Fidel: Cercano y optimista siempre
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¡Aquí está Fidel! Era una expresión en la que se mezclaban alegría, sorpresa y admiración, con un instantáneo poder de convocatoria. En visitas anunciadas o inesperadas, acudía a las fábricas, los campos, las vaquerías, las obras donde se afanaban los constructores, los centros de la salud y la ciencia, a cualquier lugar de nuestra geografía donde se estuviese realizando labor.
Todos iban a recibirlo y se esforzaban por estar más cerca para experimentar esa sensación inolvidable de haber podido compartir unos minutos con él, expresarle preocupaciones, oír sus consejos, aclarar dudas, convencidos de que siempre escucharían de sus labios la verdad, para dejarse llevar por aquella capacidad suya de ver más allá en el tiempo y de soñar un futuro que se hacía realidad.
No pocos pasaron apuros en esos encuentros ante su insaciable curiosidad que lo llevaba a interesarse en detalles en los que sus interlocutores nunca habían pensado. ¿Y las cifras? Imposible equivocarse porque rápidamente su mente matemática razonaba el dato y generaba la precisión.
Nosotros los periodistas, que habíamos sido testigos muchas veces del aliento que significaba para los trabajadores la visita de Fidel, tuvimos el privilegio de recibirlo en nuestro órgano de prensa dos veces en una misma semana, en circunstancias particularmente difíciles, y las fechas así lo revelan: 25 y 28 de septiembre de 1990. La primera visita coincidió con el anuncio en la primera plana de nuestro entonces diario, del retorno a la frecuencia semanal, un paso atrás que no fue asumido con derrotismo, sino como una alternativa en una coyuntura que llegó a poner en peligro nuestra permanencia como publicación.
Quienes lo acogieron, agradablemente sorprendidos y emocionados aquella madrugada en la redacción, recibieron en medio de la adversidad una tremenda carga de optimismo al oírle expresar su satisfacción porque los trabajadores hubiesen podido mantener su medio de expresión y constatar su sensibilidad ante las preocupaciones del colectivo por el paso a semanario.¡Y qué tremendo compromiso su pedido de que en las nuevas condiciones nos esforzáramos por hacer un periódico cada vez mejor!
La segunda visita coincidió con los preparativos de la nueva edición semanal, Fidel venía cargado de ideas tras intervenir en el acto por el aniversario 30 de los CDR y a algunos les sorprendió que hablara de los planes inmediatos de la producción agrícola, y es que él, vencedor incansable de la adversidad, quiso compartir con nosotros esa convicción de que saldríamos adelante, esa confianza en el porvenir que infundió siempre, con su presencia constante, allí donde se laboraba, a los trabajadores.