“(…) esta dura batalla, librada con las armas de los principios, de la fe, de la moral y de la ética, se ganará; porque la ética, la moral y la fe no pueden ser destruidas con nada.
Podrán destruir ciudades, podrán matar, pero no podrán liquidar jamás los mejores valores que el corazón y la inteligencia humana han ido desarrollando, han ido creando.”