Amistad Cuba-China: Médicos cubanos en Henan (II)
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Cielo nublado en el municipio Hebi, provincia China de Henan. Ojos rasgados y sonrientes. Una ciudad en pleno desarrollo ante nuestros ojos. Desde hace más de dos años médicos cubanos caminan por estas calles. Desafían la nostalgia y el idioma.
María Rosa Cabrera es especialista en prótesis ocular y estomatologíaCielo nublado en el municipio Hebi, provincia China de Henan. Ojos rasgados y sonrientes. Una ciudad en pleno desarrollo ante nuestros ojos. Desde hace más de dos años médicos cubanos caminan por estas calles. Desafían la nostalgia y el idioma.
María Rosa Cabrera es especialista en prótesis ocular y estomatología. Desde hace 27 meses labora en el hospital oftalmológico Amistad Cuba China.
¿Cómo te sientes aquí?
Yo me siento que estoy en la otra parte del mundo, pero a su vez es otro mundo. No tenemos muchas cosas en común porque lo que desayuna un chino no es lo que desayunamos nosotros, sus costumbres, su forma de vestir y de pensar. Hay una cosa que es cierta ellos son amantes de la fidelidad, de la amistad, de un grupo de cosas que nosotros admiramos mucho en ellos.
¿Cuánto ha cambiado la ciudad desde que llegaste?
Cuando llegamos estaban iniciándose muchas construcciones y ya es otra ciudad. Nos hemos ido adaptando a la población china a medida que ellos se han ido desarrollando. Es una experiencia impresionante desde muchos puntos de vista.
Su labor es casi la de un artista porque vincula el arte con la ciencia…
Has hecho un buen razonamiento del tema. No basta con hacer una buena prótesis, hay que impregnarle vida, calor y color. No sólo es confeccionarlo sino hacer que la persona se sienta bien con lo que usted ha hecho. Hasta que eso no ocurre ni usted ni el paciente son felices.
Una niña se acomoda inquieta en el sillón. Es una paciente especial para Maria Rosa. ¿Por qué es tan especial la pequeña?
Cuando tenía seis meses de nacida perdió un ojo por un tumor. Le habían dicho que tenía que esperar a ser mayor para hacerle una prótesis. Pero nosotros sabemos que no es así. Felizmente el tumor no dejó secuelas en el cavidad ocular y ya tiene una prótesis. Su madre me cuenta que ahora juega con sus amiguitos, porque antes siempre estaba sola. Casualmente hoy tiene consulta. Es maravilloso ver lo contenta que está la madre y lo bien que se ve la niña. Eso me hace feliz.
¿Mucha añoranza por la familia?
Si, mucha añoranza por la familia.
Usted es parte importante en la amistad que existe entre Cuba y China. ¿Cuánta responsabilidad siente?
Bueno es un constante reto no sólo mantener las relaciones sino reforzarlas. Que cada paciente, cada trabajador o cada comerciante que visitamos sea un hermano, un aliado porque China y Cuba tienen una historia de fidelidad, sobre todo en momentos difíciles Cuba y China han estado muy unidas. Nosotros llegamos aquí precisamente en 2008 cuando los Juegos Olímpicos y sufrimos como mucha gente trataba de decir cosas inciertas sobre China. Estaban celosos de sus olimpiadas. Luego con mucha felicidad vimos como Cuba apoyaba a este país y sabíamos que los juegos Olímpicos iban a quedar muy bien dijera el mundo lo que dijera porque ellos van. Nosotros felices de eso y felices de ser sus amigos, felices de trabajar con ellos, felices de atender a su población.
La distancia no vence al compromiso. María Rosa quiso una foto con su pequeña paciente. Le habla en chino y la niña comprende. María es protagonista de ese gesto sublime que el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, definió claramente: “Servir vale más que brillar”