Fidel, la Universidad y la Revolución
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A 70 años de la entrada del líder de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz a la Universidad de La Habana, reconocidos historiadores y dirigentes de la FEU evocaron en la Mesa Redonda aquel momento histórico, la trayectoria universitaria de Fidel, el impacto de esa etapa en su formación y otros temas de interés.
Como expresara el Comandante en Jefe, en la Universidad de La Habana se hizo revolucionario y martiano; y libró muchas batallas con toda la persistencia necesaria. Esos vínculos entrañables desarrollados entre nosotros, reconocería el líder de la Revolución Cubana, ha hecho posible la unión entre estudiantes y la Revolución. “Y eso hay que cuidarlo mucho, porque eso lo sabe el enemigo. Cuánto dieran ellos por separar a los estudiantes de la Revolución, a los trabajadores de la Revolución… Les pido que sean baluartes inconmovibles de la Revolución, baluarte que no se rinde ni claudica jamás”.
Sobre ese Fidel que llega a la Colina el 4 de septiembre de 1945, la investigadora y periodista Katiuska Blanco expresó que era un soñador ferviente y un joven que no tiene suficiente cultura política todavía para entender lo que acontece en La Habana de ese tiempo, ni en la Cuba de ese tiempo. “Venía de colegios religiosos. Era un hombre natural, no era del ámbito urbano. Era un hombre cuyas experiencias habían tenido relación con un ámbito como el campo de Cuba, que le había permitido conocer resortes internos de la economía cubana.
“Tenía de la casa el afán de la sensibilidad por ayudar a los demás, un apego a los de abajo… era un antielitista y antiaristocrático que tenía determinada academia con su formación en Lasalle, en Dolores y con los jesuitas de Belén. En el 36 había leído partes de la guerra civil española, había leído libros sobre la historia de la revolución francesa”.
Era, sintetizó, un joven ardoroso cuando entró a la Universidad. Se consideraba un luchador utópico y sabía distinguir la justicia de la injusticia. Tenía ímpetus deportivos y comenzó a tener posiciones muy raigales de defensa de la única profesora negra de la casa de altos estudios que se le estaba discriminando en aquel momento. Es un hombre que está impelido a luchar, pero no tiene suficiente experiencia.
La autora de libros como Todo el tiempo de los cedros añadió que en los años de la Universidad el propio Fidel reconoció que era muy apasionado. Se encaramaba en los bancos de la Universidad, medía seis pies. Con esa cosa que trae, que es como un espíritu caballeresco, se anunciaba el joven que después estaba dispuesto a todo.
En el 46, precisó, comienza a convertirse de la persona que era de conocimientos naturales a la que se adentra en el alma de la sociedad. Conoce que la geografía de Cuba no era de las montañas, sino los pantanos sociales que existían.
La Doctora Francisca López se detuvo en los rasgos de la Universidad y del contexto que la prefiguraba cuando Fidel se incorpora a ella. “Era un centro muy complejo, en un contexto muy complejo. En el 44 asume la presidencia Ramón Grau y esta era la única Universidad del país. Con Grau entran al Gobierno otras personalidades vinculadas a la vida universitaria, lo cual había generado muchas expectativas. Pero cuando entra Fidel, la Universidad ya empieza a hacerle críticas a su gestión. También ya había comenzado la Guerra Fría y el lenguaje anticomunista penetra en este centro. A lo que se suman justicias que no se hicieron y esto deriva a grupos de acción que entran a la Universidad.
“Esta Universidad que ha luchado mucho por la Reforma Universitaria presenta una estructura en escuelas. Hay 13, que pueden tener secciones. Estas escuelas que conforman el conjunto de la Universidad tiene su directiva académica. La Universidad tiene su Consejo Universitario. El rector era Clemente Inclán Costa”.
Refirió que era una Universidad muy conflictiva, y argumentó su criterio con un testimonio de Alfredo Guevara, quien sostuvo que frente a la obra ejemplar de valiosos profesores, otros recitaban lección tras lección. También habló del nuevo alumno que ingresa carente de metas y del otro que busca el contacto con las personas preocupadas por los problemas de la Colina y la lucha contra la corruptela pública”.
Igualmente, alegó, estamos en un momento en el que a nivel de país hay un grupo de asesinatos como el de Niceto Pérez, Sabino Pupo, Aracelio Iglesias, Justo Fuentes Clavel… Hay un ambiente de violencia muy fuerte que presiona.
El máster Fabio Fernández comentó que Fidel matricula en la carrera de Derecho, que era una de las más prestigiosas, con tradición muy asentada -pensemos en Ignacio Agramonte o en Julio Antonio Mella-. Y lo hace en una modalidad que se llama enseñanza especial, que hoy podemos equiparar con el curso regular diurno. Fidel vence un grupo de asignaturas cada año y cumple un horario hasta 1947, que cambia su dinámica. En el verano de ese año está vinculado a la expedición de Cayo Confite, y no se puede presentar a los exámenes finales de ese semestre, por lo que se mueve a otra modalidad, que se llamaba enseñanza privada, que implicaba que podía matricular más asignaturas que las estipuladas en la modalidad anterior y no tenía que tener una presencia obligatoria. Los estudiantes acogidos a esta alternativa no podían vincularse a las elecciones de la FEU.
“Es importante hablar de sus resultados académicos. Es un estudiante que tiene un rendimiento de excelente. Había cuatro notas en aquel entonces: aprobado, aprovechado, notable y sobresaliente. Y cuando vemos su expediente académico, observamos que cursó 48 asignaturas, y en 12 obtuvo la calificación de notable y en 24 de sobresaliente. Es un estudiante que comparte su tarea de estudiante con una actitud activa. Tenemos a un gran estudiante de la carrera de Derecho que culmina en el año 50 con la presentación de su tesis”.
Fidel, destacó, matricula otras asignaturas para el Doctorado en Ciencias Sociales, pero esto no se materializa por sus actividades políticas.
“Hay que hablar de otra faceta interesante: llega a una Universidad con un poderoso movimiento deportivo, en el que tiene una trayectoria muy evidente. Se inscribe en la Comisión atlética: en el fútbol, la pelota, el baloncesto, el atletismo. Tenemos a un estudiante que es activo en la vida política universitaria, bueno docentemente y que participa en el mundo deportivo”.
La Doctora Francisca López aludió en el análisis a que hay que recordar que se inserta en un centro de tradición en las luchas estudiantiles. “De ahí son los estudiantes asesinados el 27 de noviembre, Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena, Valdés Daussá… Está la representación estudiantil en el Gobierno Universitario, que en el 49 hace crisis en el enfrentamiento entre la FEU y el Consejo Universitario, hasta que el Consejo disuelve a la FEU en el 51. Se dio con fuerza en este centro la lucha contra el bonchismo, la batalla por el aumento por la matrícula gratis… y hay una serie de elementos más allá de la Universidad: el tema de la República Española, el Comité Proindependencia de Puerto Rico, el Comité en contra de la discriminación racial… hay batallas que se están librando, y algunas de ellas las encabeza o es parte de ellas”.
Hizo énfasis en que hay un momento que tiene una gran impronta: en marzo del 49 se dio la protesta que se hace por la acción que habían hecho marineros norteamericanos, él está en esa Comisión contra la profanación del monumento erigido a José Martí. Se ha hablado de su lugar en Cayo Confite, en el Bogotazo, cuando va allá para crear una organización de Estudiantes Latinoamericanos, pero que coincide con el asesinato de Gaitán; o se habla cuando va con Leonel Soto a Manzanillo a traer la campana de La Demajagua, para enfrentarse al gobierno de Grau, que quería hacer politiquería con este símbolo, pero se olvida su rol en espacios como este o su presencia en el proceso que se da en el 46, con motivaciones de la FEU, para una Asamblea Constituyente Estudiantil en el 47… Como vicepresidente de la FEU en la escuela de Derecho fue parte indisoluble de las batallas universitarias, en las cuales puso en riesgo, incluso, su vida. Todo esto lo formó de tal manera que le dieron una madurez y una sensibilidad para pensar en estrategias de lucha.
Fabio Fernández se detuvo en qué le da la Universidad a Fidel y viceversa. “La Universidad le da experiencia política, se entrena y aprende a hacer política en el contexto de la Universidad; los años de Universidad son de crecimiento ideológico, cuando se pone en contacto con buena parte del pensamiento de su época y el contraste con sus propios compañeros. En tanto, Fidel le aporta a la tradición histórica de lucha de la Universidad, se inserta en lo mejor del movimiento universitario y lo hace con claridad”.
Francisca López enfatizó en que la Universidad lo puso en contacto con otros problemas, entornos, peligros, enfrentamientos que constituyen acusaciones personales y es parte de esa dinámica que tiene que enfrentar y que enriquece su capacidad de lucha. “En la década de los 60, cuando yo era estudiante, lo esperábamos en la Plaza Agramonte. Llegaba tarde para conversar con los estudiantes. Desde aquella temprana época nos está alertando de la importancia de ese vínculo del estudiantado con la Revolución, no en balde fue allí también donde fue a hacer la alerta de que la Revolución se podía autodestruir”.
Katiuska Blanco recordó que Fidel ha reconocido que a esa edad descubrió su verdadero destino. “Por ello creo que en la Universidad llegó a la convicción de que hacía falta luchar. En la Universidad reconoce las cosas que hay que cambiar, no solo dentro de los muros de la Universidad, sino luego en una dimensión diferente hacia el país, que con el tiempo crece hacia la región y hacia la humanidad.
“Se ha hablado mucho de lo que significó la Universidad para él, pero él después de la Revolución revoluciona a la Universidad, le da su sentido democrático, de acceso pleno de las masas populares, le confiere a la Universidad su sentido humanista, de vocación social, y su destino como fuerza importante para modificar la vida de los seres humanos”.
El Doctor Ricardo Alarcón, entrevistado por la Mesa Redonda, evoca uno de aquellos primeros contactos de la FEU con Fidel después del triunfo de la Revolución, en los que pensó cómo sería la enseñanza de la Medicina en Cuba, lo cual tuvo el privilegio de ver concretarse años después. “También Fidel promovió ideas fundamentales que todavía tienen vigencia, como el plan de becas universitarias”.
La recién electa presidenta de la FEU, Jennifer Bello, alegó que cuando uno revisa los discursos del Comandante siempre observa que deja un mensaje sobre las políticas del país y qué era necesario revisar porque para la Revolución era definitorio. “En la Universidad se ha forjado el capital humano de la Revolución, por ello reinterpretar su paso por la Universidad nos da un gran compromiso con esa formación de conciencias. No podemos dejar caer la bandera, al tiempo que vivimos a plenitud nuestros momentos como universitarios”.
La FEU, dijo, en las últimas etapas ha estado participando en disímiles proyectos comunitarios, como impartirá docencia en las secundarias y preuniversitarios… También nos queda claro la necesidad de seguir cada una de las alertas oportunas que nos dio, cada una de las misiones y entender lo que significa hacernos revolucionarios, y no perder en la práctica esa condición.
En este nuevo curso, explicó, tenemos muchas motivaciones, y una muy especial es el aniversario 70 de su ingreso a la Universidad, lo cual hemos decidido celebrar en todos los centros de altos estudios del país.
En este nuevo curso, explicó, tenemos muchas motivaciones, y una muy especial es el aniversario 70 de su ingreso a la Universidad, lo cual hemos decidido celebrar en todos los centros de altos estudios del país.