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Ya Fidel había visto a Cuba en lo más alto del podio, en Barcelona-92

Cuba logró su mejor cosecha olímpica con el concurso, en su medallero, de ocho deportes: boxeo, atletismo, judo, esgrima, lucha, voleibol, levantamiento de pesas y beisbol. Los púgiles aportaron siete de las 14 medallas de oro. Foto: Luis Toca
Cuba logró su mejor cosecha olímpica con el concurso, en su medallero, de ocho deportes: boxeo, atletismo, judo, esgrima, lucha, voleibol, levantamiento de pesas y beisbol. Los púgiles aportaron siete de las 14 medallas de oro. Foto: Luis Toca

Hace 30 años se hizo realidad no una profecía, sino una convicción que tenía su asidero en la razón y en la obra levantada. Fue una colosal hazaña la alcanzada por Cuba, al dejar atónito al mundo entero cuando en los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992, recordados como uno de los mejores de la historia bajo los cinco aros, la pequeña Isla finalizaba en el quinto lugar del medallero.
 
Muchos son los estudios que se hacen, utilizando diversas variables, de las posibilidades de cada pabellón nacional ante una cita de ese tipo. Entonces, ninguno de ellos tenía a la Mayor de las Antillas en un sitio como ese, incluso no pocos de esas avezadas aproximaciones argumentaban que saldría de la decena de vanguardia, espacio ocupado en las convocatorias de Montreal-1976 y Moscú-1980.
 
Descansaban aquellos argumentos en sus ausencias a los Juegos de Los Ángeles, en 1984, y a los de Seúl, en 1988, en ambos casos por las mismas razones de solidaridad, primero con la URSS, y luego con la República Popular Democrática de Corea. El distanciamiento de esa élite y las posibilidades de los atletas cubanos en esas citas, eran algunas de las razones esgrimidas para considerar que Cuba ya no tendría el mismo comportamiento.
 
Sin embargo, en septiembre de 1989, al recibir a las jugadoras de voleibol que acababan de ganar la Copa del Mundo, con lo cual comenzaban un reinado de cuatro cetros consecutivos en ese certamen, compartió con las Morenas del Caribe el ¿mágico? vaticinio. «En los Juegos de Barcelona vamos a tener la mejor actuación histórica de nuestro deporte», les dijo Fidel.
 
¿Cómo se pueden leer, a 30 años, aquellas 14 medallas de oro, seis de plata y 11 de bronce, que hospedaron a Cuba en el salón de protocolo del deporte, encumbrando a esta geografía caribeña en el quinto puesto de la montaña olímpica?
 
Ese escaño, en el escenario más exigente del mundo deportivo, en 32 ediciones celebradas lo han podido ocupar, hasta hoy, solo 23 naciones.
 
Son aún menos las que han logrado ese número de coronas de ganadores: hasta ese 1992 eran 13, y hoy, tres decenios después, solo se ha incrementado en otras dos.
 
Aquella delegación, a la cual Fidel vio desfilar en el estadio olímpico de Montjuic, donde la flecha del arquero Antonio Rebollo surcó la noche catalana para encender el pebetero el 25 de julio, logró que de cada seis de sus miembros, uno se subiera en el podio.
 
En esa cita, Cuba le aportó a Latinoamérica y el Caribe el 87,5 % de los premios dorados, el 50 % de los plateados y el 65 % de los de bronce.
 
Para nada es un sentimiento nostálgico recordar esa epopeya, más bien es un homenaje a una obra social que cumplió con aquella sentencia de Fidel cuando apenas, el 1ro. de abril de 1959, la Revolución vivía su cuarto mes de victoria. «Cuando cada muchacho encuentre en la ciudad, en el pueblo, en el barrio, un lugar apropiado para desarrollar sus condiciones físicas y dedicarse por entero a la práctica del deporte de su preferencia, habremos visto satisfecho el deseo de todos los que hemos hecho esta Revolución».
 
Barcelona-1992 es fuente de inspiración ante cada reto, sabiendo, porque el propio líder histórico de la Revolución lo afirmó el 24 de agosto de 2008, en su Reflexión Para el honor medalla de oro, que «estos méritos de nuestro deporte no nos eximen en lo más mínimo de responsabilidades presentes y futuras. En las competencias deportivas mundiales (…) se ha producido un salto de nivel. No vivimos hoy las mismas circunstancias de la época en que llegamos a ocupar relativamente pronto el primer lugar del mundo en medallas de oro por habitante, y por supuesto que eso no volverá a repetirse».
 

Aquella gesta, desde entonces, es inspiración retadora para el movimiento deportivo cubano.

Source: 

Periódico Granma

Date: 

11/08/2022