Articles

Fidel Castro y lo que ignoran Trump y sus estimulados odiadores

Fidel expresó con firmeza inolvidable que Revolución es, entre otras cosas, «desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional» y «no mentir jamás ni violar principios éticos». Foto: Juvenal Balán
Fidel expresó con firmeza inolvidable que Revolución es, entre otras cosas, «desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional» y «no mentir jamás ni violar principios éticos». Foto: Juvenal Balán

Date: 

01/05/2020

Source: 

Periódico Granma

Author: 

Era previsible, ya sucedió antes: El extremismo del Gobierno estadounidense contra Cuba vuelve a alentar el terrorismo.
 
Un fanático dispara contra la embajada de Cuba en Washington. No son los invisibles y nunca probados «ataques sónicos», que dijo la administración de Donald Trump que sucedían contra sus funcionarios en La Habana. Se trata de balas disparadas con un fusil  de asalto, y sus impactos están bien a la vista en la fachada de la sede diplomática cubana, en la capital de Estados Unidos.
 
El recorrido trumpista contra Cuba comenzó insultando a Fidel en ocasión de su fallecimiento, entregando la política hacia la Isla a los sectores más agresivos del sur de la Florida, y utilizando los dudosos «ataques» a sus diplomáticos en La Habana, para escalar después hasta la persecución de los barcos que transportan combustible a puertos cubanos, la suspensión de vuelos comerciales y cruceros, la cacería mundial para eliminar la colaboración médica internacionalista cubana, la puesta en vigor del capítulo III de la impresentable Ley Helms-Burton para perseguir aún más la inversión extranjera en Cuba, y el recrudecimiento de la persecución global de cualquier gestión de comercio con una empresa cubana. Solo en 2019 fueron 86 las acciones de la administración Trump contra la Isla vecina.
 
La mentira, el bloqueo económico y la violencia terrorista han sido aliados inseparables en la política de Washington hacia Cuba, y es lógico que el empleo intensivo de los dos primeros termine estimulando el retorno de la tercera. Cuando sin ética ni escrúpulos Trump se inscribe en la peor tradición política de su país, poniendo el dinero de las corporaciones por delante de la vida de sus conciudadanos, con el resultado de que ya un millón de estadounidenses está infectado por la pandemia de la covid-19 y la cifra de muertos en su territorio supera los fallecidos en la guerra de Vietnam, Cuba -bloqueada como nunca- disminuye día tras día la cantidad de casos confirmados, y envía brigadas médicas solidarias a más de 20 países.
 
Lógico es que la frustración de los odiadores lleve a actos desesperados. El ridículo adalid en que han puesto las esperanzas de derrocar a la Revolución Cubana se hunde en el lodo, y sus posibilidades de ser reelecto disminuyen al mismo ritmo en que, en estas extraordinarias circunstancias, el ejemplo de Cuba es cada vez más admirado por su capacidad de imponerse a la escasez inducida por Estados Unidos,  y no le basta con salvarse ella, sino que ayuda como el que más a salvar a la humanidad.
 
Ante la tibieza de las autoridades estadounidenses en condenar el acto terrorista contra la Embajada cubana, brilla más el Fidel Castro que desde su miseria moral Donald Trump intentó ofender. El Fidel de la «conducta diferente», que alertó al presidente Ronald Reagan, uno de sus adversarios más  enconados, de un atentado contra su vida, y ofreció al Gobierno de otro adversario, George W. Bush, los aeropuertos cubanos para acoger a los aviones que buscaban dónde aterrizar tras el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York.
 
Este 1ro. de Mayo, millones de cubanos y cubanas recordarán que, justo hace 20 años, Fidel expresó con firmeza inolvidable que Revolución es, entre otras cosas, «desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional» y «no mentir jamás ni violar principios éticos». ¿Lo sabrá Trump, lo sabrá  el frustrado odiador que disparó contra la embajada cubana? Más le valdría, para no perder su tiempo en más frustraciones.