Al encuentro de un amigo
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Casi 57 años después de su entrada triunfal en Santa Clara aquel 6 de enero de 1959, Fidel regresa de nuevo a esta tierra, y lo hace como entonces; invicto, victorioso y con muchas metas por cumplir.
En aquella histórica jornada, era un joven cargado de sueños y esperanzas y con un mundo de tareas por hacer para honrar lo prometido durante el juicio del Moncada. Los retos eran inmensos, sin embargo la fuerza de huracán que lo caracterizaba y su extraordinario ímpetu juvenil auguraban la victoria.
A este territorio regresó muchísimas veces más para fundar fábricas, escuelas, centros científicos, enfrentar ciclones, recibir amigos, y también para combatir al enemigo que fomentó el bandidismo en sus montañas como base para sus acciones contra la naciente Revolución.
Así fue que nació ese amor recíproco que une a Villa Clara con Fidel, vínculos sellados por la presencia en este territorio del Comandante Ernesto Guevara, uno de sus hombres de confianza, a quien dio la bienvenida en 1997, con la misión de que desde este sitio el Che continuara librando y ganando más batallas que nunca.
Y como no es tiempo para el reposo, hasta aquí llegó Fidel otra vez, pasada la medianoche, hasta el campamento del Héroe de la Batalla de Santa Clara, para reunirse con él y los hombres que lo acompañaron en el Frente de Las Villas y la gesta boliviana, y juntos coordinar ideas y nuevas batallas.
Por esas, y otras miles de razones, este miércoles el pueblo villaclareño acudió de manera masiva para recibir a Fidel, tal como hizo aquel Día de Reyes, no para despedirlo. Lo hizo con la solemnidad y el respeto que merece un hombre de su altura. Lo hizo desde el amor y el arte, en una velada que trascendió, con esa fuerza que guardan la música, la danza y la poesía, los muros de lo invisible.
Emocionados estaban los santaclareños al saber que en la base del Conjunto Escultórico estaba el invicto Comandante.
Mas, a pesar de la tristeza, la mayoría concuerda en que el héroe del Moncada, del Granma, de la Sierra, de Girón y otras tantas epopeyas, no se ha ido. Ahora estará en todas partes; donde quiera que haya una causa justa que defender, un peligro que aceche a la Patria, una injusticia que reparar, una misión solidaria que realizar.
Y al igual que el Che, quien estableció su campamento de lucha en Santa Clara, ahora Fidel marcha hacia Santiago de Cuba para fundar allí el suyo, junto a Frank, Abel y otros luchadores, convencido de que aún quedan muchas misiones por cumplir.
La frase pronunciada por un combatiente de la Revolución Cubana, lo resume todo. Si antes éramos invencibles, cómo será ahora que tendremos a Maceo en Occidente, al Che en el centro y a Fidel, junto a Martí en Oriente.
CUANDO LA NOCHE SE HIZO LUZ
La oscuridad de la noche no pudo impedir que miles de villaclareños se congregaran a ambos lados de la Carretera Central para recibir a su Comandante en Jefe.
Cascajal, Mordazo, Manacas, Santo Domingo, Esperanza, Ranchuelo y Santa Clara fueron colmados por todos aquellos que no quisieron perderse la oportunidad de saludar a Fidel, porque él está y estará más presente que nunca en el actuar de los cubanos.
Maidy Gutiérrez, por ejemplo, cargó con toda su familia para rendir tributo a Fidel, un hombre a quien mucho agradece por todo lo que dio a ella y a sus pequeños Lindalba y Leonardo. «Cuando se enferman, nadie me pregunta en el hospital si tengo o no dinero, y eso se llama Fidel».
El exlanzador de los equipos Villa Clara y Cuba, Isidro Pérez, a pesar de la afectación de sus cuerdas vocales, expresó a través de gestos el por qué vino hasta la Plaza del Che a rendir homenaje al héroe del Moncada. Tan pronto nos identificó, puso dos dedos en el hombro donde portaba la charretera el Comandante y mostró su dedo pulgar en símbolo de agradecimiento.
También el joven Juan José Díaz Casanova, estudiante del preuniversitario Mariano Clemente Prado, dijo que desde pequeño aprendió de su familia a querer a Fidel, por eso sintió el compromiso de cumplir su deber como revolucionario. «Honraré sus cenizas y estaré en la Plaza mientras dure la vigilia organizada por los artistas del territorio en tributo a su memoria».
Entre las personas que se sumaron al homenaje, también estuvieron decenas de jóvenes extranjeros que estudian en Cuba, y otros llegados especialmente para la ocasión, como Antonio Manco, un joven director de cine que reside en Nápoles, Italia; y Nacho Levi, argentino que dirige la Fundación La Poderosa, encargada de salvaguardar la integridad de los niños de esa nación.
Llegamos ayer y nos trasladamos directo a la Plaza de la Revolución en La Habana, hoy estamos en Santa Clara y después iremos a Santiago. Nuestro compromiso con este faro de luz que es Cuba, no tiene límites, por eso estamos aquí, aseguraron.
Hoy, a las siete de la mañana, la caravana luctuosa continuará su ruta victoriosa hacia el oriente cubano, no sin antes recibir la despedida de los santaclareños, quienes de manera masiva se congregarán para decirle hasta siempre al Comandante.