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De la Generación del Centenario a los jóvenes en la hora actual

Cartel tomado del periódico 5 de Septiembre Foto: Tomado del periódico 5 de Septiembre
Cartel tomado del periódico 5 de Septiembre Foto: Tomado del periódico 5 de Septiembre

Date: 

25/07/2021

Source: 

Periódico Granma

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Para una generación de jóvenes como la de 1953, José Martí tuvo un carácter especial, por cuanto significó la asunción de un pensamiento, de un ideario, de llevar en los corazones las doctrinas de un hombre que devino referente intelectual, ético y político imprescindible para la nueva etapa de lucha que se iniciaba tras el zarpazo del tirano Batista, el 10 de marzo de 1952, y que tuvo su gestación el 26 de julio de 1953.
 
«Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnífico desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para que él siga viviendo en el alma de la patria. ¡Cuba, qué sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol!».
 
Las palabras de Fidel en su alegato de defensa ilustran cuán presente estuvo Martí en lo sucedido aquel 26 de julio, en lo que pudiéramos llamar un acto de creación. El momento fue fundador, el escenario complejo, pero listo para el arranque del motor pequeño, ese que provocaría el funcionamiento del grande.
 
Cuando hablamos de la Generación del Centenario, nos referimos a esa vanguardia revolucionaria que comprendió la necesidad de levantarse en armas como una solución para derrocar al régimen golpista e instaurar una República basada en el respeto, la igualdad y la justicia social, la dignidad de los cubanos tal y como la había soñado Martí. Eso hicieron los jóvenes que, encabezados por el Comandante en Jefe Fidel Castro, asaltaron los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes; una generación en la cual se inscriben otros jóvenes que –aun no siéndolo biológicamente–, salieron al camino a defender la dignidad tras el golpe de Batista.
 
Recordemos los pronunciamientos de los estudiantes, la actitud de la feu, que va donde Prío a pedir las armas para enfrentar el acto denigrante y anticonstitucional que fue el golpe; el entierro simbólico de la Constitución del 40, la misma que violentó el tirano y sustituyó por unos ilegales estatutos, acción protagonizada por el estudiantado revolucionario en abril de 1952, en el Rincón Martiano de la Fragua Martiana, cuyo abanderado era el joven Raúl Castro, y en el que participaron, entre otros: Armando Hart, José Antonio Echeverría, Álvaro Barba, Juan Pedro Carbó Serviá.
 
Hablamos de la generación que concibió la Marcha de las Antorchas en enero de 1953; y allí, junto a Fidel y a los jóvenes del llamado Movimiento (aún no se nombraba 26 de Julio, por supuesto) estaban los estudiantes y el Frente Cívico de Mujeres Martianas, entre otros patriotas.
 
El pensamiento descolonizador y el antimperialismo raigal de José Martí fueron brújulas en las esencias de esa generación, que alcanzó su máxima expresión en los actores principales de las acciones del 26 de julio, que al decir de Roberto Fernández Retamar, refiriéndose a Fidel, atribuyó a Martí «la paternidad de la más creadora revolución del continente americano».
 
¿Por qué Martí sería el autor intelectual del asalto al cuartel Moncada? Dice Retamar: «No es en un medio tenso por la espera de la revolución, sino en un medio lleno de escepticismo y despego, traducidos en la difícil vida intelectual, en el que Fidel Castro va a desencadenar una de las más profundas revoluciones de la historia, con su asalto al cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953. Su apoyatura intelectual no va a recibirla de pensadores inmediatos a él, sino de José Martí. Y esto, que hoy nos parece lo más natural del mundo, esto solo, el saltar por encima de la mediocridad ambiente e ir a entroncar de modo vivo con el único gran pensamiento original que se había engendrado en esta tierra, ya era una definición».
 
Fue una generación definida revolucionariamente, ideológicamente, portadora de una doctrina, de un pensamiento, de un sentimiento profundo de amor a la patria. Así eran jóvenes como Fidel, Raúl, Abel y Haydée Santamaría, Melba Hernández, Renato Guitart, Boris Luis Santa Coloma, Raúl Gómez García (el poeta del Centenario), Ramiro Vadés…
 
En varios de ellos venía Martí tempranamente, como en Abel Santamaría y Raúl Gómez García, quienes tuvieron un acercamiento al Maestro desde niños. En el caso de Abel se sabe que ganó un concurso escolar con un texto sobre José Martí. Y cuando leemos el poema Ya estamos en combate, de Raúl Gómez García, en sus versos está la dulce memoria de Martí y el anhelo de construir la patria que soñara el Apóstol.
 
Cuando analizamos la presencia e influencia martiana en la Generación del Centenario es indispensable ir a Fidel, su mejor discípulo, quien en la clausura de la Conferencia Internacional Por el equilibrio del mundo, en el aniversario 150 del natalicio de José Martí, expresó: «¿Qué significa Martí para los cubanos? (…) Para nosotros los cubanos, Martí es la idea del bien que él describió. Los que reanudamos el 26 de julio de 1953 la lucha por la independencia, iniciada el 10 de octubre de 1868, precisamente cuando se cumplían cien años del nacimiento de Martí, de él habíamos recibido, por encima de todo, los principios éticos sin los cuales no puede siquiera concebirse una revolución. De él recibimos igualmente su inspirador patriotismo y un concepto tan alto del honor y de la dignidad humana como nadie en el mundo podría habernos enseñado».
 
Conmemoramos 68 años de las gloriosas acciones del 26 de julio de 1953, y ese mismo espíritu de aquellos jóvenes, que no dejaron morir al Apóstol en el año de su centenario, lo albergamos hoy.
 
Una juventud de vanguardia, que está a la altura de su tiempo histórico, es consecuente con su historia y mantiene vivo el legado de los jóvenes del Centenario. La hora actual continúa siendo de definiciones; por eso seguimos construyendo el socialismo en Cuba, trabajamos por impulsar la economía del país y enfrentar la crisis global, luchamos contra el bloqueo genocida y la creciente hostilidad del imperialismo, y mantenemos viva la Revolución.