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Fidel apostó por un futuro de hombres de ciencias

Fecha: 

08/08/2016

Fuente: 

Radio Rebelde

El 15 de enero de 1960, Fidel Castro dijo que el futuro de nuestra patria tenía que ser necesariamente, “un futuro de hombres de ciencias, de hombres de pensamientos”, pero la sentencia iría más lejos, porque la Revolución iba a sembrar oportunidades a la inteligencia.
 
“Y soy un fruto de esa plataforma, y de ese plan de acción que definió la Revolución”, aseguró la doctora en físico-matemática, Lilia Álvarez Díaz, quien se desempeña actualmente como secretaria académica de la Academia de Ciencias de Cuba.
 
Álvarez Díaz señala que la comunidad científica cubana reconoce en Fidel al artífice de esa obra, orgullo nacional, y admirada en el exterior. Preparar los recursos humanos, con alta sensibilidad, fue en aquel entonces palabra de orden.
 
“En 1961 salen los primeros seis estudiantes para la Unión Soviética (URSS) a estudiar física, una carrera muy estratégica para el desarrollo científico en el país”, precisa la doctora Lilia.
 
 


La década del 60 anunciaban que los sueños de líder de la Revolución cubana no eran quimera. Bajo su atenta mirada comenzaron a crearse diferentes centros e instituciones de investigaciones como el de Física Nuclear; Oceonología; el de Cibernética, Matemática y Física, y el Grupo para la Cibernética y la Electrónica, entre otros ejemplos.
 
“En 1965 se crea un centro fundamental: el Centro Nacional de Investigaciones Científicas, también idea de nuestro Comandante en Jefe. Fue el centro que acogió y formó en sus laboratorios y departamentos, el polo de La Habana, y hoy es un órgano superior de dirección empresarial, que son los grandes centros del Polo científico que constituyeron BioCubaFarma”, rememora la especialista.
 
“Fidel siempre ha vivido en el grupo de los apurados”, dice la doctora Lilia Álvarez, consciente de que no hay ciencia sin matemáticos, físicos ni químicos abre los Institutos Preuniversitarios Vocacionales de Ciencias Exactas (IPVCE), para estimular a los jóvenes en el estudio de tales materias, y va más allá con una reforma universitaria.
 


“Es por primera vez que se comienza a fundar a una universidad que, además de ver a estas instituciones con la misión de formar a sus alumnos en sus carreras de pre-grado, una universidad que fuera científica, una universidad en que los profesores también investigarán. Comenzaron también las colaboraciones con países de la URSS, Francia, Reino Unido”, explica Álvarez Díaz.
 
A la par del avance científico de país, la joven Lilia aprovechaba las oportunidades de las que Fidel hablaba en 1960. Graduada de licenciada en física, fue ubicada en el recién inaugurado Instituto de Física Nuclear. Años más tarde defendió su tesis de maestría, y en 1989 alcanzó el grado de doctora físico-matemática, con un tema de alta ciencia.
 
La científica reconoce que estos logros fueron posibles por la voluntad del gobierno cubano “todo ese avance, toda esa trayectoria fue posible gracias a lo que fundó la Revolución en ciencias, un producto genuino de la Revolución”.