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Acerca de la intervención especial realizada el 4 de mayo de 2005

Fecha: 

05/05/2005

Fuente: 

Periódico Granma
El Presidente Fidel Castro valoró durante su intervención especial que resulta una gran burla, un gran engaño, lo que acontece en Estados Unidos en torno a la presencia allí del terrorista Luis Posada Carriles.

Al respecto se cuestionó el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros: ¿Puede alguien creer que el Gobierno de Estados Unidos ignore donde está, que la Secretaria de Estado no lo sepa, que ninguno de los tantos servicios de Inteligencia conozca cómo llegó, qué está haciendo?

Seguidamente observó que ha transcurrido mucho tiempo, que llevamos casi 50 días desde la primera denuncia cubana y el asunto ya hay que verlo desde otro ángulo.
Sería bueno consultar con los abogados —comentó—, qué tipo de delito comete un Presidente que, estando obligado a conocer y a informar al pueblo, tolere la presencia de un terrorista. ¿Cuáles son sus facultades? ¿Un Presidente puede ocultar eso, cuando por otro lado está enrolado en una guerra que desgasta al país?
Tras destacar que ahora hay un conflicto allí y que evidentemente hay un chantaje, el Jefe de la Revolución se cuestionó ¿por qué se acepta? Y manifestó a continuación que nosotros seguiremos la batalla.

Luego reflexionó que no queríamos crearle problemas y le hemos hecho sugerencias, pero así no hay Gobierno que aguante, con esa chapucería, además con gente como Bolton, del cual dijo tener más materiales sobre el rechazo, del Congreso, a su nombramiento como representante de Estados Unidos ante la ONU.

¡Barco escuela!, ¡Universidad flotante!, ironizó Fidel al referirse a los rápidos cambios que, según la propaganda del Imperio, habría sufrido el barco Santrina —el que introdujo en Miami a Posada Carriles—, convertido urgentemente de camaronero en escuela, con profesores para 14 ó 18 alumnos a la vez.

Antes, aludiendo a los que calificó como nietecitos de la mentira, citó también al Canal 41, de Miami, que el 3 de mayo, recogió las declaraciones de Roger Noriega acerca de que no tenían noticias del paradero de Posada Carriles, ni tampoco interés en dar asilo a autores de actos criminales.

Seguidamente, por ese mismo canal, se vio a Santiago Álvarez Fernández-Magriñá decir que a él no le preocupaba que un funcionario del Gobierno de cualquier rango dijera cualquier cosa, en abierto desafío.

¡Chantajean porque saben!, y ¿qué es lo que saben que desafían así al poderoso Imperio?, se cuestionó Fidel.

Le sugirió a la Televisión y a la prensa en general de Estados Unidos que se apuren antes de que se lleven a Posada Carriles.

En otra parte de su intervención, el presidente cubano puso énfasis en la división que existe entre las distintas esferas del Gobierno de Estados Unidos, con el caso de Venezuela. Ejemplificó cuando Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, manifestó no creer que su país deba intervenir en Venezuela, en tanto el subsecretario de Estado, Roger Noriega, se mostraba ante el Consejo de las Américas mucho más intervencionista que el halcón jefe del Pentágono.

Con respecto a la presencia de Luis Posada Carriles en territorio de EE.UU. sucede otro fenómeno de división, el cual ironizó Fidel, ironizando, no se comprende bien, pues se trata de una familia, de gente que se ha entendido bien toda la vida y esta vez no se ponen de acuerdo.

El cínico Orlando Bosch declaró públicamente al Canal 41 que todo el mundo sabe que Posada está allí, que habló por teléfono con él.

¿A quién creer, a Noriega, al Gobierno de EE.UU., o a Bosch; al Departamento de Estado o a Santiago Álvarez?, interrogó el Jefe de la Revolución.

En el mismo programa televisivo el cínico asesino Orlando Bosch había tratado de justificar la voladura del avión de Cubana en Barbados aduciendo embustes de todo tipo y errores crasos como que viajaban cinco guyaneses de cuando gobernaba Maurice Bishop, quien en realidad fue presidente de Granada.

Cuando se está en guerra, hay derecho a derribar aviones, hundir barcos, submarinos a hacer cualquier cosa, confesó abiertamente el criminal, quien además blasonó ante los televidentes de su comunicación telefónica con Posada Carriles.

Y dice Noriega que no tiene información, subrayó Fidel.

También abordó las noticias referentes a la recogida de medio millón de firmas en Venezuela para solicitar a Estados Unidos la extradición de Posada Carriles, a quien se le atribuyen torturas a detenidos, desaparecidos y hasta un asesinato cometido en ese país. Todo lo que hizo está confesado en un libro, puntualizó Fidel.

NORIEGA COGIDO EN FALTA

Fidel sometió a un riguroso análisis las declaraciones de Roger Noriega sobre Posada Carriles, formuladas a la prensa que cubrió la reciente sesión del Consejo de las Américas, en Estados Unidos.

Para ello se apoyó en varios despachos cablegráficos y en un artículo de la periodista cubana Arleen Rodríguez Derivet publicado en el sitio en Internet Cubadebate. La articulista describió cómo “un Noriega incapaz de articular con coherencia la sencilla palabra ‘asilo’, dijo a los periodistas que carece de ‘información concreta’ sobre la presencia en el país del terrorista Luis Posada Carriles, según el reporte de la agencia italiana ANSA. ‘Para ser franco, no sé si está en Estados Unidos, algunos están seguros de que es así y nosotros no tenemos motivos para dudarlo, pero tampoco tenemos evidencia de dónde realmente está’, dijo Noriega en un galimatías que recuerda aquel chiste de “ni lo uno ni lo otro, más bien todo lo contrario’. Como lógicamente recordó la agencia Notimex, esas declaraciones contradijeron las de Eduardo Soto, el abogado de Posada, quien el mes pasado anunció en Miami que el hombre solicitó asilo a las autoridades migratorias, después de haber ingresado a Estados Unidos por la frontera de México.

“Pero cuando peor lució el Subsecretario —prosigue la articulista— fue cuando dijo que el Gobierno estadounidense “no tiene ningún interés en dar asilo —y ahí fue cuando las cámaras de CNN lo mostraron perdido, como incapaz de pronunciar la palabra clave— a alguien que haya cometido actos delictivos”.

“¿Habrá visto —se pregunta Rodríguez Derivet— la transmisión Posada, quien según su portavoz y socio Santiago Álvarez Fernández Magriñá, ahora pinta y lee y está al tanto de las noticias? Si es así, ¿habrá entendido por fin este otro mensaje de Washington, empeñado en que nadie dude de que Estados Unidos es ‘un país que respeta el mandato de la ley’, como afirma el Subsecretario?”

Más adelante, la periodista comenta: “Al sugerir, como afirman los despachos de prensa que todo ‘podría ser un asunto totalmente manufacturado’ y luego anunciar que ‘vamos a tratar este caso de manera seria y transparente’, Noriega ha sido poco serio y menos transparente, pero el mensaje suena a salida negociada”.

Sobre la insistencia de Noriega en cuanto al supuesto “invento” o “manufactura” cubana en el caso de Posada Carriles, Fidel fue enfático al advertir que a estas alturas no va a ser fácil desaparecer al personaje, presentarlo víctima de una enfermedad o un infarto, porque se les ha enredado el asunto, hay mucha gente implicada.

Descaracterizó por mentirosas las declaraciones del Presidente del estado-culebra de El Salvador, Antonio Saca, en las que éste pretende que no habló sobre el asunto del terrorista prohijado por EE.UU. en su reciente encuentro con la secretaria de Estado Rice, cuando se sabe que Posada Carriles ha tenido su “estado mayor” en ese país centroamericano. Fidel advirtió a la opinión pública sobre la posibilidad de que Washington esté buscando asilar a Posada en El Salvador, donde, en caso de juzgársele, apenas le sería impuesta una multa por documentación falsa, la misma que utilizó mientras organizaba el atentado en Panamá.

TRAJINES DEL IMPERIO EN LA OEA


En otro momento de su comparecencia, el líder de la Revolución se refirió a las maniobras del Gobierno de Estados Unidos en torno a la elección del cargo de Secretario General de la Organización de Estados Americanos, que recayó, por fin, a última hora, en el chileno José Miguel Insulza.

Recordó los antecedentes de la crisis que obligó al Departamento de Estado a replantearse una y otra vez su candidato: la renuncia a la Secretaría General del exmandatario costarricense en octubre pasado al estallar el caso de corrupción en que estuvo envuelto (aceptó exorbitantes comisiones para favorecer una licitación de la corporación francesa Alcatel en el campo de la telefonía celular); la apuesta inicial norteamericana para que lo reemplazara el expresidente salvadoreño Francisco Flores, un bandido de la peor calaña, y el retiro de apoyo a éste ante el mínimo chance de una figura con tan escaso prestigio.

Fue entonces que respaldaron al canciller mexicano Luis Ernesto Derbez, con lo cual lo acabaron de hundir. A Washington no les quedó más remedio que sacrificar a Derbez. Se dice que el mexicano montó en berrinche y dio instrucciones a su representación en la OEA de que se abstuviera en la votación, y se comenta que EE.UU. le ha ofrecido a manera de compensación un puesto al frente del Banco Interamericano de Desarrollo, tal como hicieron con el halcón Paul Wolfowitz, ideólogo de la guerra contra Iraq, al que enrumbaron hacia el Banco Mundial.

Tampoco contaron con los votos de Bolivia y Perú, países con los que Chile posee una deuda histórica desde la segunda mitad del siglo XIX. A Bolivia le quitaron el acceso al mar y a Perú le arrebataron parte de su territorio, en una guerra alentada por los intereses neocoloniales ingleses, ávidos por garantizar la explotación del cobre, el salitre y el guano.

Lo irónico de este caso radica en que Estados Unidos pretende presentarse ahora como el máximo promotor del consenso continental alrededor de Insulza, cuando todo el mundo ha visto que no fue así. Fidel consideró como un tremendo revés el retiro del apoyo a Derbez y la elección del ministro chileno, y calificó el supuesto optimismo de los funcionarios imperiales como una jactancia increíble y una necesidad de autoconsolarse ante el derrumbe moral y psicológico sufrido.

DE QUÉ DEMOCRACIA HABLAN EN AMÉRICA LATINA

Al comentar las declaraciones de Noriega, en el propio Consejo de las Américas, sobre la elección de Insulza y el papel de la OEA, el líder de la Revolución dijo que el Subsecretario de Estado merecía una sonora trompetilla por incluir a Cuba entre los objetivos de esa organización en materia de derechos humanos y democracia, y alertó acerca del tratamiento injerencista hacia Venezuela, bajo el pretexto de que si bien el gobierno fue elegido democráticamente no funciona bajo las reglas que el imperio quiere imponer. Se trata, en este caso, de que andan buscando un pretexto para aplicar ese engendro llamado Carta Democrática Inteamericana con el fin de intervenir en ese país.

También desmontó el discurso de la Rice en la que esta trató de pintar un panorama democrático en la actual América Latina, desmentido por el hambre, las enfermedades curables, la pobreza, y la extrema desigualdad social. Discurso que se reveló hipócrita cuando la colaboradora de Bush alabó avances en los últimos 25 años sin dictaduras asesinas y ladronas, ocultando cómo los gobiernos de Washington instalaron y apadrinaron las satrapías de Somoza, de El Salvador, de Guatemala, y auspiciaron el golpe de Pinochet y las dictaduras argentinas, la intervención en Santo Domingo y la guerra sucia en Nicaragua.

Los avances proclamados por la Rice se desmoronan ante las realidades que se acaban de ver en Ecuador y se viven hoy en Nicaragua, con el actual Gobierno inmerso en una aguda crisis, y en Perú, donde si sopla un viento fuerte se cae el presidente Toledo. El sistema imperante, recalcó Fidel , es insostenible, y no alcanzará toda la madera de los bosques de Estados Unidos para apuntalar los tambaleantes gobiernos de la región. La OEA —enfatizó—, es un organismo corrupto, putrefacto y maloliente.
En cuanto a lo dicho por la Rice acerca de que la única silla vacía de la OEA correspondía a Cuba y que un día sería ocupada por una Cuba “democrática”, Fidel afirmó que ni los biznietos de ella o de sus hermanos verán jamás ese día.

Respecto a Insulza, analizó ciertas declaraciones del recién electo Secretario General de la OEA, que no pueden pasarse por alto ni se pueden tolerar: aquellas en que se refirió a que el organismo debía someter a un examen permanente los procesos democráticos en la región y velar por el progreso de Cuba en materia de democracia y derechos humanos, lo cual es una insolencia.

Fidel compartió con el auditorio un artículo de la publicación digital Rebelión, de fecha 3 de mayo, donde se caracteriza la elección de Insulza al frente de la OEA.
“En esta oportunidad —dice el artículo— la halcona del gobierno neofascista de la Casa Blanca, después de haber establecido las directrices pertinentes de su política de rapiña y muerte, decidió que el próximo Secretario General de la OEA, sea nada menos que el rastrero José Miguel Insulza. El que recibió instrucciones claras y precisas para encabezar la desestabilización política de Venezuela y Cuba, con la complicidad de los gobiernos sumisos y lacayos de la región. El obsesionado José Miguel Insulza, que logró su objetivo de ser presidente o secretario general de algo, sería virtualmente el nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo que administra los intereses económicos y militares de los Estados Unidos en América Latina”.

Comenta el articulista que Condoleezza Rice “llegó a Santiago de Chile encarando una de las intervenciones más descaradas de los Estados Unidos, en los asuntos internos de Latinoamerica. Con el cuento de la lucha contra el terrorismo, el imperio pretende seguir utilizando su ‘patio trasero’ para frenar, de una u otra forma, el descontento generalizado que se comienza a vivir en la región, en contra del modelo económico neoliberal y los tratados de libre rapiña. La orden del imperio es paralizar a cualquier costo, la movilización de los pueblos por mejores condiciones de vida en América Latina”.

Después de calificar a Insulza como “el nuevo mayordomo del Departamento de Estado para asuntos americanos”, el autor del trabajo de Rebelión concluye observando cómo alguien que, al aludir a Cuba y Venezuela, “pretende dar cátedra de democracia, por cierto nada dijo, que los gobiernos de la Concertación han dirigido los destinos de Chile, con la Constitución emanada de la dictadura de Pinochet, que cuenta con un sistema electoral antidemocrático y en donde el pueblo chileno no ha recuperado su plena soberanía en un país además, en donde el parlamento solo representa al 54% del electorado”.

PRIMERO DE MAYO, JORNADA VICTORIOSA

Fidel comenzó su intervención con un repaso de la extraordinaria celebración del Primero de Mayo en Cuba, especialmente en La Habana, donde más de un millón 300 000 de trabajadores y pobladores de Ciudad de La Habana y la provincia de La Habana desbordaron la Plaza de la Revolución y sus alrededores, en una jornada victoriosa, que superó todas las expectativas.

Contrastó la conmemoración del Día de los Trabajadores en Cuba y Venezuela, donde hubo también un magnífico acto en Caracas, con lo acontecido en otros lugares del continente y del mundo, en los que se reportaron imágenes de represión y golpizas contra manifestantes, lo cual es un símbolo del capitalismo.

Al reparar acerca del reflejo de la celebración habanera en los medios televisuales de casi todo el mundo y las agencias cablegráficas internacionales, expresó cómo predominó la objetividad en cuanto a la apreciación de la extraordinaria masividad de la convocatoria y la dimensión de la denuncia contra el terrorismo y la batalla que estamos librando.

Particularizó las opiniones recogidas entre estudiantes de la Universidad de Ciencias de Informáticas (UCI), quienes destacaron la organización del acto, su carácter combativo y solidario, la profundidad conceptual de las intervenciones de los oradores, el alcance continental de los pronunciamientos y el ansia de justicia plenamente manifestada. Un estudiante dijo sentir a todos los mártires y héroes de la Patria en la Plaza.