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La mujer ha sido y es un baluarte de la Revolución Cubana

II Frente- Vilma Espin, Fidel Castro, Raúl Castro y Celia Sanchez Manduley. Posiblemente en el central America. Diciembre de 1958. Vilma Espin, Fidel Castro, Raúl Castro y Celia Sánchez en el II Frente Oriental. Foto: Archivo de Granma
II Frente- Vilma Espin, Fidel Castro, Raúl Castro y Celia Sanchez Manduley. Posiblemente en el central America. Diciembre de 1958. Vilma Espin, Fidel Castro, Raúl Castro y Celia Sánchez en el II Frente Oriental. Foto: Archivo de Granma

Date: 

08/03/2022

Source: 

Periódico Granma

Author: 

Para la mujer en Cuba no basta un beso, un abrazo o una felicitación este 8 de marzo en su Día Internacional, es preciso darles el reconocimiento todos los días por marcar la diferencia en nuestro país y convertirse en el baluarte de la familia y la Revolución.
 
Razón tenía José Martí cuando escribió: «Las campañas de los pueblos solo son débiles, cuando en ella no se alista el corazón de la mujer; pero cuando se estremece y ayuda, cuando la mujer, tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño la obra es invencible».
 
Y precisaba Martí su opinión sobre el papel de las féminas en la construcción de la Cuba nueva al afirmar que: «Mucho hemos de hacer nosotros los hombres para merecer a estas mujeres; mucho han de hacer ellas para complacer a la Patria que les contempla».
 
Bastaría mirar hoy a nuestro alrededor para ver en importantes posiciones políticas y estatales, de la economía, la salud, la ciencia y la técnica, la educación, la diplomacia, el parlamento, el deporte, las organizaciones de masas, los órganos de la defensa y seguridad, en todo, la presencia especial y muchas veces mayoritaria de la mujer.
 
Cuando vemos a nuestras científicas dirigiendo o participando en la elaboración de candidatos vacunales contra la pandemia de la COVID-19, a las mujeres en las zonas rojas, atendiendo a los enfermos contagiados por ese virus, manejando equipos pesados en la industria minera, locomotoras o barcos, como auditoras defendiendo la eficiencia y la probidad administrativa, impartiendo clases o maestrías y dirigiendo sectores claves del país, sin dudas tendremos que recordar a Fidel Castro Ruz desde los tiempos fundadores de la Sierra Maestra y la creación del pelotón de las Marianas.
 
Esa convicción la desarrolló el líder histórico de la Revolución Cubana después del triunfo de enero de 1959, cuando en un Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas proclamó que: «Las mujeres constituyen un verdadero ejército al servicio de la Revolución…La mujer es una Revolución dentro de la Revolución … Cuando en un pueblo pelean los hombres y pueden pelear las mujeres, estos pueblos son invencibles, y la mujer de este pueblo es invencible».
 
Y agregaba luego: «… Porque cuando se juzgue a nuestra Revolución en los años futuros, una de las cuestiones por las cuales nos juzgarán será la forma en que hayamos resuelto, en nuestra sociedad y en nuestra patria, los problemas de la mujer, aunque se trate de uno de los problemas de la Revolución que requieren más tenacidad, más firmeza, más constancia y esfuerzo».
 
Para concluir esta idea, Fidel afirmó: «La revolución tiene en las mujeres cubanas hoy día un verdadero ejército, una impresionante fuerza política. Hoy es una realidad que se ha impuesto y se impondrá cada vez, y sobre todo a partir de este hecho de que las mujeres constituyen la mayoría de las fuerzas técnicas, y una mayoría que crece y cuyo talento se hace cada vez más evidente, cuyas cualidades son cada vez más incuestionables», y el pueblo cubano corrobora cada día esa realidad porque vivimos en ella
.
 
Imposible dejar de destacar la simultaneidad de la mujer entre su vida social y la familiar, donde es esposa, madre, abuela, hermana, tía, sobrina y amiga. Sobre sus hombros está todavía la mayor parte de la educación de los hijos y del trabajo del hogar, pese al llamado del vigente Código de la Familia a compartir esas tareas, que muchas veces la mujer asume después de una jornada de trabajo igual a la de los hombres.
 
Por todo ello este día no solo felicitamos a las mujeres, sino que, junto con el beso, la flor y el aplauso les patentizamos nuestra admiración, cariño y respeto por el papel que han desempeñado, desempeñan y desempeñarán  siempre en la consolidación familiar y la construcción de la Patria socialista, por el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.