“Fidel Castro, ¿qué se encontró al triunfo de la Revolución?”, un libro contra la desmemoria que puedes descargar aquí
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“Y no dicen que a pesar de todos los pesares, a pesar de las agresiones de afuera y de las arbitrariedades de adentro, esta isla sufrida pero porfiadamente alegre ha generado la sociedad latinoamericana menos injusta. Y sus enemigos no dicen que esa hazaña fue obra del sacrificio de su pueblo, pero también fue obra de la tozuda voluntad y el anticuado sentido del honor de este caballero que siempre se batió por los perdedores, como aquel famoso colega suyo de los campos de Castilla”.
Eduardo Galeano: “Espejos, una historia casi universal” (2008).
Desalojos campesinos, tiempo muerto, hambre y miseria en los campos de Cuba. Doscientas mil familias que no tenían una vara de tierra donde sembrar unas viandas para sus hijos y en cambio permanecían sin cultivar. Bohíos de techo de guano, piso de tierra, sin servicio sanitario ni letrina, sin agua corriente. La realidad que se encontró Fidel al triunfo de la Revolución en 1959 dista mucho del salón de juegos, fiestas y lujos que querían vender de la Isla y La Habana.
“Desde el malecón habanero, la ciudad mostraba su mejor rostro, aderezado por una cinta luminosa. Más atrás se ocultaban la penuria y la miseria más desgarradora. La tragedia del mundo rural se expresaba en textos de escritores y en estudios de investigadores de las más variadas tendencias ideológicas. Eran los niños raquíticos, devorados por los parásitos, los adultos consumidos por la tuberculosis.
“Cuando vinieron a La Habana, en 1959, desdentados y macilentos, en muchos casos, habitantes de una isla larga y estrecha, no habían visto el mar ni conocían la electricidad. Pesaba sobre ellos el analfabetismo, el desamparo sanitario, la sujeción a la interminable cadena de arrendatarios, subarrendatarios, a la ausencia de caminos para vender el resultado de sus pobres cosechas. No conocían el cine y, mucho menos, la televisión”.
¿Qué se encontró Fidel al triunfo de la Revolución?
En los años 50 corrían las cifras de la “prosperidad”: aumento del número de automóviles circulantes en las ciudades, residencias y casas de apartamentos, introducción de la televisión en el país... Pero todo aquello no representaba una mejora general del nivel de vida. Cuba tenía más de 6 000 000 habitantes y el real o supuesto progreso de unas cuantas decenas de miles no era el de la totalidad.
- Barrios insalubres, desalojos, alquileres elevados, tarifas eléctricas no al alcance de los más pobres. Viviendas miserables en el campo y en la ciudad. En el año 1953, el 22% de las viviendas de Cuba pertenecían a sus ocupantes; el 65% carecía de acueducto y el 72% no contaba con servicio sanitario propio; el 42% no tenía servicio de electricidad y el 13 % disponía de una sola pieza.
- El 55% de todas las viviendas campesinas carecía de inodoro o siquiera de letrina, lo que explicaba, en parte, el espantoso apogeo del parasitismo. El 14% de los obreros agrícolas padeció de tuberculosis, el 13% pasó la tifoidea y el 36% se confesaba parasitado.
- Cubanos muriéndose en las calles por falta de camas en los hospitales. Para conseguir un ingreso había que prometerle al político el voto.
- Un millón y medio de cubanos, mayores de seis años, de una población de seis millones, no tenían aprobado ningún grado de escolaridad.
- Niños que vivían en las calles y dormían donde les cogía la noche. Niños que se veían obligados a trabajar para ayudar a la empobrecida economía de la casa; de una población de 6 000 000 millones de habitantes, 600 000 mil estaban desempleados; niños vendedores de billetes de lotería, de periódicos y revistas, que pedían limosnas en las calles, limpiabotas; niños que improvisaban cantos en los ómnibus para después rogar unas moneditas. Niños que pasaban hambre. Ninguno asistía a la escuela.
- Las zonas costeras estaban en manos de entidades privadas. Después de 1959 se liquida el exclusivismo y diveras formas de discriminación racial que en estos lugares se practicaba.
Ante esta situación la entrada de la Caravana de la Libertad en La Habana marcó un antes y un después. En las próximas semanas se pondría de manifiesto que Fidel se trataba de un hombre muy diferente a los que llegan a tan altos cargos públicos. En una de las primeras sesiones de trabajo diría: “El cargo público no es una posición para enriquecernos ni para recibir honores, sino para sacrificarnos”.
Cubadebate y el Sitio Fidel Soldado de las Ideas invita a sus lectores a descargar de forma gratuita el libro “Fidel Castro, ¿qué se encontró al triunfo de la Revolución?”, publicado por la editorial Capitán San Luis y compilado por Juan Carlos Rodríguez.
El texto, en un lenguaje asequible y con muchísimas imágenes, recoge la entrada de Fidel a La Habana y los primeros meses de la Revolución. A través de la fotografía, prensa de la época y algunos testimonios el volumen da cuenta de la Cuba que se encontraron los barbudos y su transformación por el gobierno revolucionario: campaña de alfabetización, Reforma Agraria, creación del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) y su cine móvil, la atención a la salud... Si quiere saber más descargue el libro.
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