Un fotógrafo estadounidense junto a Fidel Castro (+Fotos)
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Mi opinión sobre Fidel Castro es la misma de hace 65 años: era un hombre del siglo XXII con sensibilidad y memoria increíbles, recuerda hoy Roberto Salas, protagonista de la denominada fotografía épica en Cuba.
'Lo conocí cuando yo tenía 14 años en el Nueva York de 1955 porque el periodista Vicente Cubillas le hizo una entrevista para la revista Bohemia y mi padre (Osvaldo Salas, reconocido fotógrafo cubano) le sacó las fotos', comentó en exclusiva con Prensa Latina.
De acuerdo con investigaciones históricas, Fidel y otros miembros del Movimiento 26 de julio se encontraban en Estados Unidos para realizar un recorrido por varias ciudades y reunirse con los cubanos en la emigración.
'Cuando él se va de Nueva York, yo me mantengo en comunicación con la gente que organiza actividades contra la dictadura de Cuba y comienzo a ayudar al viejo a tirar fotos, cargar maletas, lo que sea necesario', rememora.
Según Salas, este vínculo con el grupo revolucionario se hace mayor con los años y en 1957 toma una foto que actualmente se considera la imagen más importante del Movimiento fuera de la isla.
'Siete u ocho personas fuimos para la Estatua de la Libertad, ellos subieron con la bandera, la extendieron ante todos y yo tiré esa foto, fue increíble verla publicada después en cuatro de los siete periódicos de Nueva York'.
Al joven estadounidense de padres cubanos le sorprende el triunfo revolucionario de 1959 y se enrola en su primer viaje a la isla el dos de enero de ese mismo año. 'Me fui para el Palacio Presidencial, yo andaba con Manuel Urrutia que fue designado presidente provisional y en medio de la alegría, la confusión, el entusiasmo trato de sacar algunas instantáneas'.
Se reencontró con Fidel Castro y se convirtió en uno de los fotógrafos que acompañaron al líder en sus visitas a Venezuela, Estados Unidos y a países de América Latina durante ese primer año.
'Trabajé para el periódico Revolución principalmente, en 1960 inauguré con Francisco Portela la corresponsalía de Prensa Latina en Estados Unidos y acompañé a Fidel mientras estuvo en la Asamblea General de Naciones Unidas en ese año'.
Sus fotografías para la prensa caribeña le trajeron problemas con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) debido a que, en teoría, él era un estadounidense empleado por el gobierno cubano.
'Había mucha presión y tensiones sobre mí, así que decidí irme para Miami y allí me metieron en un vuelo de Cubana de Aviación escondido en el baño'.
Salas no pudo regresar a su país natal hasta 1994 cuando prescribió el delito por el cual querían enjuiciarlo.
Como fotógrafo de los principales medios de prensa nacionales de la época, recuerda especialmente las imágenes que realizó de Fidel Castro en la Gran Piedra, Santiago de Cuba, en 1963. 'Además, le hice algunas fotos personales cuando fui con él en 1965 al Pico Turquino (oriente) como parte de una graduación de un contingente médico'.
En 1967 Salas viaja por primera vez a Vietnam como corresponsal de guerra, cuando termina su labor en el país asiático regresa a Cuba y se encuentra en varias oportunidades con el líder histórico.
'Un grupo de fotógrafos entre los que estaba Alberto Korda nos reunimos con él en el año 2000. Ahí le muestro un libro que había publicado en Estados Unidos y me escribe una dedicatoria.
'Fidel le tenía mucho respeto al viejo y así lo puso. Imagínate!Mi padre le hizo fotos cuando nadie lo conocía en la década de 1950'.
El fotógrafo lo recuerda como un hombre preocupado por los demás con una gran capacidad para retener pequeños detalles.
El intelectual cubano Rafael Acosta escribió en el último libro de Roberto Salas que sus imágenes sobre Fidel Castro también reflejan cuán solitario podía llegar a ser.
'Como me sentía relajado a su lado, trataba de captar la esencia de su personalidad. Indiscutiblemente era un hombre del siglo XXII o XXIII, creo que él le pedía a la humanidad mucho más de lo que esta podía responderle'.