no hace falta”. Y el país perdía la maestra. Y el país perdía la enfermera.
Desde luego que cuando el país pierde la maestra y la enfermera, no lo pierde solo por el dinero, sino por los rezagos de machismo y de superhombrismo y de todas esas cosas que todavía nos quedan”.
Discurso del Acto Central en Conmemoración del XXI Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, 1974.
(…) Esta cuestión del número de mujeres electas es muy importante, porque no hay duda de que 3 % de mujeres electas en las elecciones de las circunscripciones es realmente un número dolorosamente bajo; sobre todo si se tiene en cuenta que la mitad de la población es femenina, que las mujeres apoyan entusiásticamente la Revolución, y que las mujeres suelen tener en un grado muy alto las virtudes que se consideran necesarias en un revolucionario y las virtudes que se consideran necesarias en un cuadro dirigente administrativo y político.
Es que, en eso demuestra precisamente cómo todavía las mujeres sufren determinadas situaciones de discriminación y desigualdad, como todavía tenemos atrasos culturales y cómo todavía en los resquicios de nuestras conciencias quedan viejos hábitos de pensar que corresponden al pasado.
(…) Este mismo año tendrá lugar el Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, y este problema de la desigualdad subsistente es uno de los puntos fundamentales de sus tesis. No olvidemos lo que dijo Lenin de que el proletariado no podrá alcanzar su victoria definitiva hasta que no logre conquistar la plena libertad de la mujer.
Un ejemplo de la importancia de la mujer en la lucha por la liberación y de las cualidades de las mujeres, ahí lo tenemos en la compañera Nguyen Thi Dinh, vicecomandante de la Fuerzas Armadas de Lieberación Popular en Vietnam del Sur. ¡Ahí lo tenemos! ¡Y en esas heroínas combatientes de Vietnam del Sur aquí presentes, en cuyos pechos no caben las medallas que se han ganado con su heroísmo en los combates y en la lucha por la liberación de su país!”
Discurso en el II Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, 1974
(…) ¿Cuál fue el eje, el centro de los análisis y de los esfuerzos de este Congreso? ¡La lucha por la igualdad de la mujer! ¡La lucha por la integración plena de la mujer cubana en la sociedad!
(…) Al conversar con algunas compañera delegadas a este Congreso, ellas expresaban con gran satisfacción y júbilo que en estos días muchos de sus compañeros se habían quedado en la casa atendiendo a los niños, para que ellas pudieran venir al Congreso. Es incuestionable que si esas mujeres no hubieran estado integradas en la Federación y realizando estos trabajos, si no fuesen militantes de la Revolución y si no estuviesen participando en este Congreso, tal problema nunca se habría presentado en sus hogares, y ni siquiera habría existido la oportunidad de que esos compañeros tomaran conciencia de tal necesidad y de tales deberes.
(…) Ustedes ( las mujeres) a veces dicen que han aprendido de nosotros, pero la realidad es que es mucho más lo que aprendemos nosotros de ustedes, lo que aprendemos del pueblo, lo que aprendemos de las masas. Porque siempre renuevan y fortifican nuestra confianza, nuestra fe, nuestro entusiasmo revolucionario. Ustedes nos ayudan a educarnos a nosotros. Y cuando digo nosotros, lo digo no solo como dirigente del Partido, lo digo también como hombre. Nos ayudan a todos, a todos los hombres, a todos los revolucionarios a tomar más clara conciencia de estos problemas, y ayudan al Partido y ayudan a los dirigentes de la Revolución; un Partido donde hay un porcentaje altísimo de hombres en la dirección, un Gobierno donde hay un porcentaje altísimo de hombres; de modo que pareciera un Partido de hombres y un Estado de hombres y un Gobierno de hombres. Tiene que llegar el día en que tengamos un Partido de hombres y mujeres, y una Dirección de hombres y mujeres, y un Estado de hombres y mujeres, y un Gobierno de hombres y mujeres. Y creo que todos los compañero están conscientes de que esa es una necesidad de la Revolución, de la sociedad y de la Historia”.