Cuba se sumó este martes a las celebraciones del Día Internacional de la Alfabetización con resultados concretos, no solo por haber erradicado el analfabetismo en 1961, sino y, sobre todo, por el impresionante desarrollo ulterior de la educación en el país con valores reconocidos internacionalmente: una enseñanza de acceso universal, gratuita y de calidad.
 
Así lo asegura un comunicado de la Comisión Nacional Cubana de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), donde se señala, además, que la Campaña de Alfabetización, impulsada por Fidel, constituyó una ingeniosa revolución educacional y cultural, pionera en América Latina y el Caribe.
 
En la celebración de este año, la Unesco hizo hincapié en el aprendizaje durante la crisis de la COVID-19, el papel desempeñado por los docentes y la evolución de las pedagogías. Esta edición coincide con el inicio de la implementación de la nueva Estrategia de la Organización para la alfabetización de jóvenes y adultos (2020-2025).
 
Todavía hoy el analfabetismo es obstáculo para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Datos recientes refieren que 773 millones de adultos aún carecen de habilidades básicas de lectura y escritura.
 
Al recordar aquel 22 de diciembre de 1961, en la Plaza de la Revolución José Martí, la alfabetizadora Lilavatti Díaz de Villalvilla Carbó, quien tuvo el privilegio de intervenir en el acto, asegura: «Cuando se evocan páginas gloriosas de nuestra historia, aquellas hazañas por la que la patria siente legítimo orgullo, siempre está presente la Campaña de Alfabetización.
 
«En el año 1961, 100 000 jóvenes de mi generación tuvimos la maravillosa oportunidad de contribuir decisivamente al éxito de aquella épica contienda, donde en pocos meses se alfabetizaron 707 000 cubanos, derrotando siglos de ignorancia. Hubo júbilo inolvidable cuando se izó la bandera que proclamaba a Cuba territorio libre de analfabetismo», dijo.
 
Cuba ha dado muestras significativas de su compromiso con los esfuerzos globales para eliminar el analfabetismo mediante la cooperación internacional. El método de enseñanza desarrollado por pedagogos cubanos Yo, sí puedo, merecedor del Premio de Alfabetización de la Unesco Rey Sejong en 2006, por su contribución a la enseñanza de la lectura y la escritura, ha sido empleado con éxito en 30 países de América Latina y el Caribe, África, Oceanía y Europa.