Expo deportiva para Fidel: Un donativo de la Oficina del Historiador
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Medallas de Juantorena, Ana Fidelia, Mijaín; un guante obsequiado por la comunidad neoyorquina de Bronx; una de las camisetas de los campeones cubanos del torneo Centroamericano de Esgrima (1976) y la réplica del trofeo de los Rojos de Cincinnati en la Serie Mundial de 1990, están quizás dentro de lo más destacado del donativo de la Oficina del Historiador al Salón del Deporte Cubano, ubicado en la Ciudad Deportiva.
Un total de 91 artículos que pertenecieron al Comandante en Jefe, hombre de madera atlética por excelencia, forman parte de la colección que honra su patrimonio histórico y pretende llegar a 124 piezas.
A la inauguración asistieron en la mañana de este martes el presidente del Inder, Osvaldo Vento Montiller, glorias deportivas como Pedro Medina, Carlos Tabares y Tomás “El Jabao” Herrera, junto a Carlos Gatorno, actual director del proyecto Marabana–MaraCuba, quien en 1991 realizó más de cien contactos con Fidel para la organización de los Juegos Panamericanos de La Habana.
Según Erie Reyes, director del Salón del Deporte Cubano, hay artículos que necesitan restauración y deben estar listos para el 13 de agosto, fecha en que se celebrará el natalicio del líder de la Revolución Cubana. Por su relevancia, Reyes se detuvo en tres objetos de la exhibición:
“Tenemos un guante, el de la mano izquierda como alusión a la convicción de Fidel de luchar siempre con y por las minorías en contra del imperialismo. Este implemento fue donado por la comunidad de afrodescendientes del Bronx en 1995.
“Además, está la camiseta que usó uno de los campeones del Centroamericano de Esgrima. Nos llegó de manera singular. Los esgrimistas que habían ganado en Barbados, antes de que fuera perpetrado el horrendo crimen, donaron en Venezuela la camiseta a Manuel Rondón, titular de la federación de esa disciplina. Luego, Rondón la regaló a Hugo Chávez y él, como amigo entrañable, se la donó a Fidel. Recuperamos la última hoja de anotación de aquel certamen, en el cual nuestros esgrimistas arrasaron en el área.
“Lo de la réplica de la Serie Mundial de 1990 tiene sus antecedentes en 1948, cuando Fidel fue fichado junto a Bill Herbehg y otros 20 jóvenes para jugar en Estados Unidos. El Comandante finalmente no asistió, pues ya estaba en la lucha clandestina, pero Herbehg sí, y años después con la Revolución, recordó que Fidel había formado parte de ese selecto grupo. En 1990, cuando los Rojos ganaron, Herbehg se comunicó con Fidel y le preguntó sí podía venir a Cuba. El Comandante aceptó y pronunció la frase: 'Sí, mi partido es de los Cincinnatis'. Tengo entendido que entonces viajó a Cuba y dejó el trofeo”.
Asimismo están presentes en la donación dos pinturas del artista tunero Fidel Antonio Masonet: una que recrea las manos del Comandante en Jefe y otra al monumento erigido a los mártires de Barbados; un trofeo rescatado en el mar, tras el crimen de Barbados; un guante donado por el entrenador de boxeo Alcides Sagarra después de la estela de éxitos de los púgiles cubanos en el mundial de 2005 y la medalla de oro de Omar Linares en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999, donde conectó jonrón decisivo para dar a Cuba el pase a la Olimpiada de Sídney.
No menos importantes son la bicicleta alegórica a Fidel y a Elián; los dorsales (1) del Comandante en el Marabana; la aclaración, según archivos históricos, de la popular frase de Camilo: Con Fidel en contra ni a la pelota, y los trofeos alegóricos a los 100 años del Olimpismo, al 30 aniversario del movimiento deportivo para todos y a los Juegos de Barcelona (1992) y Sídney (2000).