Perlas de septiembre en Revolución
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Venderle a todo el que podamos venderle
El periódico Revolución del 3 de septiembre informa que la campaña insidiosa y llena de falsedades de las revistas norteamericanas Life, Fortune y otras provoca que firmas de ese país comiencen a adoptar medidas que atentan contra Cuba. Una de ellas, la entidad Champion Spark Plug, de Toledo, Ohio, fabricante de las bujías de igual nombre, notifica a los clientes cubanos de la suspensión del crédito exigiendo que las compras se hagan a base de pago contra giro a la vista, bajo el pretexto avieso de “la demora de los bancos en autorizar dichos pagos y la situación incierta de la economía cubana”.
Estamos arrancando males de raíces, no podándolos simplemente
El 5 septiembre los cienfuegueros se dan cita en el parque Enrique Villuendas para conmemorar el aniversario del alzamiento de la ciudad.
El doctor Osvaldo Dorticós Torrado, presidente de la República y el comandante Raúl Castro, jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias están entre los oradores de la gran concentración. En sus palabras, Raúl destaca los significativos momentos que vive la nación:
No tenemos ningún fruto porque todavía no hemos sembrado, estamos arrancando males de raíces, no podándolos simplemente para que vuelvan a crecer, y estamos arrancando males y abriendo surcos, las semillas empezamos poco a poco a sembrarlas. Nadie puede decir que por haber luchado ayer, hoy tenga derecho a esto o a lo otro, los que ayer lucharon, los que más y en más difíciles circunstancias lucharon en la guerra civil, hoy son los que con la frente más altas deben decir: somos, por ser más revolucionarios, los que menos necesitamos, los que menos aspiramos, solos aspiramos a un bien común y esa es la única y legítima aspiración de todos los revolucionarios honrados, conquistar la paz. Paz para nosotros no quiere decir sencillamente que no suenen tiros. Para lograr una paz firme y perdurable, hay que eliminar males de raíces y hay que hacer la Revolución. Paz por lo tanto para nosotros quiere decir, hacer la Revolución y hacerla completa.
Fidel Castro es conocido por todos, y América es conocida a través de Fidel Castro
Mientras Fidel se encuentra en Santiago de Cuba, desde Cienfuegos, el comandante Ernesto Che Guevara llega al Aeropuerto José Martí a las 07:45 de la mañana del 8 de septiembre, después del amplio recorrido por varios países. Entre quienes van a darle la bienvenida se encuentra el jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, comandante Raúl Castro Ruz.
Ya en el edificio del aeropuerto, el Che hace algunas declaraciones para la prensa.
Miren, este era un viaje fundamentalmente de buena voluntad. En la buena voluntad estaban incluidas todas las relaciones: comerciales, culturales, técnicas, políticas, etcétera. No se puede decir que en cada país hayamos hecho todo lo positivo que es posible hacer. Se puede dar ejemplos de algunos tratados comerciales que se han firmados, pero no se puede limitar todo a los tratados comerciales. Hemos hecho contactos que van a significar muchos tratados de muchos tipos.
Nosotros tenemos pensado recomendar una serie de misiones que vayan a estudiar distintos problemas a los países que hemos visitado, y si es posible, a algunos otros también muy importantes que no hemos podido visitar.
Una de las ideas que traemos de los países que hemos visitados es la de establecer aquí en La Habana, por ejemplo, museos de las luchas de los pueblos por su independencia. […]
En todos esos países hemos cambiado notas de nuestros productos importables y de exportación y sus gobiernos nos han dado sus notas, que serán aquí entregadas para un estudio detenido.
Nosotros —dijo el Che— hemos tenido que soportar en el mundo entero una gran campaña dirigida por capitalistas que están en Estados Unidos, para limitar las ventas de Cuba. Si ustedes dan una ojeada al panorama de ventas de hace mes y medio o dos meses, Cuba había vendido muy por debajo de sus posibilidades, cuando todos los países habían llenado sus cuotas, e incluso había países que estaban ofreciendo azúcar por encima de sus cuotas, cosa que está prohibida. Japón era uno de esos casos.
América Latina en estos momentos, en la mayoría de esos países, en el pueblo, se conoce por Cuba. No saben bien dónde está Cuba. En la India, por ejemplo, un señor vino a visitarme con sus hijos para pagarme la visita que unos niños americanos hicieron a Nehru; creía que Cuba era parte de los Estados Unidos. Pero Fidel Castro es conocido por todos, y América es conocida a través de Fidel Castro.
Tenemos en el timón a un revolucionario que no se asusta de las tempestades
En horas de la noche del viernes 11 de septiembre, en la Casa de las Américas, el comandante Raúl Castro Ruz imparte una conferencia con el título de “El mensaje de la Revolución cubana”. Ante una numerosa concurrencia, Raúl analiza la profunda repercusión que la Revolución cubana ha tenido y tendrá en todos los países de América Latina.
La Revolución cubana, por su dramatismo heroico y por su profundidad radical, ha venido a ser como un catalizador de las enormes energías de los pueblos latinoamericanos, como un catalizador de todas las tendencias que quieren para nuestros países libertad, desarrollo y progreso.
La Revolución cubana está atacando resueltamente y en la misma raíz los males —algunos seculares— que agobian a nuestra patria, males que son, en lo fundamental y decisivo, comunes a toda América Latina.
La Revolución cubana es una Revolución de verdad, no de curitas de mercuro cromo; una Revolución que no contemporiza ni entra en compromisos con los intereses creados opuestos al pueblo. Por eso se gana el corazón de América Latina, por eso tiene tan hondas proyecciones y repercusiones en los países hermanos.
Cuba está haciendo lo que cada país latinoamericano comprende que debe hacer y quiere hacer. No se trata de que cada país ha de hacer lo mismo y en la misma forma en que nosotros lo hemos hecho. Se trata de que contra males semejantes hacen falta remedios similares. […]
La ayuda moral que nos dan los pueblos latinoamericanos es enorme. Ellos nos defienden; ellos forman como un escudo poderoso contra los intentos intervencionistas extranjeros de los que quieren aplastar la Revolución cubana, de los que quieren poner nuevamente de rodillas al pueblo de Cuba.
Es conmovedor ver el cariño que nuestros pueblos hermanos expresan por Fidel, el cariño con que nos acogieron a nosotros, el cariño con que acogen a cualquiera que forma parte de la Revolución cubana o la representa. […]
Tenemos en el timón a un revolucionario que no se asusta de las tempestades, que se crece en las dificultades y que persigue con firmeza las metas de nuestra Revolución. Tenemos la confianza y la colaboración activa del pueblo de Cuba, especialmente de los trabajadores, de los campesinos, de las clases medias, de los estudiantes y de la juventud, tenemos la simpatía y la comprensión del mundo, de los progresistas revolucionarios y demócratas verdaderos de todas partes, incluso de los propios Estados Unidos, donde no faltan voces que sostienen la justicia de la causa de Cuba y del Gobierno Revolucionario.
Si de algo debe saber el pueblo es de problemas económicos
En horas de la noche del domingo 13 de septiembre, Fidel Castro interviene en la clausura del XXIV Consejo Nacional de la CTC Revolucionaria, y en una parte de su intervención expresa:
El pueblo ha vivido casi en una ignorancia absoluta, por no decir completamente absoluta, de los problemas económicos, y por eso esa especie de paradoja de un pueblo lleno de fe, lleno de optimismo, lleno de valor, decidido al sacrificio de las cosas más caras por su país, por el pueblo, es decir, por sí mismo, porque a la larga defender el interés de la nación es defender el interés de cada uno de nosotros. Esa paradoja entre lo que el pueblo está dispuesto a hacer y la ignorancia en que el pueblo vive de los problemas económicos, cuando en realidad si de algo debe saber el pueblo más que de nada en éste momento no es de pelota, o de boxeo, o de cualquier otro tema que por lo general aquí se sabe, porque es por otra parte un pueblo inteligente, despierto, que sabe casi un poco de todo menos de problemas económicos, cuando lo que más nos hace falta saber hoy es acerca de la realidad económica de Cuba, la causa de nuestras limitaciones en ese orden y el modo de resolverlas. Eso que en el pueblo es ignorancia en otros es mala fe, en otros es, incluso ceguera, porque no se quiere comprender las verdades y estoy convencido de que si el pueblo tuviera una noción más clara de nuestros problemas en el orden económico, la Revolución marcharía hacia delante con menos obstáculos, es decir, no con menos obstáculos, porque no se trata de obstáculos, sino con una colaboración mucho mayor por parte de la clase obrera. De ahí que nosotros siempre nos esforcemos por tratar de inculcar en el pueblo determinados conocimientos a fin de lograr cada vez más esa colaboración.
Columbia se convierte en Ciudad Libertad
En el amplio polígono de Ciudad Libertad, otrora Cuartel Militar de Columbia, el 14 de septiembre se concentran millares de niños, maestros, funcionarios del Ministerio de Educación y autoridades del Gobierno Revolucionario para celebrar el acto oficial que da inicio al curso escolar de 1959-1960.
Presiden la ceremonia los doctores Osvaldo Dorticós Torrado y Fidel Castro Ruz, acompañados por Armando Hart, ministro de Educación, y los comandantes Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida, Ernesto Che Guevara, Efigenio Ameijeiras y otros compañeros.
Este día, el campamento militar se convierte en Ciudad Escolar Libertad.
Las palabras inaugurales están a cargo del presidente de la república. Le siguen el comandante Raúl Castro, Armando Hart, y por último el Comandante en Jefe.
En su discurso Raúl Castro destaca la significación del histórico momento:
Este acto de hoy, en la nueva era que vive nuestra patria después del primero de enero, es el más importante de todos. Por la fuerza de su simbolismo, por una promesa más que se vuelve realidad, por una fortaleza más que cae para levantar sobre ella una fortaleza de espíritu, que son nuestras escuelas; por ser un acto que indudablemente constituirá uno de los más bellos ejemplos que al mundo podemos dar de la nueva fortaleza que hoy florece en nuestra patria.
Decían antiguamente que el que dominará Columbia tenía a Cuba en sus manos y nosotros queremos, si eso es cierto, que Cuba esté en las manos de la niñez cubana, por ser ellos lo más puro que hay en nuestro país y en todos los países del mundo y que esta imponente fortaleza, que hasta el primero de enero constituyera la amenaza más grande de nuestra nación, hoy pase a manos de nuestra niñez y una tras otra todas esas inmensas fortalezas irán siendo convertidas en escuelas y todo peso que se rebaje del presupuesto militar está justificado cuando se aumenten al presupuesto de la enseñanza.
Para defender la patria todos aquí lucharemos, un ejército pequeño, pero eficiente basta, porque el mejor ejército de la Revolución es el pueblo mismo. Y hoy, en esta victoria sin sangre se ha logrado, hoy que abriendo el curso escolar hacemos entrega de esta fortaleza, hoy cuando de esta fortaleza, el ejército de la dictadura fue arrojado por el empuje incontenible del Ejército Rebelde, hoy, ese mismo Ejército Rebelde, se repliega cariñosamente ante el empuje de nuestra niñez; hoy cuando vemos convertirla en realidad una de las consignas trazadas por nuestro máximo líder en las prisiones oscura de Isla de Pinos, trazada hace más de siete años en aquél famoso discurso «La Historia me Absolverá», hoy, cumpliendo aquella línea, Columbia, fortaleza militar, se convierte en Ciudad Libertad, ahora con más fuerza y más razón que nunca, Ciudad Libertad para el florecimiento de la cultura sobre la barbarie, Ciudad Libertad para el sano florecimiento de nuestra juventud.
Hoy el Ejército Rebelde abre sus brazos a la niñez cubana y le entrega la Ciudad Libertad.
Por su parte Fidel en su intervención precisa:
Las tropas rebeldes entraron en Columbia después de derrotar a las fuerzas de la dictadura y aquella promesa, aquella promesa se cumple hoy. ¿Para qué queremos una fortaleza aquí rodeando la ciudad? ¿Para qué queremos cuarteles? Si lo que hacen falta son escuelas, si lo que hacen falta son campos deportivos, si lo que hacen falta es que todo el mundo viva sin miedo, para que todo el mundo viva en paz. […]
Yo le explicaba como antes la ciudadanía, cuando pasaba por aquí, veía una fortaleza, y ¿saben lo que van a ver ahora?: un centro de enseñanza. Y Cuba es el único país de la América que ha podido hacer eso, conquistar una fortaleza militar y convertirla en una escuela, en un centro escolar. ¿Fortalezas, para qué? Si lo que hace falta son centros de enseñanza. […]
Compañero Ministro de Educación: en sus manos ponernos esta fortaleza, y de ella arriamos nuestra bandera victoriosa invicta para entregarle a la Educación la fortaleza conquistada.
Esperamos que este acto marque el inicio de una nueva era en la Educación y que el centro de alta enseñanza que aquí se establezca venga a convertirse en el primero de toda la América.
El Primer Festival del Libro Cubano
El 16 de septiembre, anuncia que se inicia en La Habana el Primer Festival del Libro Cubano. En diferentes lugares del territorio nacional pueden ser adquiridos magníficos libros a muy bajos precios.
En efecto como consecuencia en la política del Gobierno Revolucionario tendente a llevar al pueblo los libros y todo lo que esto significa de cultura y comprensión de las realidades nacionales, en distintos sitios de La Habana y ciudades del interior de la Isla se venderán a sólo tres pesos una colección de 10 volúmenes que costarían normalmente más de diez pesos y cuya sola lectura hará comprender al lector la importancia de este acontecimiento.
Dichos libros son: «Cecilia Valdés», de Cirilo Villaverde; «Sus mejores páginas», por José Martí; «Poesías completas», por José Martí; «Tradiciones Cubanas» por Álvaro de la Iglesia; «El pensamiento vivo de Varona», por Félix Lizaso; «Sus mejores poemas», por Nicolás Guillén; «El reino de este mundo», por Alejo Carpentier; «El gallo en el espejo», por Labrador; «Los mejores cuentistas cubanos» y «Las mejores poesías cubanas».
Estos libros se venderán en La Habana, en Galiano y San Rafael, Neptuno y Galiano; Palacio Aldama en Reina y Amistad; Cuatro Caminos por Belascoaín; en 23 y O, frente al cine la Rampa; en Marianao, en Calzada Real y Samá. En Santiago de Cuba, en la Plaza de Céspedes, y en Enramada y San Félix.
Como se sabe el director de este Primer Festival del Libro Cubano es el señor Alejo Carpentier.
Por delante de las grandes obras tiene que ir la idea
En CMQ-TV, la noche del viernes 17 de septiembre, Fidel Castro comparece en el programa Ante la Prensa y en una parte de su intervención dice:
Hace falta todavía, y yo tengo mucha esperanza, de que el grado de conciencia revolucionaria del país avance, para que dejemos de vivir en la mentira, para que dejemos de vivir engañados, para que dejemos de vivir confundidos en convencionalismos, para que dejemos a un lado la irresponsabilidad de creer que las cosas se producen por generación espontánea, cuando las cosas todas se tienen que producir, por ejemplo, revolución social, política y económica de un pueblo se tiene que producir a base de mucho esfuerzo, mucha perseverancia y mucha lucha. Es necesario que eso se haga conciencia, porque, además, pueblos que no se hacen esa conciencia, no llegan lejos, ni son dignos de escribir páginas por las cuales se pueda uno sentir algún día orgulloso. Nosotros hemos alcanzado algo, pero nos falta mucho por alcanzar en todos los órdenes.
Es necesario que esa conciencia se haga, y es deber de todo el mundo ayudar a hacerlo. Y, realmente, son pocos. Más bien se encuentran más abundantes los que se dedican a perturbar esa conciencia, a intrigar, a sembrar rumores, a tratar de presentar el ángulo operativo de cualquier forma, para ver cómo desalientan, que los que se dedican realmente a crear conciencia. Y eso uno lo ve desde aquí, cuando lee, en cualquier lugar, desde una tribuna, un periódico, un libro; hacen falta más hombres dedicados a hablarle al pueblo y hacerle la conciencia de ir a la esencia y no a la superficie de los problemas, y si insisto en esto, es porque creo que es una cuestión elemental, y porque siempre he creído que por delante de las grandes obras tiene que ir la idea, la conciencia de lo que hay que hacer.
Es el hombre más grande de quien alguna vez he oído hablar
De muchas partes del planeta se reciben cartas de apoyo y reconocimiento a la Revolución cubana y a Fidel, que se contraponen a las campañas contrarrevolucionarias que intentan desvirtuar el proceso revolucionario cubano.
Una de ellas la publica el periódico Revolución el 22 de septiembre.
Estimados señores:
Por este medio y a través de ustedes envío una carta al Premier Castro y tengo la esperanza de que la misma llegue a sus manos. No acostumbro a escribir cartas de esta clase pero el Premier Castro para mí es el hombre más grande de que alguna vez he oído hablar.
Soy de las personas que me mantengo al día acerca de los sucesos históricos que diariamente ocurren y creo que lo que ha hecho por el pueblo de Cuba es en gran medida mucho más grande que todos los proyectiles y cohetes lanzados al espacio por Estados Unidos y Rusia.
Por favor procuren que él lea esta carta y si tienen alguna buena fotografía de él que me la mande autografiada.
También desearía algún ejemplar de Revolución. Yo no se leer español pero voy a aprender. ¿Podrían firmármelo todos los que trabajan en ese periódico?
Muy agradecida por vuestra atención. Quedo de usted, muy respetuosamente,
Betty O. Lukehart
R.F.D. No. 2. Adrián, Missouri
Operación “Huevos Fritos”
La visita de Fidel Castro sorprendió a la ciudad de Matanzas en plena «Operación Huevos Fritos». El pintoresco nombre designaba a la campaña colectiva cifrada en la venta fulminante de trescientas mil posturas de gallinas, envasadas inicialmente para su envío a Venezuela y cuya exportación se paralizó por falta de la demanda. Con la entusiasta colaboración de muchas mujeres pertenecientes a la columna agraria José Martí, el capitán Julio Suárez, del INRA, recorrió Matanzas de casa en casa, proponiendo que el vecindario, por colaboración patriótica revolucionaria, absorbiera la colosal existencia. Y su confianza no se vio defraudada. Al atardecer no quedaba un huevo sin salida. Fidel, Waldo Frank, Raúl Castro, Celia Sánchez, Juan Nuiry y el capitán Núñez Jiménez, adquirieron cada uno un peso de huevos. Ese día, frito, en revoltillo, pasado por agua o crudo, nadie se quedó sin el preciado alimento en el menú matancero.
Terminado el puente de Bacunayagua
El programa La Revolución explica su obra, que dirige Enrique Oltuski, ministro de Comunicaciones, se trasmite cada noche de lunes por el canal 2 de la televisión. En el del 28 de septiembre se presenta a la ciudadanía: “Un nuevo puente para unir a los cubanos».
Para hablar de la obra que a este efecto se está realizando, nadie mejor que el propio ministro. Y así, ante las cámaras hablaron anoche juntos, el ingeniero Oltuski y el ministro de Obras Públicas, el ingeniero Manuel Ray. Iniciaron los jóvenes y dinámicos ingenieros su presentación proyectando la película tomada días pasados en la que se exhibe el puente de Bacunayagua, terminado, y que será abierto al tráfico el próximo domingo.
Un vivo diálogo entre los dos ministros nos aclara que el puente de Bacunayagua tiene 110 metros de altura del lecho del río al piso del puente. Su longitud es de 314 metros y ha sido construido en un tiempo récord.
Está hecho de acero forrado de concreto y ha sido totalmente diseñado por ingenieros cubanos. El puente fue comenzado antes de la Revolución pero faltaba justamente la parte más difícil y complicada, el arco central, tendido por un nuevo sistema y cerrado mediante una arriesgada y precisa operación llevada a cabo con todo éxito.
Como detalle interesante y altamente significativo de la pericia de técnicos y obreros, el ingeniero Ray informa que el puente se ha construido sin que se produjera un solo accidente grave.
La totalidad de los puentes construidos, reconstruidos, reparados y ampliados es de 108, de los cuales 26 son completamente nuevos. Se han construido 20 en Pinar del Río, cinco en La Habana, cinco Matanzas, 46 en Las Villas, siete en Camagüey y 22 en Oriente.