Nunca imaginé que tras mi elección de ser médico mi carrera estaría signada por momentos memorables. El juramento hipocrático visto en sus primeros inicios como una mera formalidad no alcanza el valor necesario hasta que te enfrentas a tareas complejas como es el caso en situaciones de desastres y graves epidemias.

Cuando se cumplen 5 años de haber abandonado escafandras, devenidas en trajes ante los cuales persignarse era misión obligada y es que le hacía frente al Ébola en Sierra Leona, aquellos episodios, como sacados de alguna literatura sensacionalista arrugaban el corazón. Morir es un proceso natural pero de esta manera la vida deja suficientes incógnitas como para hacerse la misma pregunta una y otra vez ¿por qué la muerte así?

En medio de tanta angustia y con la claridad meridiana de que arrebatarle vidas al Ébola era el cometido, llegó Emmanuel, un infante leonense que había sobrevivido a esta terrible enfermedad pero que todos los de su familia no corrieron con la misma suerte. Tenía la mirada perdida sin entender que sucedía pero que ya hoy cuando quizás tenga sus 7 años de vida aquel momento capturado en una instantánea solo será el recuerdo de los que ni siquiera recuerda…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hoy mi convicción como médico cubano, me trajo a suelo italiano a la región de Lombardía. Una vez más interponerse entre los habitantes de este territorio y la muerte es la misión, y otra vez vuelve el corazón a estrujarse.

 

 

 

 

 

 

La COVID-19 cobra vidas y deja familias enlutadas porque algunos de sus miembros no soportaron la pandemia, pero… en medio de este panorama desolador, como ángel llega Alessandro, un pequeño que ya está encabezando titulares por su actitud. Saludar a los médicos cubanos agitando su bandera cubana se ha convertido en ritual,: primero él, luego sus hermanos, sus padres, vecinos y así el saludo se hace más grande…

 

 

 

 

 

 

 

 

Alessandro como cada niño invita a sostenerlo en brazos, arrullarlo, pero la realidad del momento no lo permite; sin embargo es imposible, casi imperdonable no estar cerca de este bebé que hoy ya es amigo de los cubanos…